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Prueba: Toyota Urban Cruiser – Experimentos urbanos

El Urban Cruiser no es más que un práctico utilitario urbano disfrazado de pequeño todocamino para aquellos que busquen huir de lo convencional. ¿Lo más positivo? Es relativamente espacioso y tiene elementos que le dan funcionalidad para el día a día. ¿Lo más negativo? Es caro…

Hace apenas unos meses Toyota lanzaba este vehículo con la intención de abrirse camino en un segmento que hasta la fecha no había entrado en sus planes. El Urban Cruiser pertenece a un nicho de mercado muy específico y de pocas ventas, donde tienen cabida modelos como el Kia Soul, el C3 Picasso, un Lancia Musa o del lado premium, un Mercedes Clase A. De hecho, Toyota cifró los objetivos de ventas de este pequeño monovolumen  para España en sólo 1.000 unidades al año, lo que demuestra que este vehículo está dirigido a un tipo de cliente muy determinado...

Imagen distinta

Un cliente que busca un vehículo urbano y válido para el día a día, pero que quiere algo fuera de lo habitual. Y es precisamente en el apartado de la estética, dónde el Urban Cruiser ofrece ese elemento diferenciador. Exteriormente, lo que más llama la atención es su cuerpo “musculado” a través de los diversos revestimientos de plástico resistente.

A simple vista, la altura respecto al suelo es mayor que la de muchos utilitarios que circulan por nuestras carreteras, lo que le confiere un aspecto más robusto y desenfadado, potenciado por su silueta con forma de “cubo”, una línea de cintura muy elevada, los marcados pasos de ruedas y el prominente frontal.

Interior y acabados

Si por fuera destaca su estilo peculiar y compacto, por dentro se distingue por su simplicidad. En general, el diseño de todos los elementos y la distribución de los diversos mandos y botones ponen de manifiesto esa búsqueda por dar un toque de sencillez y “carácter urbanita” a todo el interior. El ajuste de todas las pizas es más que correcto. Abundan los plásticos duros (quizá se podría exigir algo más teniendo en cuenta el precio del vehículo), aunque todos tienen buena apariencia  y no son desagradables al tacto.

Como peculiaridades, además de la voluminosa consola central, sorprende la distribución del cuadro de instrumentos, dividido en tres parcelas bien diferenciadas. La esfera central, curiosamente,  aúna al mismo tiempo el cuentarrevoluciones y el velocímetro. Por su parte, también destacan la multitud de huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo así como la doble guantera refrigerada, poniendo de manifiesto esa naturaleza práctica y funcional a la que hacíamos referencia al inicio.

Menos amplio de lo que parece

Dentro, lejos de lo que pueda parecer echando un vistazo desde el exterior (su silueta parecida a la de un pequeño todoterreno da la impresión de que es un vehículo con una excelente habitabilidad), no encontraremos una amplitud excepcional. Por tanto, no faltamos a la verdad cuando aseguramos que el espacio es reducido si tenemos en cuenta las dimensiones del coche. Sin embargo, es más que suficiente para que cuatro personas viajen con normalidad e incluso, comparando con otros utilitarios “convencionales”,  hasta se puede decir que es relativamente espacioso o en todo caso, repetimos, bastante más funcional.

Aseguramos esto porque las plazas traseras, además de abatirse en la típica configuración 60/40, pueden desplazarse longitudinalmente unos 15 cm, lo que en cierto modo nos permite encontrar más soluciones a la hora de adaptar nuestras necesidades para el equipaje en dichas plazas o el propio maletero. Un maletero que tiene una capacidad de 314 litros, 749 con los asientos reclinados (la superficie de carga que queda no es completamente plana).

El puesto de conducción es satisfactorio, aunque los asientos dejan algo que desear. En la parte trasera pueden ubicarse dos adultos sin mayores problemas, si bien personas de más de 1’80 puede que lleguen a rozar el techo. El espacio para las piernas es suficiente. Eso sí, la plaza central es prácticamente de relleno si lo que queremos es ir cómodos.

Mecánica e impresiones de conducción

El Urban Cruiser se comercializa con dos motores; un diésel 1.4 D-4D de 90 CV (el único que opcionalmente puede ir ligado también a la tracción total) y un gasolina 1.33 VVT-i de 101, el de nuestra unidad de pruebas. Ambos están asociados a un cambio manual de 6 velocidades y sólo el de gasolina incorpora un dispositivo de arranque y parada automáticos del motor Start/Stop (muy “suave”, por cierto).  Según las cifras homologadas, con esta motorización nuestro protagonista alcanza una velocidad máxima de 175 Km/h, realiza la maniobra del  0 a 100 en 12,5 segundos y tiene un consumo medio homologado de 5,5 litros. En nuestra prueba la media fue 0,9 litros superior.

Pese a que esta mecánica es agradable de utilizar, se muestra muy silenciosa (apenas se perciben vibraciones como en otros motores similares) y mueve con soltura al vehículo, en ningún momento da la sensación de empuje de lo que se espera de un motor con su potencia. Al menos en el Urban Cruiser (también se monta en otros modelos como el Yaris o el Auris) le falta “fuerza” en bajos y es necesario llevarlo muy alto de vueltas para notar una sensación de aceleración medianamente intensa.

Por este motivo, nuestra recomendación sería decantarse por la versión diésel, que incluso siendo menos potente, homologa mejores prestaciones. De cualquier forma, el propulsor de gasolina permite que nos movamos con total soltura por recorridos urbanos y se defiende bien en vías rápidas, siempre y cuando no queramos adelantar con rapidez o tengamos que afrontar pendientes muy pronunciadas.

Al volante, el Urban Cruiser se muestra fácil de conducir y da una sensación de control grande en carretera; es difícil que aparezcan inquietantes balanceos o que se produzcan acusados desplazamientos laterales, algo que sí sucede por ejemplo en un Yaris (más...) si se le buscan las cosquillas. En este sentido, muestra mejor estabilidad y equilibrio con una suspensión prácticamente igual de cómoda pero mucho más firme.  En ciudad también se mueve con soltura y es fácil maniobrar con él, aunque la visibilidad en algunas zonas no es todo lo buena que debería ser para estos menesteres. Por su parte, tanto la dirección como los frenos nos han dejado una muy buena impresión.

Datos técnicos
Marca y modelo Toyota Urban Cruiser
Acabado Active
Especificaciones
Longitud/anchura/altura (mm) 3.930 / 1.725 / 1.525
Distancia entre ejes (mm) 2.460
Diámetro de giro (m) 11
Peso (kg) 1.195
Volumen del maletero (l) 314
Neumáticos 195/60 R16
Motor
Cilindrada (cc) 1.329
Potencia (cv) 101
Par máximo (Nm/rpm) 132 / 3.800
Tracción Delantera
Transmisión Manual  6 velocidades
Consumo
Combustible Gasolina
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) 6,6 / 4,9 / 5,5
Emisiones CO2 (gr/km) 129
Consumo durante test (l/100km) 6,4
Características
Aceleración 0-100 km/h (s) 12,5
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª N.D.
Capacidad depósito (l) 42
Velocidad máxima 175
Precio (sin extras)
Euros 18.200
Equipamiento extra Climatizador automático (350 €), navegador (950 €), pack "Style" (1.000 €) y pintura metalizada (350 €)
Más datosMenos datos

Precio y equipamiento

La versión básica de este mini-monovolumen se comercializa en España a partir de 16.200 €, a los que hay que restar los actuales descuentos vigentes en Toyota para este vehículo. Hay que decir que el equipamiento más básico (sólo existen 2: “Live” y “Active”) es ya muy completo e incluye de serie, entre otros elementos,  control de tracción (TRC) y estabilidad (VSC), 7 airbags (de conductor, pasajero, lateral, cortina), reposacabezas activos, el sistema stop/start (sólo disponible en la variante de gasolina como hemos dicho), ordenador de abordo, radio CD MP3 con 6 altavoces y entrada auxiliar, retrovisores calefactados  o los paragolpes en el color de la carrocería. El único pero reprochable es que no incluye el aire acondicionado (950 €).

Por 2.000 € más (18.200 € en total), accedemos a la terminación “Active” correspondiente a nuestra unidad de pruebas, que añade cuestiones como el citado aire acondicionado, los faros antiniebla, el volante en piel, Bluetooth, la conexión auxiliar para fuentes de sonido externas y las llantas de aleación de 16 pulgadas. Únicamente con este acabado se puede incorporar un paquete opcional con un sobrecoste de 1.000 € llamado “Pack Style” (también es obligatorio adquirir previamente el climatizador automático que cuesta 350 €), compuesto por llantas 16'' efecto Titanio, cristales laterales oscurecidos y luneta trasera oscurecida, sistema de entrada y arranque inteligente (Smart Entry), retrovisor interno electrocromático y retrovisores exteriores eléctricos calefactables y plegables. Finalmente y sólo para la versión diésel, también  hay disponible otro pack llamado “SUV” junto con la tracción 4x4 (2.300 €).

Resumen

El Urban Cruiser es una arriesgada apuesta de Toyota que pretende ganarse a los “cowboys urbanos” en busca de aventuras. Es un coche seguro, práctico y con una estética diferente para aquellos que busquen huir de lo convencional. Solvente para la ciudad, se desenvuelve con mucho desparpajo en carretera. Su elevado precio es su mayor hándicap y un lastre que quizá le pese demasiado tratándose de un vehículo urbano.

¿Preparado para lo siguiente?

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