El fabricante de vehículos de dos ruedas italiano Gilera cuenta con una larga y apasionante historia. Guiseppe Gilera fabricó su primera moto allá por el año 1909. Por lo tanto, Gilera es uno de los fabricantes de motos italianos más antiguos. En 1923, Gilera desarrolló una moto con motor de cuatro cilindros. A pesar de que este modelo sólo desarrollaba 28 CV, por aquel entonces cuatro cilindros para una moto era algo extraordinario.
En 1934, el motor de cuatro cilindros de Gilera ya desarrollaba 60 CV. A mediados de los años 30, la «Rodine», una Gilera completamente carenada, alcanzó una velocidad récord de 244 km/h. Tras la Segunda Guerra Mundial las motos de Gilera se hicieron con seis títulos del Campeonato del Mundo. Posteriormente, tanto los conocimientos técnicos como la tecnología del cuatro cilindros se vendió a MV Augusta, convirtiéndose así durante muchos años y con la ayuda del piloto Giacomo Agostini en una marca imbatible en cualquier circuito del mundo.
En los años 70, la situación financiera de Gilera no era buena. Por aquel entonces se desarrolló una preciosa moto clásica, la Gilera Strada. Esta pequeña moto recibió muy buenas críticas, pero no se vendió bien. Sus 14 CV ya no resultaban atractivos en un mundo en el que las motos japonesas funcionaban ya sin ningún tipo de problema con potencias diez veces superiores. En 1980 llegó la salvación con la adquisición de la casa por parte del grupo Piaggio, que también fabricaba éxitos de ventas, tal y como demostraba la famosa Vespa. Pronto se desarrolló una preciosa moto clásica, la reedición de la Gilera Saturno. Las cifras de ventas en Europa fueron casi nulas, sin embargo en Japón los aficionados se volvieron locos por ella.
Hoy en día, Gilera está centrada por completo en la fabricación de scooters. Pero no de unas scooters cualquiera. Lo que Porsche es a los coches lo es Gilera para las scooters, y el ejemplo no es muy rebuscado. Las scooters de Gilera son buenas, rápidas pero relativamente caras. Y, además, siempre deportivas.
Incluso la más pequeña, la Runner de 50 c/c, tiene un aspecto muy deportivo reconocible desde lejos por su atractiva y vistosa pintura bicolor. También existen variantes de 125 y 200 c/c. Para conducir una scooter de 200 c/c de Gilera se ha de estar en posesión de un carnet de moto, aunque el seguro es extremadamente económico.
La scooter de lujo Gilera GP 800 es la reina de todas las scooters. Más es imposible. Su motor bicilíndrico en V desarrolla 75 CV y sus prestaciones hacen honor a su potencia. A la hora de acelerar, esta scooter no tiene ningún problema en plantarle cara a cualquier moto de clase media potente. En la parte delantera, dos grandes discos de freno logran una desaceleración brutal. Un excelente rendimiento técnico. La scooter más rápida del mundo alcanza los 200 km/h, por lo que su precio de 9.300 euros resulta razonable.
La Gilera Fuoco 500 es un vehículo muy particular. Dispone de dos ruedas delanteras que giran en paralelo al entrar en una curva. El razón de ser de este diseño es muy sencillo: la seguridad. Un elevado nivel de seguridad, especialmente sobre firmes mojados, en carreteras cubiertas de hojas, así como sobre nieve o nieve aplastada. Donde una única rueda delantera resbala inexorablemente hacia un lado lanzando al conductor al suelo, la pareja de ruedas delanteras de la Gilera Fuoco 500 ofrece una adherencia doble al suelo. Sin embargo, la sensación que uno tiene al conducir esta scooter no es la de un triciclo antiguo. La Fuoco 500 desarrolla 41 CV y alcanza los 140 km/h.
Con las scooters de segunda mano de Gilera ocurre lo mismo que con los automóviles de segunda mano, y es que sus anteriores propietarios son los que deciden sobre su estado. En términos generales se puede decir que cuando más mayor sea su propietario anterior, mejor cuidada estará. Las scooters de 50 c/c en manos de los jóvenes son un riesgo. En cambio, una scooter más grande de Gilera bien cuidada y con el libro de mantenimiento al día es siempre muy recomendable.