Estoy convencido de que si piensas en las siglas GTI, de manera automática en tu cabeza aparece un modelo: el Golf GTI. Un auténtico icono del automóvil que lleva vigente 44 años en lo que ha terminado por ser una auténtica referencia de los hot hatch.
Si bien la competencia es cada vez mayor, el mítico modelo alemán sigue sumando generaciones para el deleite de sus aficionados y la queja constante de sus detractores. Un auténtico éxito para la marca pues los 2,3 millones de unidades vendidas en estos casi siete lustros de vida suponen casi un 10% del total, que se dice pronto.
Y aunque podríamos estar hablando de manera interminable sobre la historia del modelo, creo que no hay nada nuevo que podamos aportar que no se haya dicho ya acerca del Golf GTI. Así que creo que lo más coherente es que me deje de enrollar y veamos en profundidad cómo es este Golf GTI de octava generación que hoy tenemos con nosotros.
Deportividad visual
Antes de entrar en lo realmente importante, que es saber cómo va. Vamos a repasar brevemente los puntos estéticos que ofrece. Y digo brevemente porque como buen Golf y como buen GTI mantiene una línea continuista.
Del conjunto destacaría cuatro elementos: el frontal, con la inestimable franja roja que se estira hasta los faros (con tecnología LED e iQ.Light matricial en opción) a la que se suma ahora una retroiluminada que se activa al conectar las luces; el paragolpes delantero con esta gigantesca toma de aire y luces LED hexagonales que también hacen las veces de diurnas; las llantas en forma de hélice de 18 pulgadas (de serie viene con 17 y en opción puede montar también unas de 19) tras las que se esconden estas pinzas de freno en rojo y ya en la zaga, la doble salida de escape circular que emite un sonido delicioso al conectarlo. El resto, un Golf como otro cualquiera más allá de los múltiples emblemas GTI y de que la carrocería está 15 mm más cerca del suelo.
Ojo a la tapicería del Golf GTI mk8
En el interior lo primero que llama la atención es la característica tapicería Tartan de cuadrados del modelo original y que da ese aire retro al conjunto. Sin salir de los asientos, son de corte deportivo e incluyen los reposacabezas. Ofrecen una buena sujeción y en opción puede estar calefactados. Al igual que el volante, con el típico diseño achatado en su parte inferior y unos mandos táctiles que son vistosos pero resultan algo más toscos de manejar que los botones de toda la vida.
Y es que la modernidad es uno de los puntos fuertes de la octava generación del Golf, tal y como se comprueba en la doble pantalla digital que preside el salpicadero. Tras el volante tenemos una de 10,25 pulgadas, de serie, con amplísimas opciones de configuración ya que podemos ver el mapa en pequeño, en grande e incluso seleccionar indicadores deportivos como la aceleración, la presión del turbo…
La segunda, la central. De serie trae una de 8 pulgadas y por 850 € se puede montar la__ Discover Pro de 9,2 pulgadas con una mayor resolución__, control gestual y reconocimiento por voz. Es intuitiva aunque algo lenta en determinados menús pero hay un elemento que no me acaba de gustar nada: la integración de la climatización. Si bien contamos con un comando de acceso rápido, el resto de funciones hay que manejarlas mediante el monitor, y en marcha eso resulta algo incómodo.
Siguiendo con dichos comandos, tenemos acceso directo a los programas de conducción (no como en el nuevo SEAT León por ejemplo) mientras que en las versiones automáticas vemos cómo el túnel central está completamente despejado. Perdemos la típica bolita de Golf para el pomo que sí está disponible en las versiones manuales, pero ganamos en limpieza visual.
Lo que voy a hacer es omitir la zona trasera y el maletero porque, en esencia, son iguales a cualquier otro Golf, con un espacio correcto para las piernas y un volumen de 374 litros, respectivamente. Así que ahora lo que vamos a hacer es darle al botón de arranque, ajustarnos el cinturón y salir a dar una vuelta que es lo que me pide el cuerpo que haga con este Golf GTI.
Nuevo VW Golf GTI: perfecto equilibrio
En marcha lo primero que me surge es una duda relativa a la potencia porque Volkswagen ha decidido mantener la potencia del anterior GTI Performance que declaraba 245 CV. Pues bien, mi duda es saber por qué no ha decidido dejar los 265 CV del TCR que tan buen resultado daban. Quizá sea porque así el GTI Clubsport con sus 300 CV se convierte en una compra más exclusiva.
Sea como fuere, lo cierto es que el 2__.0 TSI sigue siendo una auténtica referencia en lo que a deportividad se refiere__. Polivalente como pocos, es un bloque estupendo para disfrutar de una jornada deportiva. A los 245 CV le acompaña un par máximo de 370 Nm entre las 1.600 y las 4.300 rpm por lo que tenemos empuje en casi todo el rango de revoluciones y eso se nota en marcha. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos y declara una punta, autolimitada, de 250 km/h, nada mal como veis. Pero lo que en realidad enamora de este Golf GTI es lo fácil que resulta conducirlo.
Tenemos varios programas para elegir pudiendo, además, tener un coche para cualquier opción: desde un ahorrador si seleccionamos el modo Eco (luego os hablaré del consumo) hasta uno confortable gracias al modo Comfort pasando por el casi obligado Sport que desata todo el potencial de este coche.
En este sentido, obligatorio será equipar la suspensión adaptativa DCC que cuesta 900 € y que permite variar la dureza de los amortiguadores. Además, el modo Individual podemos seleccionar hasta 15 reglajes, desde uno más cómodo que con el Comfort a otro más extremo que el del Sport, así como escoger la dureza de la dirección, el sonido del motor…
Con el Golf GTI no vas a tener un hot-hach radical, ya te lo digo yo, pero sí vas a poder ir muy rápido en curva. La capacidad de tracción es elevadísima y siempre podremos hacer uso de toda la potencia al salir de la curva. Parte de culpa la tiene el diferencial delantero de deslizamiento limitado y los nuevos cojinetes y a un subchasis heredado del GTI Clubsport S.
Quizá lo que sí hubiera modificado hubiera sido la gestión del cambio DSG, para hacerlo menos permisivo y dejarnos apurar más el rango de revoluciones cuando empleamos el modo secuencial.
Para terminar, el consumo del que os comentaba algo antes. Con el modo ECO resulta sorprendente lo fácil que es lograr registros por debajo de 7 l/100 km. En la prueba, de media hemos gastado unos 7,6 l/100 km en conducción de todo tipo y al realizar una conducción deportiva no verás bajar el dato de los 10 litros, pero merece la pena solo por escuchar este sonido…
En definitiva
Uno más y ya van ocho. Volkswagen sigue agrandando la historia del Golf GTI con una octava entrega que sigue siendo tan sosa estéticamente como sencilla de conducir. Pero las siglas GTI no están para lucir una cara bonita (aunque esta entrega sea la más llamativa de las últimas) sino para que en nuestro rostro se dibuje una sonrisa.
Eso sí que lo consigue el Golf GTI. Es divertido, ágil y muy dinámico, todo ello sin olvidar el exquisito sonido de su doble cola de escape. Solo el haber tenido un poquito más de potencia y que la gestión del cambio fuese algo más radical consiguen torcernos un poco el gesto.
Pero lo que nos dejará precisamente con el gesto más serio será su precio. Porque este Golf GTI no es un modelo barato: 45.355 € tienen la culpa que se convierte en casi 50.000 € si quieres equipar esta unidad. Un precio alto que lo parece más si tenemos en cuenta que rivales directos como el Cupra León o el i30N Fastback (este con más potencia) son entre 5.000 y 10.000€ más baratos.
Pero ya sabes el nombre también se paga y en este caso, el Golf en general y el GTI en particular cuentan con mucho bagaje a sus espaldas. Ahora, si quieres disfrutar de un Golf GTI de la generación anterior, métete en Autscout24.es que seguro que encontrarás uno al precio que mejor se te ajuste.