Su motor 1.6 gasolina tiene muy buena sonoridad, rinde a las mil maravillas en marchas cortas y consume solamente lo necesario. Lo demás es suavidad, buen tacto en carretera y un generoso espacio para acompañantes. Además, claro, del iPod de 8Gb en el que pueden sonar hasta 2.000 canciones del tirón. Será por historias... Renault hizo lo mismo con el Clio i-Music y la jugada le salió redonda. Vender un coche por lo que no tiene nada que ver con él sirve como estrategia de Marketing siempre y cuando se conserve la calidad en el coche. Puede parecer evidente, pero hay mucha gente a la que un aparato de 300 euros le parece el mejor argumento para elegir un coche de casi 20.000. Todo sirve -vale- pero no es lo más sensato. El caso es que quien elija el iGolf se llevará un buen Mp3 y un mejor coche.
Motor: muy suave, algo corto, pero suficiente
Con 102 cv de potencia y un precio de 18.100 euros, ésta motorización 1.6 es lo más asequible dentro de la gama gasolina de iGolf. Por unos 2.000 euros más podemos pasar al tan premiado motor TSI de 140 cv. Éste tiene mejores prestaciones, caja manual de 6 velocidades, menos consumo y al parecer, su sonido es más contenido. A la espera de poder probar éste último, el 1.6 es el perfecto ejemplo de moderación, equilibrio y la soltura. Su caballaje permite mover con alegría sus 1200 kilos de peso y el promedio de su consumo, aunque no es exagerado, supera ligeramente los 7 litros a los cien.
El cambio manual de 5 desarrollos se controla a través de recorridos cortos, ligeros y con un engranaje bastante preciso. Funciona mejor en marchas cortas ya que es necesario alcanzar al menos las 2.500 vueltas para notar la verdadera respuesta de éste. En carretera no podremos exigirle adelantamientos prodigiosos porque el par queda algo asfixiado en quinta velocidad.
Las sensaciones generales al volante son impecables. La suspensión es agradable tanto en terrenos bacheados como en los pasos por curva. No hemos notado cabeceos extraños y el sonido de la rodadura llega al interior bastante atenuado. Ni una sola vibración al volante.
Equipamiento: Lo funcional por encima del resto
Las cuatro motorizaciones de la gama iGolf – las dos diesel y las dos gasolina – cuentan en principio con los mismos elementos de serie. Lo mejor es el equipo de seguridad y multimedia. Lo peor, que las opciones extra están bastante limitadas.
A primera vista los rasgos que definen el exterior del iGolf son el spoiler en el techo y las llantas de 15” modelo Bristol de 10 radios.
En el interior del habitáculo dan buena cuenta de la calidad algunos cromados, el volante deportivo de 3 radios o el revestimiento en cuero de la palanca de cambios. Los asientos delanteros son de banqueta muy plana, sólo regulables en altura en el caso del conductor pero muy cómodos para grandes distancias.
La instrumentación es muy sencilla porque no dispone de ordenador de a bordo (es un extra de 180 euros) ni controles integrados en el volante (tampoco disponible). No tiene automatismos de luz y lluvia y el Tempomat (el control electrónico de la velocidad) no puede instalarse. Las pocas opciones para personalizar nuestro iGolf son el climatizador bizona con guantera refrigerada, el techo eléctrico o el cargador de 6 cds integrado en la radio.
Éste ultimo extra carece, en nuestra opinión, de sentido ya que el secreto multimedia de éste coche es el concepto “non-stop” de la música a través del iPod de 8 Gb. La instalación de serie está hecha en el interior del reposabrazos central y pensada también para los modelos deportivos GT Sport, GTi o R32. En los Highline y Conceptline es una opción que cuesta 230 euros.
Su funcionamiento es sencillo, sólo hay que insertar el iPod en la conexión auxiliar, y se controla a través de la radio. La pega es que el sistema no aporta información acerca de las pistas, carpetas y demás. Por tanto, deberemos preparar las listas de música antes de salir de casa.
Mucha seguridad activa. Todo de serie.
Si echamos mano de las hemerotecas, no ha habido otro coche que haya reunido las puntuaciones conseguidas por el iGolf en las pruebas EuroNCap. Ha obtenido 5 estrellas en protección para pasajeros, 4 en seguridad infantil y 3 en seguridad ¡para peatones!. ¿Como? Pues porque en su diseño utiliza materiales deformables que reducen considerablemente el riesgo de lesión en casos de atropello, algo que las marcas están empezando a tener muy en cuenta y que no merma la seguridad en el caso de un impacto frontal.
Además del control de estabilidad ESP, el iGolf lleva de serie un sistema que reduce el deslizamiento en caso de que una de las ruedas patine. Tiene 6 airbags de serie y los reposacabezas dejan de ser regulables en altura para ganar seguridad en caso de impacto trasero. Cuenta con inmovilizador electrónico y cinturones de 3 anclajes regulables en altura.