Toyota nos desplazó hasta Barcelona, un mes y medio antes de su puesta a la venta, para comprobar en qué ha cambiado y cómo se comporta su todocamino más emblemático. El Toyota RAV4 llega crecidito –con 4.570 mm de longitud, 205 mm más que su predecesor- y, sobre todo, lo hace con un espacio interior muy superior hasta lo ahora visto en este modelo. Su batalla aumenta hasta los 2.660 mm –100 mm más- lo que se traduce en un mayor hueco para los ocupantes traseros, sobre todo en las piernas, y en un maletero que alcanza los 547 litros -476 si incluye la rueda de repuesto-. También lo hace con un diseño más rutero, más cercano al de un monovolumen. Prueba de ello es la supresión de una de sus señas de identidad: la apertura horizontal del portón trasero, que ahora pasa a ser vertical.
En el interior, se ha redistribuido toda la consola central para que se integre de manera más intuitiva el sistema de entretenimiento Toyota Touch, con una pantalla de 6,1 o 7 pulgadas, aunque algunos de los nuevos comandos, como la apertura automática del portón, el detector de ángulo muerto o el asistente de cambio de carril se hallan desperdigados. El puesto de conducción se ha rebajado ligeramente, al estilo de los compactos y se ha ganado visibilidad fronto-lateral gracias a un pilar A más estrecho. Posee varios huecos portaobjetos tanto en las puertas como en el túnel central así como una guantera bastante generosa.
Por lo que respecta al equipamiento, incluye elementos inéditos, sobre todo en el ámbito de la seguridad como son los comentados sistemas de detección de ángulo muerto –BLIS-, el avisador de cambio de carril o los siete airbags, el alumbrado automático de las luces largas? Seguirá contando con tres niveles de acabado, Active, Advance y Executive así como otros tantos packs opcionales que irán completando la gama a gusto del usuario: Techno, Solar, Drive, Touring, Navi, etc.
Nuevo motor y sistema de tracción mejorado
Este cuarto RAV4 estará disponible con tres motores, uno de gasolina y dos diesel, otras tantas transmisiones, una manual de seis velocidades y dos automáticas, la MultiDrive S –variador continuo– y la AutoDrive S –convertidor de par– de seis marchas; y dos tipos de tracción, delantera y total. En cuanto a los motores, volverá a confiar en el 2.0 Valvematic que ahora baja su potencia hasta los 151 CV y con el 2.2 D-4D de 150 CV, ambos en tracción total y con posibilidad de elegir transmisión manual o automática. Pero además, se añade un nuevo motor diesel que será el de acceso de gama. Se trata del 2.0 D-4D de 124 CV que sólo podrá asociarse al cambio manual y a la tracción delantera. Registra un consumo de 4,9 l/100 km y unas emisiones de 127 gr/km.
Durante el contacto, pudimos probarlo más en profundidad y tras varios kilómetros recorridos nos dejó unas buenas sensaciones, sobre todo en lo que a recuperaciones se refiere dando la sensación de esconder algo más que los 124 CV anunciados. Sin embargo, nos pareció algo ruidoso ya fuera a baja o alta velocidad. El tacto del cambio es rápido e intuitivo. También tuvimos la oportunidad de probar el 2.2 D-4D de 150 con cambio automático AutoDrive S y tracción total.
La principal novedad de esta unidad reside en la inclusión del sistema integrado de conducción dinámica que coordina el control dinámico del par 4x4, el control de estabilidad del vehículo –VSC- y la dirección asistida eléctrica –EPS- pudiendo distribuir el par hasta en un 50/50. Pero además, cuenta con un modo Sport en el que la transferencia de par se realiza de forma más rápida evitando así el subviraje. En conducción off road mantiene la opción de bloqueo 4x4 –Lock-, dejando el reparto de par fijo en un 50/50.
Por último, se ha revisado tanto la dirección asistida eléctrica, que sí notamos algo más dura respondiendo mejor a las órdenes del conductor, como el esquema de suspensiones que, pese a mantener la McPherson delante y el doble triángulo con eje de salida ligero detrás, sí transmite más firmeza que la de su predecesor, lo que nos vuelve a recordar que este RAV4 le gusta más rodar por asfalto que terrenos pedregosos.