El nuevo Volvo V50 es lo que se conoce como un Sportswagon, un descendiente moderno de toda una gama de modelos anteriores en el que un diseño deportivo se ha visto salpicado de funciones prácticas. Es el segundo modelo de la gama Volvo que comparte tecnología común con Ford y Mazda.
Construido en la planta belga de Gante, el V50 es ligeramente más grande que el nuevo S40 y con mayor espacio interior que el V40. Mide 4.514 mm de largo, 1.770 mm de ancho y 1.452 mm de alto, mientras que su distancia entre ejes es de 2.640 mm. Las vías y la batalla se han ampliado, situando prácticamente una rueda en cada esquina. La batalla de mayor longitud ha permitido montar unas puertas traseras más amplias para ganar en accesibilidad y se ha alargado la sección que se encuentra detrás de las ruedas traseras y se ha utilizado para aumentar el espacio para equipajes.
El diseño exterior es absolutamente nuevo, con una silueta definida por unas suaves líneas curvas y una parte trasera de aspecto sólido. Los asientos, tanto del conductor como de los pasajeros, son realmente cómodos, totalmente ergonómicos y con unas tapicerías discretas y agradables al tacto. En el interior del Volvo V50 dominan los espacios limpios y claros, materiales de calidad y una nueva y sorprendente consola central, cuyos controles tienen un diseño ergonómico y funcional. La mayoría de ellos se emplean para funciones diversas, de una forma lógica y cómoda. La mitad superior del panel de control se usa para manejar el equipo de audio, el teléfono integrado y el sistema de navegación, mientras que la mitad inferior controla el sistema de climatización.
Detrás de la consola central existe un práctico compartimiento para guardar objetos personales, al que se puede acceder fácilmente desde ambos lados, que completa una capacidad de carga que oscila entre los 417 litros, con todos los asientos desplegados, y los 1.307 litros de volumen de carga máxima.
El nuevo Volvo V50 tiene unos niveles de seguridad muy altos, tanto de protección como preventiva. La estructura frontal de la carrocería del Volvo V50 se divide en varias zonas, cada una de ellas con una tarea diferente en el proceso de deformación. Cuanto más cerca están del habitáculo las fuerzas de colisión, menos se deforman los materiales empleados. En una colisión, el motor no se puede desviar más de 150 mm hacia atrás antes de que el cigüeñal sea detenido por el travesaño delantero, cerca del frontal. Las curvas y paneles se han moldeado para ayudar a reducir el riesgo de lesiones a peatones y ciclistas en caso de accidente.
La carrocería es un 34% más rígida que la de su predecesor. El diseño del chasis, con su amplia vía y larga batalla, también tiene un efecto positivo sobre la estabilidad. La suspensión es totalmente independiente, con columnas de suspensión delante y sistema multilink detrás. La suspensión trasera proporciona un cierto grado de dirección pasiva para contrarrestar cualquier tendencia a patinar.
El modelo T5 monta un propulsor de 2,5 litros de cilindrada con turbocompresor que hace que consiga una potencia de 220 CV. De este modo, el V50 T5 pasa de 0 a 100 km/h en sólo 6,9 segundos, alcanza 240 km/h y el consumo declarado es de 8,8 l/100 km de media. Para el V50 existen cajas de cambio manuales de cinco y seis velocidades y una automática con mando secuencial de cinco velocidades. Esta última es la que montaba nuestra unidad de pruebas y pensamos que es la opción más interesante con la que equipar al modelo, ya que su eficacia y suavidad de marcha son impresionantes, además de ofrecer la posibilidad de poder actuar sobre ella, factor que cualquiera que disfrute de la conducción valorará en su medida.
En definitiva, es un modelo realmente interesante para casi cualquier tipo de usuario, que puede excluir por su mecánica gasolina a aquellos que realmente busquen un diesel y se decanten por la versión 2.0 diesel de la marca. De cualquier modo, en ambos casos nos encontramos con vehículos realmente versátiles, con una gran capacidad de carga y un sorprendente rodar por cualquier tipo de carretera.