La idea de las motos pertenecientes a la categoría de las allrounder es la de servir de puente entre una moto de carretera (touring) y una moto deportiva. Esto exige de las máquinas unas buenas prestaciones para recorrer largas distancias a la vez que un motor potente que también sepa demostrar lo que vale en la pista de carreras. Y eso que la construcción una allrounder parece ser sumamente sencilla. Por un lado se aprovechan las ventajas de una moto de carreras y, por otro, se utiliza un motor con un buen par motor y una gran potencia. Todo ello unido da lugar a una moto apta para cualquier situación de la vida. Una allrounder debe disponer de un asiento trasero de tamaño aceptable y cómodo, así como de opciones de almacenamiento para el equipaje. Una pequeña cúpula con un manillar plano protege la espalda durante los trayectos más largos, aunque también hace que la moto resulte suficientemente aerodinámica en pista. Si bien el escape elevado permite tanto adoptar una excelente inclinación como adentrarse en caminos poco transitados, éste obliga al ocupante del asiento trasero a adoptar una postura algo incómoda. La distancia entre ejes también debe asumir un cierto compromiso. Por un lado debe hacer posible una conducción relajada en distancias largas y, por otro, un manejo excepcional en carreteras secundarias estrechas y con muchas curvas. Para una moto de este tipo tampoco debe suponer ningún problema abandonar las carreteras asfaltadas para adentrarse por caminos mucho menos transitados. La pieza clave de estas máquinas es, por supuesto, el motor. Los fabricantes suelen utilizar motores que funcionan a altas revoluciones y con una cilindrada más pequeña. En este tipo de motores, el recorrido del pistón (carrera) es inferior al diámetro del cilindro (camisa). Estos propulsores generan un excelente par motor incluso desde la zona baja de revoluciones, lo que aporta muchas ventajas a la hora de acelerar. Para completar sus prestaciones no se puede uno olvidar de unos frenos estables y suficientemente potentes.
El término «allrounder» no está claramente definido, por lo que los fabricantes lo utilizan de muchas maneras. Este tipo de moto pretende llegar a una clientela muy amplia que busca en una moto un medio de transporte económico y, por decirlo de alguna manera, universal. A menudo suele ocurrir que en la categoría de allrounder se incluyen modelos que en realidad pertenecen a otra clase. Una motorización típica en esta clase son los grupos propulsores de hasta 1.000 c/c y 85 CV de potencia. Estos motores relativamente pequeños son más ligeros, hacen que la moto sea muy manejable y, aun así, desarrollan una potencia más que suficiente.
Algunos de los representantes más característicos de esta categoría son, por ejemplo, la serie XJ de Yamaha o la CB 1300 de Honda. BMW ni siquiera cuenta con este término dentro de su gama de motos, por lo que el futuro propietario tendría que buscar el compromiso él solo. La más parecida a las allrounder sería la BMW 800 ST (deportiva de touring). Suzuki tampoco cuenta con una serie de motos allrounder. Para los japoneses, la Bandit es su moto de carretera. Una allrounder es una moto ideal para disfrutar del tiempo libre. Ha sido concebida para disfrutar de salidas cortas de fin de semana, aunque también es capaz de soportar viajes más largos. Donde mejor y más a gusto se encuentra una allrounder es una carretera sinuosa. Sin embargo, las pistas de carreras tampoco son ningún misterio para ella. Las allrounder resultan mucho más divertidas si las conduce uno solo, aunque también ofrece espacio suficiente para disfrutar de la compañía de un acompañante. Además, muchos fabricantes también han llegado a un compromiso en cuento a su precio.