En este sentido, la versión Terrain Tech será la que mejor se amolde a las necesidades de los más aventureros aunque cuidado con el exceso de adrenalina porque como todo en esta vida, el Touareg tiene sus límites. “Terreno especial activado”, reza la pantalla del ordenador de a bordo. Tras unos segundos de espera, la carrocería se eleva considerablemente y me deja en una posición más propia de un tráiler que de un todoterreno. Piso el freno, bajo la palanca de cambios a la posición D y avanzo hacia mi objetivo: un enorme charco de unos 25 centímetros de profundidad. No me preguntes bien por qué, pero en ese momento mi cabeza y mi corazón lo vieron claro: “por ahí puede salirme una foto para enmarcar”. Según voy bajando la pequeña cuesta acelero con contundencia para subir por el terraplén que me lleve al camino de tierra, pero nada más entrar en el pequeño lago... ¡fatalidad!
En efecto, lo que en mi mente se reproducía como la perfecta instantánea, en cuestión de segundos se convirtió en una auténtica tragedia al verme, literalmente, encallado en mitad de aquel charco. En ese momento, junto a la incredulidad, las gotas de sudor y las palabras mal sonantes, me preguntaba cómo era posible que el Touareg equipado con el extraordinario conjunto de opciones Terrain Tech no incluyera unos neumáticos mínimamente válidos para traccionar mejor…
Por suerte, la bestia alemana, que surgió hace nada menos que 14 años como fruto del acuerdo de colaboración entre Porsche y Volkswagen, en unión a mi pericia para salir airoso de las situaciones más complicadas, permitió que la situación quedara en una anécdota divertida. ¿Cómo salí? Muy sencillo, respirando profunda a la par que relajadamente y realizando pequeños giros de volante para evitar que el barro me absorbiera vorazmente mientras aceleraba poco a poco para salir… por donde había entrado. Así es, el momento “salgo por ahí” se esfumó en el instante en el que las dos ruedas delanteras se quedaron clavadas en el barro, siendo la única salida posible aquella por la que me había metido.
Lo curioso de todo ello es que el problema no está en el vehículo, sino en los neumáticos. La caja de cambios no puede hacer nada si no hay agarre entre las gomas y el suelo que estas pisan. En este sentido, las gomas Continental Cross Contact en medida 275/45 R20 que montaba nuestra unidad son unos neumáticos excepcionales por su longevidad, su resistencia de carga y su eficacia en superficies mojadas… siempre y cuando estén recubiertas por una buena capa de asfalto.
Más rutero
Bueno, puede que algo de culpa sí que tenga el vehículo. Y es que si echamos la vista atrás, veremos cómo su primera generación ofrecía un aspecto más robusto, más de todoterreno. En el modelo que protagoniza estas líneas, y que corresponde al último restyling al que le sometió la marca hace poco más de un año, su apariencia es la de un vehículo más rutero, menos bestia, pese a que estamos observando un coche de 4,80 metros de largo o 1,94 de ancho. Una actualización que se centra, sobre todo, en el frontal con el estreno de una nueva parrilla, luces diurnas LED dobles con faros bixenón de serie, o un paragolpes rediseñado en su parte inferior. La zaga también ha sufrido modificaciones, como el difusor ubicado entre las salidas de escape o la nueva ubicación de las luces antiniebla.
Pero además, aquel primer Touareg estaba dotado, de serie, tanto de reductora como de un bloqueo del diferencial central, que podía combinarse opcionalmente con un sistema de suspensión neumática y de un bloqueo del diferencial trasero. A día de hoy, mantiene como opcional los dos últimos elementos… a los que ha añadido también los dos primeros. Sí, el Touareg es el único vehículo de su segmento, así como el único del Grupo Volkswagen, en poder equipar tanto la reductora como los bloqueos varios. Ahora bien, para poder disfrutar de ellos, es necesario realizar un desembolso de 2.150 euros para incluir el denominado Terrain Tech, encargado de aglutinarlos. Un paquete que solo puede montarse con el diésel de 262 CV por lo que habrá que invertir, como mínimo, 69.650 euros o, como en nuestro caso, si equipas el acabado Premium, 72.230 euros.
Un motor robusto
Por lo tanto, no nos ha quedado otra que elegir dicho motor. Un propulsor que, según Volkswagen, copará la mayoría de ventas del modelo. Y no es para menos. Con 3.0 litros de cilindrada y una disposición de seis cilindros en V, este bloque impulsa las 2,2 toneladas como si nada. Rinde de forma constante entre las 3.800 y las 5.500 vueltas, al tiempo que ofrece nada menos que 580 Nm de par desde las 1.750 rpm. Además, gracias a la introducción de una serie de mejoras, en comparación con su predecesor no solo ha ganado 17 CV sino que además ha reducido considerablemente el consumo de carburante.
Bien es cierto que llegar a la cifra homologada por la marca, 6,6 l/100 km, es una misión casi imposible; pero si circulamos de forma tranquila y sin aspavientos mecánicos, es fácil dejar el registro medio en poco menos de 8 litros. Además, la caja de cambios automática Tiptronic de ocho relaciones incluye un modo ‘a vela’, mediante el cual, el Touareg aprovecha la inercia del movimiento para avanzar sin freno motor mientras la transmisión se desembraga por completo, rebajando el consumo cuando circulamos por carretera.
Terreno en el que el gran todocamino alemán se comporta como un auténtico señor. El montar la suspensión neumática, un opcional que cuesta 3.720 euros, nos permite experimentar un confort de marcha sobresaliente. Con ella, no hay bache que se nos resista y seremos capaces de realizar cientos de kilómetros sin que nuestro cuerpo se resienta en absoluto. Ofrece tres modos de funcionamiento, Normal, Confort y Sport, ofreciendo una variación de altura de hasta 55 mm entre la posición más alta y la más baja. Con el modo Sport activado, la carrocería se rebaja en 25 mm para incrementar la agilidad y estabilidad del vehículo. No importa si estamos en una vía rápida o en una secundaria, el comportamiento dinámico es en ambas situaciones confortable a la vez que efectivo.
Sin más errores
La posibilidad de elevar la carrocería nos ha permitido no ‘empanzar’ todavía más el vehículo dentro de nuestro charco. Una vez fuera, podemos dejarla fija en su posición más alta gracias al comando Lock, aunque eso sí, no podremos sobrepasar los 70 km/h y tendremos que tener sumo cuidado porque dejando la carrocería a 30 cm del suelo, el recorrido de los muelles no tendrá mucho más margen. Por ello, si no vas a meterle por caminos demasiado complicados, con que lo coloques en la posición off-road, tendrás más que suficiente. Además, en estas circunstancias, si el firme presenta una buena adherencia, el Touareg pasará con absoluta facilidad, incluso sin necesidad de engranar la reductora o bloquear ningún diferencial, pero en el caso de querer pasar por un terreno más complicado, la cosa podría empezar a torcerse.
Si todavía tenemos margen de error, en condiciones normales, el tren trasero recibirá el 60% de la fuerza mientras que el delantero contará con el 40%, una proporción que puede variar gracias al diferencial central Torsen. Si alguna rueda pierde tracción, el sistema la frena y el par pasa a la rueda opuesta pero si detectamos que vamos a necesitar más tracción, podemos bloquear el diferencial central, e incluso bloquear el trasero si las ruedas de ambos ejes tienen problemas. Pero cuando las cuatro ruedas comienzan a deslizarse y el vehículo no avanza, poco podemos hacer. En nuestro caso, la transmisión logró que saliéramos airosos de nuestra laguna pero nada de esto hubiera pasado si bajo la carrocería se hubieran montando unos neumáticos aptos a todo el potencial de este Touareg Terrain Tech…
