Sin embargo, también la funcionalidad y el equilibrio son rasgos que hacen destacar al Golf Variant frente al resto. Y es que, en realidad, el líder de la clase soberana sólo tiene una pega. Y no, esta pega no es la apariencia exterior ni cualquier cosa que tenga que ver con el diseño. En la séptima generación el Golf sigue respetando sus señas de identidad clásicas y ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos gracias a unas nuevas luces, más finas y con bordes claros agudos, a nuevas llantas y a las nuevas luces diurnas compuestas por LEDs. Además, la versión familiar ha dejado de ser un compacto “con una mochila pegada” para integrar de forma más armónica la zona de carga, con formas más suavizadas y que agradan más a la vista. No obstante, si las rancheras no son lo tuyo, este coche seguirá sin convencerte.
Un montón de espacio y muchas funciones
Algo que puede hacer destacar mucho a este Golf Variant es su sobresaliente capacidad de almacenamiento. Gracias a las luces traseras divididas en dos partes VW puede contar con una amplia abertura en un maletero de 605 litros. Si se necesita más espacio se puede inclinar el respaldo del asiento directamente desde el portón mediante un mando situado en la pared lateral para llegar hasta los 1.620 litros. En el caso de que se necesite la máxima longitud disponible podemos plegar el asiento del pasajero y dejar hasta 2,67 metros en caso de necesitar transportar objetos largos. En caso de necesitar objetos voluminosos, como una lavadora por ejemplo, se pueden desmontar los paneles laterales del maletero así como dejar disponible el espacio del doble fondo.
Algunas cosas a mejorar
Pero hay más soluciones inteligentes. Además de guías y unos rieles en el maletero para afianzar la carga, el usuario del Golf Variant también agradecerá el buen aislamiento del compartimento de carga y que se hayan instalado argollas y ganchos para sujetar bolsas de pequeño tamaño.
Como pega, hemos echado en falta una apertura del portón trasero de forma eléctrica, lo que daría un poco más de facilidad a la hora de cargar el maletero. Dejando a un lado el nuevo Citroën C4 Picasso, en el segmento de los compactos es cierto que no es muy frecuente encontrar portones traseros eléctricos
Las problemas de espacio
En términos de tecnología, nuestra unidad de prueba venía muy completa y ofrecía multitud de detalles. El Golf es, a nivel de espacio, uno de los mejores coches del segmento C, tanto por espacio libre para las piernas como por altura disponible para los pasajeros de ambas filas. Sin embargo, algo que nos pareció negativo es que el túnel de transmisión sobresalga tanto y limite el espacio para los pies del quinto ocupante.
Gran guía para el buen dinero
En el puesto de conducción todo está claro y ordenado, en parte gracias al freno de mano electrónico o a la pantalla táctil del sistema multimedia, que también cuenta con una mejor lógica de funcionamiento y funcionalidad. Sin embargo, el sistema “Discover Pro” tiene que ser comprado por bastante dinero incluso en los equipamientos más elevados. Para los niveles de equipamiento inferiores cuesta al menos 2.700 euros, mientras que en el Highline el sistema no cuesta menos de 2.000 euros. Con la recepción de radio digital, el control del sistema de sonido Dynaudio y el control por voz el asunto puede encarecerse otros 1.000 euros más, así que hay que contar con un buen poder adquisitivo para hacer frente a estos atractivos opcionales.
Y luego hay una gran variedad de complementos a nivel de seguridad, desde un control automático de la distancia a velocidad de crucero, un sistema de asistencia de frenado de emergencia basado en un radar o un práctico asistente de luz de carretera. Otros componentes, como la advertencia de salida de carril, el reconocimiento de señales de tráfico o la cámara de visión trasera hacen que el catálogo de extras sea realmente imponente.
Cómodo o dinámico, a gusto del conductor
Igual de variado es el equipamiento como las posibilidades de comportamiento del Golf Variant. El coche permite por encima de todo que los pasajeros experimenten un viaje muy tranquilo, sensible y equilibrado. Al menos esta es la impresión que da el aislamiento acústico y el sistema de suspensión variable DCC (opcional por unos 1.000 euros). Este último proporciona un abanico de opciones para orientar la conducción a la diversión al volante o más bien a un chasis confortable. Quién haya probado este sistema por primera vez se sorprenderá de lo maravillosamente conseguido que está. En el modo más dinámico se pueden afrontar curvas con mucha decisión y se puede acelerar a fondo con el apoyo de bloqueo electrónico del diferencial estándar XDS, también bastante limpio y para evitar salir sin complicaciones de las curvas.
Esto último es particularmente divertido con los 150 CV de potencia y 320 Nm de par disponibles con el motor diesel de dos litros, con el que además de un buen comportamiento deportivo se puede lograr ser bastante eficiente. En el modo Eco, este compacto de 1,4 toneladas de peso acelera en 8,9 segundos y alcanza velocidades máximas de 218 km/h. Con el paquete de tecnología BlueMotion, que incluye entre otras cosas el modo de navegación y el sistema de arranque y parada automáticos, probablemente podemos conseguir un consumo de 4,2 litros. Si queremos ser rápidos en carretera, entonces tendremos que convivir con valores en torno a 6 litros.
Caro (o muy caro)
Todas estas virtudes hay que aceptarlas a cambio de un precio bastante elevado, sobre todo si miramos otras opciones en el mercado. El Golf Variant más básico está disponible desde 19.900 euros, una cifra aceptable pero que nada tiene que ver con los casi 26.000 que la marca pide por este motor diesel en su equipamiento más básico. Con opcionales y algún que otro capricho a nivel de diseño, lo más probable es que la factura acabe superando los 30.000 euros.