Pasaron la noche metidos en una nevera, donde su temperatura se redujo a 25 grados bajo cero. Con temperaturas en torno a los cero grados –casi primaverales para el norte de Suecia– ésta fue la idea que se le ocurrió a los responsables de Volvo para demostrarnos que este vehículo eléctrico compacto también se hace con el frío más extremo. Que los automóviles eléctricos también funcionan con frío polar es algo que todos sabemos ya. Sin embargo, el problema es la calefacción, ya que cada grado centígrado que haya que elevar dentro del habitáculo resta autonomía al conjunto. El motivo es que la electricidad necesaria para calentar el interior procede, por norma general, de la misma batería que suministra la energía necesaria para rodar.
Lo que ha hecho Volvo para solucionar este problema es, básicamente, recurrir a una tecnología ya probada, pero dándole la vuelta. Mientras que los automóviles con motor de combustión de las regiones nórdicas disponen de un calentador eléctrico, que en el aparcamiento del supermercado o en el garaje de casa se conecta simplemente a una toma eléctrica para templar el coche, lo que han hecho los suecos es equipar su vehículo eléctrico con una unidad de calefacción adicional que funciona con gasolina o etanol.
Depósito de gasolina para la calefacción
Esta calefacción adicional genera 5 kilovatios y se alimenta de un depósito de 14 litros de capacidad que se llena en los surtidores de la gasolinera. Esta unidad puede precalentar el coche mientras aún está parado, consumiendo aproximadamente 1 litro de combustible por hora en el empeño, o mantener una temperatura agradable mientras el vehículo está en marcha. En este caso el consumo disminuye a medio litro cada 60 minutos.
Sin embargo, el bloque de combustión adicional no asume él solo todo el trabajo de suministro de calor, ya que cuenta con la ayuda de dos calentadores eléctricos que juntos generan 7 kW y que, tal y como ya se ha mencionado, se alimentan de la batería de iones de litio de 24 kW/h. Cuando el C30 se encuentra aparcado en el garaje y conectado a la toma de corriente, los calentadores eléctricos son los que se encargan de su precalentamiento a la hora programada. Si el tiempo de detención es más prolongado, entonces calientan cada cuatro horas la batería, ya que a ésta no le gusta nada pasar frío. Por este motivo la temperatura de la batería se controla en todo momento, incluso sin el cable de corriente conectado, y a más tardar a -19º C se activa la calefacción eléctrica para evitar daños en la batería. En caso de que el C30 no esté conectado a la corriente, entonces éste envía un SMS al conductor para recordarle que tiene que enchufarlo.
Desconexión de la calefacción pulsando un botón
El conductor también puede influir en la interacción de ambos calentadores. Si es necesario también se puede activar directamente la calefacción de gasolina, aunque en modo automático es el coche el que asume el control. En tal caso, mientras el C30 está en marcha, y siempre que sea posible, se desconectan los calentadores eléctricos con el objetivo de ahorrar energía. Sin embargo, si el conductor desea conducir de forma 100% libre de emisiones también puede desactivar a voluntad la calefacción de combustión.
También era previsible que este sistema suscitara un cierto debate y diera pie a diversidad de opiniones. Volvo sostiene que el C30 es un automóvil eléctrico de libro e incluso la autoridad legislativa le da la razón al fabricante sueco, ya que en Europa un «Zero Emission Vehicle» (ZEV) o vehículo de cero emisiones puede transportar –y quemar– sin ningún problema hasta 15 litros de combustible. Además, Volvo señala también que la unidad de calefacción adicional se puede desactivar y que a partir de 15º C en positivo tampoco entra en funcionamiento.
¿Automóvil eléctrico puro o Range Extender?
Sin embargo, también hay voces críticas que afirman que un automóvil eléctrico es solo aquel que se desplaza sin emitir gases de escape a la atmósfera, ya se durante la marcha o para calentarlo. Según esta opinión, el C30 electric sería entonces una suerte de automóvil eléctrico con Range Extender, ya que eso es precisamente lo que hace la calefacción de gasolina: ahorrar electricidad y prolongar así la autonomía (hasta un 30%).
Sin embargo, y puesto que no se trata de un generador, la unidad adicional no puede asumir algunas de las funciones típicas del Range Extender, por ejemplo, generar electricidad para cargar la batería o incluso para propulsar el vehículo como en el caso delOpel Ampera. De esta forma, parece que el Volvo C30 electric se encuadra en algún punto intermedio entre estos dos ejemplos, ya que lo que está claro es que la propulsión pura y dura tiene lugar de forma totalmente libre de emisiones.
Precalentamiento rápido
Nosotros al menos nos convencimos en Kiruna de que el sistema de calefacción concebido por Volvo funciona realmente. Los C30 helados no se precalentaron dentro de sus respectivas neveras, pero tan solo unos minutos después de arrancar –algo que, por cierto, tuvo lugar sin ningún tipo de problema y eso que fuera reinaban temperaturas bajo cero– el habitáculo ya había alcanzado una temperatura agradable. Parece que el C30 se pueden utilizar hasta una temperatura máxima de 30 grados bajo cero.
Durante los 80 kilómetros del recorrido de prueba que discurría por la pista de pruebas de Kiruna nuestro Volvo mantuvo en todo momento una agradable y cálida temperatura sin comprometer mucho su autonomía. Una vez concluida la primera vuelta, el ordenador de a bordo mostraba una autonomía residual de 35 kilómetros, una cifra bastante aceptable si tenemos en cuenta las condiciones climáticas reinantes y un estilo de conducción no precisamente eficiente. En condiciones ideales, el C30 alcanza una autonomía 163 kilómetros, aunque la propia casa prefiere hablar de 150 kilómetros.
Diversión al volante en lugar de miedo al frío
Por lo tanto, los que deseen asegurarse uno de los 250 C30 electric que Volvo fabricará hasta verano de 2012 –y que en Alemania estarán disponibles para empresas por un precio neto de 950 euros– no tendrá que preocuparse por el frío. Lo que tendrán entre manos será un automóvil eléctrico sumamente agradable que gracias a su potente motor de 82 kW o 111 CV y a un elevado par motor de 220 Nm desde parado (en función del modelo) les permitirá disfrutar conduciendo.
El volvo acelera con suavidad hasta una velocidad máxima de 130 km/h y alcanza los 100 km/h en 10,9 segundos o los 50 km/h en tan solo 4 segundos. Los ingenieros han aislado a la perfección el motor eléctrico, por lo que la acústica es impecable. En lugar del habitual cuentarrevoluciones, un reloj es el que nos indica cuándo se está consumiendo o recuperando energía.
Cargar la batería mientras nos remolcan
En el momento en el que el conductor levanta el pie del acelerador, el motor eléctrico hace las veces de generador, generando energía y almacenándola en la batería situada sin pérdida alguna de espacio debajo de la consola central y de los asientos traseros. En ese momento el automóvil se frena de forma perceptible y con algo de práctica podríamos incluso dejar de utilizar tan a menudo el freno. Una pequeña palanca de selección situada en la consola central permite también activar un modo libre, en el que casi no se recupera energía y el Volvo rueda durante mucho tiempo en régimen de ralentí.
En caso de que el conductor apure hasta la última gota de la batería, una tortuga en el cuadro de instrumentos le indicará que su C30 ya no puede funcionar a pleno rendimiento. Llegado este momento habrá que conectar el C30 para realizar bien una carga rápida o bien una carga normal conectado a un enchufe normal. Con una corriente de alta intensidad de 16 amperios la carga completa dura aproximadamente ocho horas, mientras que con una corriente de 8 amperios el tiempo aumenta hasta las diez horas. Si el C30 se queda tirado por haber consumido toda la energía disponible y tiene que ser remolcado tampoco hay que preocuparse, ya que la batería se carga al mismo tiempo que estamos siendo remolcados. Tras 20 kilómetros enganchados a la grúa habremos cargado la batería hasta en un 70%.
Conclusión
Que los automóviles eléctricos funcionan de forma impecable es algo que incluso los más críticos han tenido que aceptar. Y que funciona incluso en las condiciones de frío más extremo también lo han demostrado ya las innumerables pruebas a las que han sido sometidos. Sin embargo, la problemática de la autonomía –que se agrava en gran medida a temperaturas bajo cero– todavía no se ha podido resolver. Gracias al calentador adicional de gasolina del C30 electric Volvo permite garantizar la autonomía y, aun así, no tener que conducir una nevera con el abrigo puesto.
Ahora la pregunta es si de esta forma el C30, que funciona fabulosamente bien y de forma exclusivamente eléctrica, se puede catalogar como vehículo 100% eléctrico o bien habría que clasificarlo como Range Extender debido a la unidad de calefacción adicional. En Estados Unidos, por ejemplo, no incluyen el C30 electric en la categoría de ZEV, en cambio en Europa sí. Solo el tiempo dirá si esta tecnología utilizada por Volvo, además de por el configurador de coches eléctricos Karabag para su Fiat 500, logrará consolidarse. Al menos de momento se trata de la única solución que permite garantizar una autonomía razonable cuando fuera hace un frío glacial.