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Cuando un diseñador de automóviles quiere dar rienda suelta a su imaginación, acaba plasmando sus ideas en un concept car. Lo malo, es que cuando ese prototipo es aprobado para su fabricación en serie, pocos de sus rasgos (por no decir casi ninguno) se acaban plasmando en el vehículo de calle. No obstante, ahí está la regla para tener su excepción, porque en contadas ocasiones, las mentes pensantes de las marcas, permiten a sus dibujantes seguir con el patrón establecido en el Concept y plasmarlo en el coche definitivo.
Esto es, por suerte, lo que ocurre en el protagonista de estas líneas: el Volkswagen T-Roc. Sí, la marca germana ha dejado a sus diseñadores cierta libertad para mantener el trazo mostrado en el showcar del mismo nombre que fue presentado en el Salón de Ginebra de 2014. Una circunstancia poco común en la firma alemana, dada a ofrecer modelos de corte tradicional, sin grandes florituras. No obstante, con la llegada del Arteon (que probamos hace unas semanas aquí también) ya se vio el primer indicio de un aperturismo estético que se ha confirmado con el nuevo Touareg, recientemente presentado, y con esta familiar T de la marca, a la que se unirán el T-Cross a final de año y las variantes eléctricas I.D. desde 2019.
Entra por los ojos
No cabe duda de que el diseño es uno de los puntos fuertes de este T-Roc y Volkswagen parece haberse percatado de que la imagen de un coche es la variable más demandada por los compradores. Durante la toma de contacto realizada por Madrid, ya dimos buena cuenta de lo rompedor que es al atraer la mirada de todos los peatones que nos cruzábamos.
Circunstancia que se ha repetido, aunque menos, con la unidad de esta prueba, coloreada entera en blanco (frente a la naranja y negra de aquella). Pese a todo, el T-Roc llama la atención y mucho. Desde un frontal innovador, con esas luces diurnas LED ‘cuadradotas’ situadas entre las principales y las antiniebla y una parrilla amplia que le confiere una mayor sensación de anchura.
La línea lateral es igual de vistosa, pese a la ausencia del techo bi-color. Las llantas de 19 pulgadas (exclusivas del acabado Limited Edition) le dan ese halo de deportividad. Por último, la zaga, de diseño horizontal, se erige, junto con el frontal, como la zona más vistosa del coche. Divida en tres niveles, luneta, portón y paragolpes, todos con un aspecto ancho y voluminoso que le da presencia al conjunto.
Ficha Técnica Volkswagen T
Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turboalimentado
Cilindrada: 1.984 cm3
Potencia: 190 CV entre 4.200-6.000 rpm
Par: 320 Nm entre 1.450-4.200 rpm
Velocidad Máxima: 216 km/h
0-100 km/h: 7,2 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 8,4 / 5,7 / 6,8 l/100 km
Emisiones CO2: 153 gr/km
Dimensiones: 4.234 / 1.819/ 1.531 milímetros
Maletero: 392-1.237 litros
Peso: 1.495 kg.
Cambio: Automática, de doble embrague, y siete velocidades
Depósito: 55 litros
Precio: 34.536 euros
Precio ud. probada: 34.536 euros
Un conjunto, dicho sea de paso, que se posiciona justo entre medias de tres de los productos más importantes de la marca: Polo, Golf y Tiguan. Porque el T-Roc mide 4,23 metros de largo, lo que implica ser 18,1 cm más largo que el primero, 2,4 cm más corto que el segundo y 25,2 cm más corto que el último. En un futuro próximo, cuando llegue el T-Cross al mercado (recordemos que será el primo hermano del SEA Arona y que, por tanto, rondará los 4,14 metros de largo), este T-Roc se situará justo entre medias de éste y del Tiguan. Pero hasta que ese momento llegue, se convierte en el SUV más pequeño de la marca alemana. Cota que, además, completa con una anchura de 1,82 metros y una altura de 1,53 metros.
Sigue entre medias
Por dentro, el ingenio de los diseñadores parece haberse quedado algo estancado. Cierto es que ofrece un aire juvenil y que la personalización le define, pero el puesto de conducción claramente parece haber tomado un punto de partida para sus trazos: los del nuevo Polo.
La consola central es casi un calco de la que ofrece la última generación del utilitario (que también probamos hace unas semanas), destacando, sobre todo, el colorido. Porque aunque nuestra unidad fuera excesivamente sosa, toda la parte frontal, puertas y túnel central puede estar decorado con una moldura en Amarillo Cúrcuma y Naranja Calatea.
Ahora bien, lo más sorprendente es que situándole la marca casi a la misma altura que el Golf tanto en tamaño como en precio (frente al que incluso es cerca de 1.000 € más caro en función de la motorización), este T-Roc es mucho más pobre en nivel de acabado que el compacto…, e incluso que el Polo. No decimos que esté mal terminado, pues los ajustes son perfectos, pero todo el salpicadero está cubierto de plásticos duros que reducen la sensación de calidad final. Detalles que no se ven en el Polo y, ni mucho menos, en el alma máter de la marca.
Por suerte, Volkswagen tira de ingenio y nos ‘distrae’ con soluciones techies como la pantalla central táctil de 8 pulgadas, que ofrece un manejo exquisito y similar al de un smartphone (con el que es totalmente compatible gracias al Apple CarPlay y Android Auto) o el nuevo cuadro de instrumentos digital que estrenó el Polo, el VW Digital Cockpit de 11,7 pulgadas que, eso sí, no permite duplicar el mapa en ambas pantallas. O bien lo ves en la central o lo llevas tras el volante.
Por último, cabe mencionar la habitabilidad. Porque gracias a los 2,60 metros de batalla (2 cm menos que el Golf), el T-Roc propone un puesto de conducción amplio, con unas butacas cómodas que sujetan a la perfección y una zona trasera correcta, con hueco suficiente para que un adulto de 1,80 metros se coloque con comodidad al gozar de casi 10 cm para las piernas y 6 para la cabeza. Eso sí, al ser 2 cm más estrecho que un Golf, colocar a tres adultos será una labor complicada, sobre todo porque el del centro irá sentado en un asiento duro y estrecho que además está perjudicado por un túnel central voluminoso.
En cambio, el maletero se convierte en una de sus grandes bazas. Porque pese a su tamaño, ofrece 445 litros, 65 más que el Golf y a 75 del Tiguan. No obstante, las versiones con tracción total, 4Motion, como la nuestra, reducen el espacio disponible hasta los 392 litros. Pese a ello, tiene unas formas regulares que permiten distribuir la carga de forma homogénea y presenta una boca de carga bastante grande. Eso sí no dispone de doble fondo y el piso no queda completamente plano al abatir la segunda fila de asientos, momento en el que tendremos 1.239 litros de capacidad.
Va sobrado
De la amplia variedad mecánica que propone, con seis motores, y dado que en la presentación dinámica escogimos el gasolina de acceso, ahora hemos optado por el gasolina más potente. Puede que no sea la opción más demandada (el grueso irá a parar al 1.0 TSI de 116 CV y al nuevo 1.5 TSI de 150 CV), pero se torna como una excelente opción para todos aquellos que quieren tener potencia de sobra.
Porque el 2.0 TSI de cuatro cilindros genera 190 CV entre las 4.200 y las 6.000 rpm, el cual acompaña de un par máximo de 320 Nm, disponibles desde solo las 1.450 vueltas. Por lo tanto, como ves, solo hará falta acariciar el pedal derecho para gozar de un empuje extraordinario. Dicho bloque cautiva por esto y por su reducida sonoridad. Apenas se le percibe en marcha y es un placer hacer kilómetros con él. Ahora bien, el gasto de carburante nos ha parecido algo elevado, ya que durante la prueba y realizando todo tipo de conducción, el dato no bajó de los 8,5 l/100 km muy alejado de los 6,8 homologados. Por suerte, el depósito es grande y tiene 55 litros.
El encargado de gestionar todo este potencial es la caja de cambios automática DSG de siete relaciones, exclusiva de este motor. No vamos a alabar las virtudes de dicha transmisión pero sí nos ha parecido especialmente bien calibrada con este motor. Más aún si activamos el modo Sport del selector de modos situado en la consola central. Con él, la respuesta del motor, del propio cambio, de la dirección y de la suspensión varían para otorgarle un punto más de picante.
Porque el T-Roc ofrece un comportamiento excelente, muy bien resuelto y con un alto grado de disfrute al volante. El chasis ofrece un gran aplomo en carretera y un buen equilibrio en carreteras secundarias. No llega al nivel de un Golf o de un Polo, pero sí es más reactivo que un Tiguan, por ejemplo. El tacto de la dirección es directo y las curvas se enlazan con relativa facilidad. La guinda la posee la amortiguación variable DCC, que mejora la pisada, sujetando perfectamente los 4,23 metros de carrocería en modo Sport y liberándolo para un mayor confort en el programa que lleva adherido dicha cualidad.
¿Y por campo?
Como siempre ocurre con los SUV, nos hacemos esta pregunta. Más aún si en el T-Roc asociamos la tracción 4Motion. Este sistema diferencia al modelo alemán del resto de rivales ya que casi ninguno de los B-SUV actuales ofrece tracción a las cuatro ruedas (se puede contar con los dedos de una mano). No obstante, dada la escasa altura al suelo que ofrece, de 16,1 cm, las aptitudes off-road quedan bastante limitadas, ciñéndose su uso a caminos nos asfaltados de baja dificultad. Y eso que ofrece dos programas de conducción de este calado: Offroad y Offroad Individual (en el que podremos modificar nosotros los parámetros). En ambos se activa el asistente de descenso de pendientes.
De esta forma, montar la tracción 4Motion nos servirá para afrontar con mayor seguridad tramos de baja adherencia, repletos de agua o con el pavimento deslizante, situación en la que, además, podremos activar el programa Snow, para circular sobre nieve.
Cuesta lo suyo
La gama T-Roc se divide actualmente en cuatro acabados: Edition, Advance, Advance Style y Sport. Nuestra unidad correspondía con una edición especial de lanzamiento propuesta por Volkswagen y denominada Limited Edition que, hoy por hoy, no está disponible. Por lo tanto, el único nivel al que podremos optar si optamos por nuestro motor protagonista será el Sport.
Dicha combinación tiene un precio de partida de 33.975 €, que se nos antoja algo elevada para un modelo de sus dimensiones. No obstante, el equipamiento que ofrece es de lo más completo, con llantas de 17 pulgadas, faros delanteros Full LED, asientos deportivos, inserciones en Caribou Grey, climatizador, asistente de mantenimiento de carril, App-Connect, VW Digital Cockpit, cámara de visión trasera, acceso y arranque sin llave… Ahora bien, eso no quita para que podamos seguir añadiendo elementos como la pintura bicolor para la carrocería, las llantas de 18 pulgadas (nuestra unidad llevaba unas de 19), tapicería de cuero Vienna, sistema de sonido firmado por Beats Audio, techo solar corredero, navegador Discover Media o dispositivo de remolque.
Si añadimos todos esos elementos, el precio final asciende a nada menos que 44.570 €, al que puedes descontar la oferta comercial de 880 € y los 2.150 € si financias. No obstante, este T-Roc con todo y con el motor más potente cuesta incluso 1.425 € más que un Tiguan Sport 2.0 TSI 4Motion de serie o 210 € más que un Golf R de 310 CV. Una prueba más de que Volkswagen ha querido que el T-Roc sea distintivo en todos los aspectos… incluido el precio.