El modelo alemán gana en refinamiento y tecnología para acercarse a los SUV actuales. Nosotros lo hemos probado con el motor diésel de 224 CV y las sensaciones no pueden ser más positivas. Cuando uno piensa en los pick-up, lo primero que le viene a la mente es al típico americano, enfundado con su gorra azul, roja y blanca, los vaqueros Levi´s y con los botones de su camisa a cuadros a punto de reventar a causa de sus kilos de más. Un conductor que no teme a nada… y no nos extraña, porque estas camionetas, y más en EE.UU. suelen ocupar lo que aquí correspondería con carril y medio.
Pero volviendo al mercado europeo y, principalmente, al español, cabe mencionar que el segmento de los pick-up se ha incrementado muchísimo en los últimos años. No solo por la aparición de nuevos modelos como el Fiat Fullback, el Ford Ranger e incluso el Mercedes-Benz Clase X, sino también por la renovación de otros ilustres como el Toyota Hilux, el Nissan Navara (rebautizado como NP300) o el protagonista de estas líneas, el Volkswagen Amarok.
Un auge que estuvo incluso salpicado de polémica, sobre todo cuando la ley vigente les obligaba a circular a la misma velocidad que los camiones, ya que es así como se les considera, estableciendo el límite en 90 km/h. Una limitación, nunca mejor dicho, que les cortó las alas pero que, por suerte para el segmento, se levantó a finales de año pasado, pasando a ser tratados como turismos, pudiendo así rodar a 120 km/h de velocidad.
Mejorando lo presente
Así, tras volver todo a la normalidad, toca centrarnos en el protagonista de esta prueba. Como decíamos, el Volkswagen Amarok es un veterano del segmento, con una experiencia contrastada que siempre ha estado situado en los puestos de cabeza de su categoría. Para seguir con esa dinámica ascendente, la firma de Wolfsburgo lo renovó hace algo más de dos años.
Actualización que estilizó ligeramente su imagen exterior añadiendo una parrilla más ancha, paragolpes de nueva factura, faros de xenón con nueva firma lumínica LED o llantas de 18 y 19 pulgadas que pueden incluso llegar hasta las 20 en nuestro acabado, Aventura. Todo ello envuelto en una carrocería de doble cabina, la única que hay para el mercado español, que mantiene sus agigantadas dimensiones.
Porque este Amarok no solo presenta una longitud de 5,23 metros (más incluso que un Audi A8 L), sino que tiene una anchura de 1,95 metros y una altura de 1,83 metros. Cotas que, como decíamos al principio, son más propias de tierras yankees que de nuestras carreteras. Valga como experiencia la misión casi imposible de intentar meterlo en un parking urbano o de ocupar solo una plaza de aparcamiento en un gran centro comercial…
Ficha Técnica Volkswagen Amarok
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea, turboalimentado
Cilindrada: 2.967 cm3
Potencia: 224 CV entre 3.400
Par: 550 Nm entre 1.400-2.750 rpm
Velocidad Máxima: 193 km/h
0-100 km/h: 7,9 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 9,0 / 7,6 / 8,1 l/100 km
Emisiones CO2: 212 gr/km
Dimensiones: 5.321 / 1.954 / 1.834 milímetros
Maletero: - Peso: 2.078 kg.
Cambio: Automática, con convertidor de par, de ocho velocidades
Depósito: - Precio: 56.336 euros
Máximo refinamiento
Una enormidad que se traduce, igualmente, en un habitáculo amplio que, ahora sí, está más próximo al de un turismo que al de un comercial. Volkswagen ha hecho un buen trabajo a la hora de mejorar este Amarok e incluso nos da la sensación de estar metidos en un Golf o en un Tiguan. Tal es así que el salpicadero es casi un calco de ambos modelos, con unas terminaciones bien rematadas y una presencia muy notable.
No escatima en equipamiento, pues ofrece pantalla central táctil con navegador, Bluetooh, conectividad móvil con Apple CarPlay o Android Auto, climatizador bizona, control de velocidad de crucero, cámara de visión trasera, sistema automático de lluvia y luces, asientos tapizados en cuero con regulación eléctrica y calefacción… Vamos, que no le falta de nada.
Y ya que mencionamos los asientos, no podemos dejar pasar por alto la habitabilidad. Este Amarok ofrece espacio y del bueno. Delante, la sensación es similar a la de un SUV, aunque viajamos algo más elevados, con unas butacas que recogen bien a sus ocupantes. Detrás, de nuevo, prima el espacio, tanto a lo largo como a lo ancho. Bien es cierto que aunque los respaldos son duros, no están colocados tan verticalmente como en otros rivales, lo que redunda en una mayor comodidad. Ello, unido a una anchura que permite albergar a tres adultos sin problemas, incluso nos lleva a pensar en él como una alternativa a los familiares.
Cabe de todo
Ahora bien, una vez hemos descubierto todo lo que ha mejorado el Amarok, toca hablar de la zona más peculiar del modelo y, a su vez, la gran protagonista del mismo: el espacio de carga. Aquí encontramos un espacio de 2,52 metros cuadrados, con una longitud de 1,55 metros, lo que le convierte en el único modelo de su segmento en poder cargar un europalet… de forma transversal eso sí, pero ya es mucho. La capacidad máxima de carga llega a ser de una tonelada, por lo que quienes busquen posibilidades, en el Amarok las encontrarán.
Eso sí, la ‘bañera’ está situada a 78 cm del suelo, lo que en algunos casos dificulta la carga de objetos y si tenemos en cuenta que la tapa también se despliega casi otro medio metro, será complicado dejar objetos en la parte final de la misma. Por suerte, dicha tapa soporta 100 kilos, y podremos subirnos a ella (no sin algo de dificultad) para depositarlos en la mencionada zona.
Ahora bien, esta bañera está muy bien para quienes lo quieran como vehículo de trabajo pero, ¿y si buscamos que sea el coche familiar? Pues tendremos que sacar la chequera. Y es que tanto el sistema de carriles, como las argollas son de pago (entre 35 y 375 €), y dado que nuestra unidad no las montaba, nos queda la duda de saber si serían efectivos a la hora de amarrar no solo las maletas, sino también las bolsas de la compra.
Del mismo modo, es imprescindible optar por un cobertor para proteger nuestros enseres. En este sentido, Volkswagen oferta varias cubiertas que van de los 2.125 a los 3.690 €. Por suerte, quien opte por el acabado de nuestra unidad, el Aventura, ya tendrá incluido de serie dicho elemento, aunque teniendo en cuenta lo que cuesta el modelo (más de 60.000 €) no sabemos si sale a cuenta… Además, y por lo que hay que desembolsar, vemos como algo rudimentario el mecanismo que enrolla y desenrolla cobertor, con una cinta de tela algo pobretona que nos recuerda su pasado comercial.
Potencia de sobra
Si a nivel estético y de confort, este Amarok sorprende, cuando toca hablar de cómo va, los calificativos no pueden ser más positivos. Volkswagen ha vuelto a conseguir transformar un comercial en todo un turismo. Dinámicamente, esta pick
Cierto es que no está pensada para rodar rápidamente por una carretera virada, pero sí sorprende lo estable que es yendo a velocidad controlada y, sobre todo, cuando circulamos por autovía. Solo el excesivo ruido aerodinámico que se cuela en el habitáculo, reduce algo en confort, pero si hablamos de pisada y comodidad, este Amarok no tiene nada que envidiar a un SUV.
Una notable dinámica que se apoya en un motor sobresaliente. En este caso, toca hablar del V6 de 3.0 litros del grupo VW que mueve con contundencia las más de dos toneladas de peso. Un motor, eso sí, que ya no lo encontrarás en la gama actual ya que la marca lo mejoró hace poco menos de un mes, añadiendo un buen número de caballos. Así, de los 224 CV que cifraba nuestra unidad ha pasado a 258 CV. Por su parte, el par máximo también ha mejorado, pasando de 550 a 580 Nm.
Entendemos que este upgrade ha supuesto una mejora en las prestaciones y en el comportamiento general del vehículo pero lo cierto es que con los 224 CV de nuestra unidad, el Amarok ya se comportaba especialmente bien. Lo que se mantiene intacto es la caja de cambios, la automática Tiptronic de ocho relaciones y la tracción integral. Un dúo que aumenta el valor añadido del vehículo.
La transmisión es rápida y silenciosa, adecuándose a las circunstancias de la conducción en todo momento. De hecho, las dos primeras relaciones tienen un desarrollo más corto para salir con fuerza cuando vamos cargados, mientras que las dos últimas están pensadas para rebajar el gasto de carburante. Un dato que, según el homologado, queda cifrado en 8,1 l/100 km pero que en conducción normal y descargado ronda los 10 litros.
Sácale fuera
Como decimos, por carretera el Amarok se muestra como un coche más (con todo lo bueno que esto conlleva), con las limitaciones de peso y longitud que ofrece pero… ¿Y por campo? Pues por terrenos no asfaltados, el pick-up alemán no desentona. Quizá no llega a ser tan eficaz como un Navara o un Hilux, pero no se queda lejos de ellos.
Tiene unos buenos ángulos de ataque, salida y ventral, 29,5, 23,6 y 23 grados, respectivamente, mientras que la capacidad de vadeo es de 50 cm. Ello, unido a la comentada tracción total, al programa Off road específico (se activa mediante un comando situado en la consola central) y al control de descenso de pendientes, le permiten acometer zonas complicadas con soltura. Si queremos mejorar las capacidades off road, por 725 € podemos añadir el bloqueo del diferencial trasero pero, sobre todo, tendremos que optar por unos neumáticos más camperos que los que equipaba nuestra unidad.
En definitiva
El Volkswagen Amarok es la clara muestra de que algo ha cambiado en los pick-up. Un tipo de vehículos que ha intentado dejar de lado ese cliché de comercial y modelo robusto para añadir, ahora, cualidades propias de los turismos. Diseño, equipamiento, refinamiento y, sobre todo, un buen motor han ayudado mucho a esta transformación (sin obviar claro el cambio de normativa).
Lo único que queda ahora es que los clientes particulares puedan desembolsar, por ejemplo, los 56.330 € que costaba nuestra unidad de serie (con el nuevo motor y asociado al acabado Aventura ha pasado a costar 67.900 €). Aunque quien quiera acceder a él, siempre podrá optar por montar el motor de acceso, el TDI de 163 CV, que parte de un precio de 43.170 €.