Algunos fabricantes de grandes motos comercializan las denominadas custom, modelos que se modifican e individualizan en función de los deseos del cliente. En los años setenta, y siguiendo esta idea básica, la empresa italiana Bimota comenzó a modificar motos de fabricación en serie de conocidos fabricantes y a convertirlas en superbikes que, posteriormente, comercializaba bajo su propia denominación de marca. El principio de Bimota era el siguiente: los italianos aprovechaban los motores así como otros elementos técnicos de distintos fabricantes y diseñaban sus propios cuadros y carenados. En un principio, la base de las superbikes de Bimota fueron las motos de los grandes fabricantes japoneses. Algunas de las superbikes de carretera más conocidas fueron la Bimota YB1 de 250 cc derivada de la marca Yamaha, así como los primeros modelos de calle presentados a mediados de los años 70, la Bimota SB2 y la Bimota KB1, concebidos sobre la base de motos de Suzuki y Kawasaki. En el caso de la Bimota BB1 y la serie HDB, Bimota recurrió a modelos de los fabricantes BMW y Harley-Davidson. Sin embargo, Bimota también desarrolló motores propios como el V-Due que posteriormente se montó en modelos como la Tesi 500 o la Bimota V-Due Evoluzione.
A partir de los años ochenta, Bimota también lanzó al mercado motos de carreras y de calle con motores Ducati. Se trataba de la DB1 y de los modelos de la serie Tesi. Tras una interrupción temporal de la producción y un nuevo resurgir de la marca en el año 2005 los modelos más recientes de la casa Bimota volvían a estar basados en Ducatis. Para sus series más novedosas el constructor aprovechó la tecnología de la Ducati Monster y de la Ducati Multistrada, sobre cuya base surgieron las superbikes Bimota DB5 Mille o las Bimota Delirio y Borsalino. En la serie de la Bimota DB6 E los italianos incluyeron modelos naked, mientras que los modelos sport pertenecían a las series Bimota Oronero o DB8.