- Desde 51.591 € (*El precio es el producto de la suma del precio del vehículo y el de la convesrión 4x4 (19.950 €).
- 3 años de garantía sin límite de kilómetros.
- Seguro a todo riesgo: desde 1.874 euros; a terceros: desde 578 euros.
Nos encanta lo atípico y lo extremo, y este enorme furgón es una de las cosas más atípicas y extremas que ha pasado por la redacción de TodoTerreno en mucho tiempo. Pero, antes de llegar aquí, nuestra Crafter fue ensamblada en Hanóver (Alemania), donde recibió su motor diésel biturbo tetracilíndrico de dos litros, 163 CV y 400 Nm, así como su cambio de marchas manual de seis velocidades.
En lugar de viajar a algún centro logístico o al concesionario de turno, fue enviada 800 kilómetros hacia el sur, a las instalaciones de Achleitner Fahrzeugbau, en la localidad austriaca de Wörgl, una pequeña población tirolesa ubicada en la falda de los Alpes, a orillas del río Eno, donde la orografía y el clima convierten a cada uno de sus 12.723 habitantes en auténticos expertos todoterreneros. Allí montaron una caja de transferencia –que integra un diferencial central 100 % bloqueable manualmente y una reductora de relación 2,5:1–, un diferencial trasero también bloqueable, el correspondiente árbol de transmisión que manda el 50 % del par motor al tren delantero, palieres para este eje y un tercer diferencial con bloqueo manual. Por si esto fuera poco, se instalaron muelles más largos en el tren delantero, ballestas reforzadas y con mayor flecha en el trasero, amortiguadores a juego con la reforma, un cubrecárter y neumáticos BFGoodrich All-Terrain T/A en medida 245/75-16 –rueda de repuesto incluida–. Con todo ello, el furgón germano-austriaco abandona Wörgl con 10 centímetros más de altura libre al suelo y con una magnífica preparación para enfrentarse a barrizales, trampas de arena, vadeos y casi cualquier otro escenario todoterreno.
En Alemania, puedes encargar una Crafter con todas estas mejoras o pedir únicamente alguno de los elementos, pero en España solo está disponible el kit completo, por el que habrás de pagar casi 20.000 euros, que se sumarán a lo que cueste la versión del furgón elegida: chasis-cabina, furgón de carga, mixto –con dos o tres filas de asientos– y plataforma –con cabina sencilla o doble y una caja de carga abierta–.
Aspectos peculiares
Exteriormente, el vehículo resulta imponente, y una vez que "ascendamos" a su puesto de mando, nos encontraremos sentados en un cómodo butacón, divisando el tráfico que nos rodea desde una privilegiada posición elevada.
Iniciamos la marcha y pronto nos acostumbramos a la posición inclinada y baja del volante, a la enorme batalla, que nos obliga a abrirnos más a la hora de maniobrar en ciudad y a que nuestra cadera no acompañe las sacudidas que percibimos en nuestros pies y nuestras manos, debido a la suspensión neumática del asiento. También percibimos el escaso aislamiento acústico –a este cuesta más acostumbrarse– y nos sorprende gratamente la buena respuesta del motor y la precisión y rapidez de la caja de cambios, que en realidad son idénticas a las del pick up Amarok.
En carretera, los kilómetros apenas cansan. La postura erguida, con las piernas poco flexionadas, hace que el tiempo transcurrido a bordo parezca pesar menos que en otros modernos vehículos y nos hace preguntarnos si el verdadero lujo no se encontrará en el asiento neumático de un furgón en lugar de en los refinados plásticos blandos de un todocamino alemán.
Salimos del asfalto
En cuanto salimos del asfalto, el Crafter 4x4 comienza a superar los pequeños obstáculos de los caminos con una facilidad pasmosa que nos hace subir poco a poco el ritmo hasta que nos encontramos rodando a velocidades inadecuadas para un monstruo de tres metros de altura. El elevado centro de gravedad es uno de los pocos inconvenientes que hemos encontrado en campo. Volkswagen afirma que el Crafter puede superar pendientes laterales del 42 %, pero aún así siempre estará en desventaja con un TT convencional.
En general, el Crafter requiere mucha más atención a la hora de circular deprisa o afrontar pasos complicados, evitar que las ramas de un árbol golpeen el techo, prever un lugar en el que dar la vuelta, etc.
Nos ha sorprendido que no haya controles electrónicos ni de tracción ni de estabilidad. Tampoco es posible montar un cambio automático, pero, con la reductora, no lo echaremos de menos.
Aunque solo hay un motor y una caja de cambios disponibles, cualquier variante de carrocería puede ser transformada en 4x4, por lo que muchos datos dependen de las dimensiones y la masa de la carrocería elegida. Del mismo modo, la lista de opciones es abundante y Volkswagen acepta pedidos de equipamientos especiales a la carta. Para ello, el concesionario realiza la consulta a fábrica y a los pocos días el cliente recibe un presupuesto.
Conclusión
Este vehículo nos ha sorprendido por la excelente calidad de su transformación 4x4 –que nos parece más propia de un fabricante de todoterrenos que de un preparador– y por sus cualidades off-road, encomendadas a componentes de la "vieja escuela": bloqueos mecánicos, reductora y eje rígido trasero.