Más de 610 CV, una autonomía real superior a los 450 kilómetros, una aceleración que consigue quitar el hipo y un sistema de conducción autónoma eficaz (aunque aún es ilegal soltar las manos del volante) nos sirven para conocer cómo es el coche del mañana. Hay oportunidades que se presentan una vez en la vida, siempre y cuando no seas de esos que tiene ‘el dinero por castigo’, claro. Pero para una persona normal, del montón, como el humilde probador que suscribe estas líneas, que te comuniquen que vas a tener la oportunidad de probar uno de esos coches que están llamados a marcar una época, ilusiona. Me refiero al Tesla Model S P100D, o lo que es lo mismo, la visión de futuro de Elon Musk, un visionario, valga la redundancia, que no solo quiere colonizar Marte o que el ser humano sea capaz de llegar de Europa a Estados Unidos en menos de 30 minutos; sino que pretende que de aquí a diez años los combustibles fósiles sean parte del pasado… al menos en lo que a automoción se refiere.
Poco a poco, este sudafricano de 46 años se ha ido ganando el corazón de los conductores más concienciados y alternativos. El primer paso lo dio hace justo 10 años, en octubre de 2007, cuando entregó el que sería su primer modelo: el Tesla Roadster. Un servidor tuvo la oportunidad de probarlo en profundidad y, aparte de que estética y dinámicamente fuera casi igual que un Lotus Elise, lo que realmente llamaba la atención era su sistema de propulsión 100% eléctrico.
Ver todos los Tesla Model S de ocasión en AutoScout24Hoy en día, la electricidad vehicular está tan integrada que incluso nos parece raro que un fabricante no anuncie un coche eléctrico (aunque aún le queda mucho por avanzar). Pero que hace una década, tener que enchufar un coche a la red doméstica en lugar de pasar por una gasolinera, era algo raro de ver. No obstante, tanto Musk como Tesla confiaron plenamente en ese proyecto, llevándoles directamente al día de hoy, donde ya cuentan con nada menos que tres modelos: el Model S que aquí probamos, el Model X (el primer SUV eléctrico del mundo) y el Model 3 (llamado a democratizar este sistema de propulsión).
Ve donde quieras
Llegamos al Hotel Hilton Madrid Airport, donde los responsables de Tesla en España nos esperan con este Model S negro en su puerta. Sí, es un lugar de recogida un tanto peculiar, pero inmediatamente nos confirman que se debe a que dicho emplazamiento cuenta con uno de los llamados "puntos de carga en destino". Y es que más allá de la necesidad de electrificar el parque vehicular, la idea de Tesla es que el comprador pueda recargar en poco tiempo su coche sin necesidad esperar largos periodos de tiempo a que la batería se llene por completo. De momento, hay 15 repartidos por la Península, pero la idea es que en menos de un año este número se duplique hasta los 24 y, a partir de ahí, siga creciendo. Su principal característica: obtener 250 km de autonomía en 20 minutos.
Esto no implica que no podamos enchufarlo a una toma convencional, pero teniendo en cuenta las características de su batería y, sobre todo, la potencia de la toma convencional, lo normal es que te tires un buen rato para llenar algo de las mismas. Según Tesla, en algunos hoteles, resorts y restaurantes se ha mejorado la ‘experiencia de carga’ con los denominados Cargadores en destino con los que obtendremos 100 kilómetros de autonomía por hora. En cualquier caso, todos ellos están registrados en el sistema operativo del Model S.
Elegancia innata
Una vez la charla sobre los puntos de carga finaliza, hay tiempo de que nos conozcamos. Como buena berlina de representación, su carrocería se extiende hasta el infinito, concretamente hasta los 4,98 metros. Una cota que aún se queda un poco lejos de los 5,07 metros del BMW Serie 7, de los 5,17 del nuevo Audi A8 o de los 5,24 de la última generación del Lexus LS. Además su diseño no impone tanto como el de los algunos antes citados, si bien sí estamos ante un vehículo con una línea elegante, estilizada y sobria, sin estridencias. El año pasado recibió un pequeño restyling que modificó su parte delantera, otorgándole una parrilla de aspecto minimalista o unos faros con tecnología LED.
La línea lateral está a medio camino entre una berlina de alto standing y un cupé, gracias a la prominente caída del techo. Las llantas de 19 pulgadas, montadas sobre neumáticos en medida 245/45, consiguen un conjunto más llamativo, al igual que las pinzas de freno pintadas en rojo. Por último, su zaga es robusta , con un parachoques voluminoso que casi se ‘come’ el portón. Sobre él se monta un pequeño spoiler realizado en fibra de carbono que casi pasa desapercibido pero que, según la marca, beneficia al flujo aerodinámico.
Pantallote
De puertas hacia dentro solo encontramos un calificativo: tecnológico. La enorme pantalla de 17 pulgadas colocada en sentido vertical (hasta ahora la más grande era la de Volvo con 9), rompe por completo cualquier intento de ser un coche refinado. Con ello no queremos decir que no lo consiga, pero su tamaño impone desde el primer golpe de vista.
Este monitor (es casi igual de grande que la pantalla del ordenador desde las que se escriben estas líneas) es el alma central del coche. Desde él se manejan todas las funciones del vehículo. Que quieres elegir la emisora de radio, a la pantalla; que quieres subir la temperatura o aumentar la intensidad del ventilador, a la pantalla; que quieres echarte un ojo a las últimas noticias publicadas en Autoscout 24 (sí, tiene Internet incorporado), ya sabes a dónde ir… ¡Si hasta el techo solar y las puertas se abren desde la propia pantalla! La ventaja de tener una superficie tan amplia es que podremos visualizar cualquier dato de un vistazo (incluso si decidimos dividir la información) y con una nitidez increíble. ¡Ah! Y para los amantes de la música, será agradable conocer que el Model S llega con una suscripción Premium para Spotify.
Tesla también opta por una instrumentación digital en la que poder consultar, de forma más reducida, toda la información del coche. Dividida en tres partes, cada una se puede configurar al gusto de cada uno. Como ocurre con la central, la resolución es excepcional y su manejo resulta bastante intuitivo.
Podría ser mejor
Evidentemente, ambas pantallas eclipsan al resto de elementos del habitáculo, los cuales han sido tomados prestados de los modelos de Mercedes-Benz. Así, la palanca de cambios, los comandos del volante o los elevalunas son los mismos que nos podemos encontrar, por ejemplo, en un Clase A. No obstante, la percepción de calidad es muy superior a la del citado modelo. No llega eso sí a la de un Clas S pero el puesto de conducción está bien rematado, las molduras de aluminio le confieren un aspecto más moderno y los materiales empleados son de alta calidad.
En lo que a espacio se refiere, sin quejas. Los 2,96 metros de batalla prometen espacio… y lo cumplen. En la zona trasera, tres adultos de 1,85 metros podrán acomodarse sin ningún tipo de problema ya que hay hueco de sobra tanto para las piernas como para la cabeza. Eso sí, nos hubiera gustado más que el cuero de la tapicería no resultara tan resbaladizo y, quizá, que el respaldo fuera algo más mullido. En el maletero, al que se accede a través de un portón eléctrico, hay espacio para todo. Los 895 litros de maletero así lo atestiguan, capacidad que puede ampliarse al abatir, eléctricamente, los asientos traseros llegado así a los 1.800 litros. Otro punto mejorable, la altura de la boca de carga que, a causa del voluminoso parachoques antes mencionado, queda algo alta.
Vuélvete loco
Pero llegamos a la parte importante de este Tesla Model S: su conducción. A estas alturas ya no nos sorprende que un coche no emita ni un solo ruido cuando lo arrancamos, lo que sí nos sorprende es la capacidad de aceleración que posee. Basta con hundir el pie derecho para que salgamos escopetados hacia delante, pegando nuestra espalda al respaldo del asiento.
Parte de culpa la tienen las siglas P100D que animan a nuestra unidad, correspondientes a la versión más potente y prestacional de toda la gama Model S. Los dos motores eléctricos, uno delante y otro detrás (es por tanto un tracción total) entregan 450 kW (lo que vendrían a ser unos 612 CV), pero sobre todo genera un par de 967 Nm… ¡desde parado! Ahora entiendes que nos peguemos al asiento, ¿verdad? Pues bien, si con eso no tienes suficiente, siempre puedes volverte más ‘ridículo’ y activar el modo Ludicrous. En ese instante, en la pantalla aparecerá una imagen similar a la de la velocidad de la luz de las películas de Star Wars (no en vano, el nombre de Ludicrous es un guiño del propio Elon Musk a una de sus películas favoritas: La loca historia de las galaxias, donde en lugar de hablar de velocidad de la luz se referían a ella como “velocidad absurda”).
Pues bien, con ella, el Model S P100D es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos Es decir, que es más rápido que un Porsche 911 Turbo S, un Nissan GT-R Nismo o un McLaren P1, igualando por ejemplo a un Lamborghini Aventador. Sin embargo, las mediciones realizadas por Motor Trend demostraron que el P100D puede ser más rápido incluso, llegando a medir un tiempo de, agárrate, ¡¡2,28 segundos!! Convirtiéndose en el coche más rápido del mundo. Un dato que sorprende aún más si tenemos en cuenta que tiene que arrastrar un peso de nada menos que 2.223 kilos, que se dice pronto.
Eso sí, para lograrlo es necesario esperar cierto tiempo a que las baterías se calienten, periodo que variará en función de la temperatura que tengan. Para que os hagáis una idea, cuando lo cogimos en el Hilton y recién arrancado, el tiempo máximo de espera era de 45 minutos. Sin embargo, a medida que nos movimos con él, realizamos diferentes pasadas, unas más rápidas, otras más lentas… el tiempo se redujo hasta los 5 minutos. E incluso puede ser instantáneo si vamos a fuego durante un buen rato. ¡Ah! Y a modo de apunte, no creas que puedes realizarlo de forma infinita, sino que tendrás únicamente tres oportunidades para fundirte con el asiento ya que si no, las baterías se podrían acabar deteriorando.
Ficha Técnica Tesla Model S P100D
Motor: Dos motores eléctrico, uno en cada eje
Cilindrada: - Potencia: 612 CV (450 kW)
Par: 967 Nm
Velocidad Máxima: 250 km/h
0-100 km/h: 2,7 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): - Emisiones CO2: 0 gr/km
Dimensiones: 4.979 / 1.964 / 1.445 milímetros
Maletero: 869-1.800 litros
Peso: 2.223 kg.
Cambio: Automática, una velocidad
Capacidad batería: 100 kWh
Precio: 151.700 euros
Precio ud. probada: 160.200 euros
Sorprendente agilidad
Una vez hemos satisfecho nuestras ansias de aceleración, toca rodar con él. Como buena berlina, por autopista, nos esperábamos una comodidad exquisita, hecho que se corroboró a los pocos kilómetros. El Model S es todo un rutero, la suspensión filtra perfectamente y los 612 km de autonomía que cifra, que en realidad son unos 450, nos permiten realizar viajes sin miedo a quedarnos tirados. Además, siempre puedes condicionar tu ruta para pasar por un Supercargador, descansar 20 minutos mientras te tomas un café, conectarlo y luego seguir.
Pero donde realmente sorprende es en carretera secundaria. Pese a su tamaño y peso, el Model S P100D se muestra como un coche extremadamente ágil. Con la suspensión en el modo más deportivo, la firmeza de la carrocería en las enlazadas consigue dibujarnos una sonrisa. Incluso en paellas más reviradas, no se perciben balanceos de ningún tipo. Además la tracción integral aumenta un punto la seguridad en caso de que vayamos algo más pasados. La dirección es precisa y transmite bien la información que le damos aunque los frenos podrían ser más contundentes, ya que el tacto de los mismos es demasiado esponjoso, pero aun así detienen con seguridad el conjunto.
Déjate llevar
En caso de que te sientas perezoso, Tesla también ha pensado en ello. Sí, hay días en los que uno no quiere conducir, pero está obligado a hacerlo. Por eso, el Model S puede incorporar el denominado Autopilot, o lo que es lo mismo, un sistema de conducción autónoma. Eso sí, para disfrutar de todo el paquete completo, será necesario desembolsar cerca de 8.000 euros ya que aumenta considerablemente el número de cámaras, sensores y radares que se colocan alrededor del mismo.
Su activación resulta igual que la de cualquier control de velocidad adaptativo, con la salvedad de que tendremos que tener pulsado dos segundos el comando. En ese momento, el logo del volante se tornará de color azul, pudiendo soltar, no sin temor, el mismo. En autopista puede frenar, acelerar y cambiar de carril por sí mismo e incluso desde Tesla nos aseguran que también es capaz de realizar esta función por carreteras secundarias, aunque nos avisaron que nuestra unidad, al ser relativamente nueva, no estaba todavía calibrada.
En líneas generales su funcionamiento resulta suave y seguro. Únicamente mostramos síntomas de inquietud al realizar los cambios de carril, volviendo de forma brusca al que ocupábamos a causa de un malentendido entre el coche y un servidor. Al tratarse de un nivel 2 de asistencia (el tope es 5), pasado un tiempo, nos pedirá que pongamos las manos sobre el volante. Si hacemos caso omiso, comenzará a alertados mediante sonidos, luego vibraciones y por último, el sistema se desconectará. Algo parecido ocurre si excedemos los 150 km/h.
En ambos casos, si queremos volver a disfrutar del Autopilot, tendremos que detener por completo el coche, apagarlo y volverlo a encender. Vamos, que como te pases de listo o de rápido (además de tener más posibilidades de ser multado), tu coche se enfadará contigo. Independientemente de estos dos detalles, Tesla demuestra que está preparada para la conducción del mañana. Todo lo contrario que las leyes, pues los gobiernos siguen yendo con pies de plomo y con lentitud en lo que a cambios de legislación se refiere.
¿Me lo compraría?
Esta es una respuesta difícil de decir. Por autonomía y respuesta dinámica, la respuesta es un rotundo sí. Por tecnología, también (la pantalla me ha enamorado). Por imagen, puede que sí y por espacio, quizá dudaría. Si hablamos de calidad y terminaciones, soy consciente de que existen modelos (principalmente alemanes) que están mejor rematados, pero el Model S P100D ofrece un nivel muy alto. Sin embargo, si hay algo que declina la balanza en su contra es, sin lugar a dudas, el precio. Los 151.700 € que cuesta el P100D de serie echan atrás a cualquiera, y si añadimos algunos de los extras antes mencionados, como el famoso Autopilot, la factura se convierte en casi una quimera para cualquier ‘currante’. Lo bueno, que los que no quieran tanto dispendio mecánico y ni siquiera tanta autonomía, siempre pueden optar por versiones más “asequibles” que parten de los 89.000 €, sin contar, claro está que estamos ya deseando conocer en vivo cómo será el modelo que, teóricamente, democratice el coche eléctrico de verdad: el Model 3.