Nosotros lo hemos probado con el bloque de gasolina 1.0 TSI de 95 CV asociado al acabado Sport y estas han sido nuestras impresiones. “Me gusta mucho, aunque prefiero el mío porque es más pequeñito”. Esta frase proviene directamente de una usuaria del Volkswagen Polo muy cercana a mí. Irene ha tenido el privilegio de poder conducir y conocer nada menos que tres generaciones del que es uno de los iconos del Volkswagen. Y ahora, al presentarle esta sexta generación, su cara de sorpresa no puede ser mayor.
“Me gusta el diseño, tiene más presencia que el mío, pero le veo más parecido a un Golf, ¿no?”. No lo digo yo, lo dice ella… y no le falta razón. Ya desde la anterior entrega, Volkswagen ha ido poco a poco acercando el utilitario a su best-seller y con este nuevo Polo las similitudes no pueden ser más evidentes.
‘Agolfado’
Empezando por el diseño. Volkswagen vuelve a emplear esa máxima de las marcas alemanas de cambiar casi todo pero sin que parezca que ha variado nada. Dicho y hecho, pues nuestro protagonista, ataviado con el acabado Sport que le hace ser portador de una imagen más dinámica, presenta una calandra más ancha y alargada, grupos ópticos más grandes con una nueva firma lumínica diurna LED o paragolpes más prominentes.
La línea lateral gana en atractivo gracias a las llantas de 17 pulgadas y a unos pasos de rueda algo más abultados. Por su parte, la zaga es la que define su personalidad, con un portón que también gana en anchura y unos grupos ópticos situados en los extremos y con una forma ‘cuadradota’ que antes. En este acabado, además, se añade un semi-difusor en negro que enfatiza el carácter deportivo del modelo.
Un nuevo lenguaje de diseño que se ha podido llevar a cabo gracias al empleo de la nueva plataforma MQB A0, destinada para los modelos de corte pequeño del grupo Volkswagen (véase los SEAT Ibiza o Arona, así como los próximos VW T-Cross o Audi A1 o los Skoda Fabia y el B-SUV que comercialicen a final de año). Una base más ligera y rígida que, como veremos, mejora considerablemente su comportamiento y que le ha permitido crecer de tamaño.
Ficha Técnica Volkswagen Polo Sport 1.0 TSI 95 CV DSG
Motor: Gasolina, tres cilindros en línea, turboalimentado
Cilindrada: 999 cm3
Potencia: 95 CV entre 5.000
Par: 175 Nm entre 2.000-3.500 rpm
Velocidad Máxima: 187 km/h
0-100 km/h: 10,8 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,8 / 4,1 / 4,7 l/100 km
Emisiones CO2: 107 gr/km
Dimensiones: 4.053 / 1.751/ 1.461milímetros
Maletero: 351-1.125 litros
Peso: 1.180 kg.
Cambio: Automática, doble embrague, de siete velocidades
Depósito: 40 litros
Precio: 19.465 euros
Precio ud. probada: 24.390 euros
Así es, porque la sensación de Irene era acertada. Este nuevo Polo es 8,1 centímetros más largo y 6,9 cm más ancho, dejando así las cotas en los 4,05 y 1,75 metros que se expresa en su ficha técnica. Por su parte, la altura es la única que se reduce, aunque tampoco mucho, un centímetro, hasta los 1,44 metros. De esta forma, Irene vuelve a estar en lo cierto y la percepción visual que uno tiene al observarle es la de tener enfrente un coche con más empaque, con más presencia. Una idea que se remarca más si tenemos en cuenta que este nuevo Polo mide casi lo mismo que el Golf IV.
Máxima amplitud
Gracias a ello, como es obvio, el espacio interno se incrementa. Aquí, nuestra usuaria se queda gratamente sorprendida, sobre todo al comprobar cómo al colocar la sillita infantil de su hijo, el espacio resultante que queda es mucho más abultado que en el de su Polo. Porque no solo aumenta el espacio disponible para las piernas, de 71 cm, sino también la anchura a la altura de los hombros, con unos notables 131 cm.
De esta forma, y sin sillitas infantiles de por medio, tres adultos podrán viajar sin demasiados problemas, incluso si el trayecto es largo ya que tanto el respaldo como la butaca central son sorprendentemente confortables… aunque no tanto como los exteriores. Aquí, con un conductor de 1,80 metros, un adulto de mi complexión todavía tenía 13 cm para las rodillas y siete para la cabeza.
Pero lo realmente sorprendente llega al acceder al maletero. La boca no solo es ligeramente más grande, sino que el hueco que nos brinda es 71 litros superior al del coche de Irene. “Guau, aquí me cabe de todo”, confiesa ella, mientras observa los 351 litros de volumen, que mantiene el doble fondo de la anterior generación (no tiene rueda de repuesto) y que pueden ampliarse a 1.125 si se abate la segunda fila (en una proporción 40/60).
Mejorando lo presente
Avanzando al puesto de conducción, todo rastro de diseño continuista que podía generarnos el exterior desaparece. Los dibujantes de Volkswagen han querido ofrece un salpicadero moderno y juvenil, más alejado de la sobriedad del Golf. Gran parte de culpa la tienen las nuevas molduras de plástico que pueden ser de diferentes tonos. En nuestro caso, desgraciadamente, eran de color gris pero viendo el configurador sabemos que pueden ser rojas, naranjas.
Sí se mantiene esa sensación de anchura, que se entremezcla con un diseño ciertamente minimalista gracias a la presencia de la pantalla central de 8 pulgadas que montaba nuestra unidad (de serie viene con una de 6,5), con un funcionamiento exquisito similar al de los smartphones. Un monitor que se puede complementar con el nuevo cuadro de instrumentos digital Digital Cockpit, de 11,7 pulgadas, que, por desgracia, no iba equipado en nuestro Polo Sport y que hubiera redondeado un conjunto que, como siempre, destila calidad.
Porque el Polo sigue siendo uno de los compactos mejor hechos del segmento. Materiales blandos y perfectamente ajustados dan la bienvenida a unos ocupantes delanteros que se acomodarán en unas butacas confortables y con un alto grado de sujeción.
La opción más acertada
De la amplia oferta mecánica de la que dispone el nuevo Volkswagen Polo, nosotros hemos optado por la que, creemos, es la versión más equilibrada: el 1.0 TSI de 95 CV combinado con la caja de cambios automática DSG de siete relaciones. El bloque de gasolina no solo porque ofrece un empuje y una sonoridad excelentes, sino porque visto cómo se mueve el mercado, en menos de lo que pensamos dicho combustible se encargará de monopolizar el segmento.
Es un motor contrastado que mueve con soltura y contundencia los escasos 1.180 kilos del conjunto pero que “suena algo más que mi 1.2 TSI”, confiesa Irene. Y es cierto, el bloque de 90 CV de su anterior Polo es más silencioso que este tricilíndrico, pero lo cierto es que ambos ofrecen un comportamiento similar. De hecho, es perfecto tanto para movernos por ciudad como para realizar una escapada. Eso sí, el consumo medio medido quedó lejos de los 4,7 homologados, pero algo mejor que el registro que Irene lleva en su coche, cercano a los 6,5 l/100 km.
En cuanto a la caja de cambios automática, pese a tener un incremento de precio de 1.670 euros frente a la manual, se torna como la opción ideal para acometer todo tipo de trayectos con agilidad y despreocupación. Es rápida e intuitiva aunque en determinados momentos ofrece cierto retraso a la hora de actuar, sobre todo cuando demandamos una gran aceleración en momentos determinados, como adelantamientos. Carencia que podremos paliar si echamos mano de las levas situadas tras el volante.
Dinámicamente las diferencias con su predecesor son todavía más acusadas. Como decíamos, la plataforma MQB A0 le proporciona una mayor rigidez estructural lo que, en la práctica le convierte en un coche mucho más aplomado. Su comportamiento ya nos sorprendió en la prueba del SEAT Ibiza. La mayor anchura de vías le facilita tener una pisada más contundente, mejorando igualmente la estabilidad en curva. Ahora es más seguro y sencillo trazar un giro, por muy acusado que sea este. Aquí, la dirección también tiene buena parte de culpa ya que ha ganado en respuesta y rapidez; mientras que los frenos realizan un trabajo excelente, incluso cuando abusamos de ellos.
En conclusión
Antes de llegar al final, merece la pena destacar brevemente, el gran trabajo que han realizado en Volkswagen por ofrecer un Polo mucho más seguro que antes. La nueva MQB A0 le ha permitido aumentar el número asistentes, convirtiéndole en uno de los más seguros de su segmento. Eso sí, de serie solo ofrece el asistente de frenada de emergencia automática en ciudad con detección de peatones y el control de velocidad de crucero adaptativo (a partir del Adavane). El resto, son opcionales: detector de ángulo muerto, alerta por tráfico cruzado trasero, cámara de visión trasera, asistente de aparcamiento, alerta por fatiga, protección de ocupantes proactiva y sistema de monitorización de los neumáticos.
Quizá muchos deberían ser de serie pero eso no quita para que este nuevo Polo tenga todas las papeletas para convertirse, de nuevo, en el referente de su categoría. Argumentos no le faltan: diseño, habitabilidad, tecnología, seguridad y, sobre todo, dinámica de conducción. Características y mejoras que, como siempre, tienen un coste extra frente a sus principales rivales, ya que nuestro Polo 1.0 TSI de 95 CV asociado al acabado Sport y a la caja DSG tiene un precio de partida de 19.465 €, que aumentará hasta los 24.390 € si le añadimos todos los extras que incluía. Por suerte, Volkswagen ofrece un descuento comercial de 605 € al que se puede sumar otro de 1.200 € si decides financiarlo con Volkswagen Finance.