- Desde 13.550 euros
- Garantía: 3 años o 100.000 km
- Seguro a todo riesgo desde: 609 euros; a terceros desde: 198 euros
Nacido en 1998, el Jimny apenas ha experimentado un par de leves rediseños, el último de los cuales se produjo hace más de un año, lo que nos sirve de perfecta excusa para ponernos una vez más detrás de su volante y disfrutar de sus formidables aptitudes camperas.
Por su configuración de doble eje rígido, chasis de largueros, tracción total conectable, reductora, ruedas con balón y buenos ángulos de carrocería, el Jimny es un todoterreno como la copa de un pino. Pero sus dimensiones y buen ángulo de giro le convierten también en un buen urbano, por lo que combina lo mejor de dos mundos.
Suficiente.Manos libres, un reloj y un par de altavoces traseros es lo único que echamos de menos en el interior del Jimny.
Mejor cuanto más difícil
Cuanto más roto esté el terreno, mejor lo pasaremos con el Jimny, siempre teniendo en cuenta que un cruce de puentes puede inmovilizarnos, ya que no hay bloqueo del diferencial trasero ni control de tracción. Pero para llegar a esta situación, hay que atreverse con obstáculos muy complicados.
La diversión en campo la encontraremos también sobre pistas rápidas de tierra. Circulando en tracción trasera, podemos permitirnos realizar divertidas derrapadas en los giros más cerrados, si bien hay que tener cuidado, porque la anchura es escasa, y el centro de gravedad es bajo, así que la amenaza de vuelco se encuentra siempre ahí.
No nos sobra motor, la dirección es lenta, el escalonamiento del cambio es poco lógico (la segunda es un 92% más larga que la primera, la tercera es un 38% más larga que la segunda, la cuarta es un 41% más larga que la tercera y la quinta un 19% más larga que la cuarta), la reductora está poco desmultiplicada (2:1), la dirección no inspira confianza (aunque es más precisa que la de un Land Rover Defender), no hay ESP, manos libres, reloj ni altavoces traseros... Pero da igual, todo eso da igual en cuanto volvemos al asfalto con una sonrisa de oreja a oreja montados en un TT que gasta menos de 10 litros y cuesta menos de 14.000 euros.
Técnica.Es poco habitual ver un tetracilíndrico montado longitudinalmente. Este va acoplado a un cambio manual de cinco relaciones, conectado a una caja tránsfer que envía el par de forma permanente al tren trasero y permite acoplar manualmente el tren delantero, así como insertar la reductora. Los brazos longitudinales que guían los ejes y las carcasas de los diferenciales son los puntos más vulnerables en campo.
BANCO DE POTENCIA
1.3 Euro 5
Potencia máx.
93,36 CV a 5.955 r.p.m.
Par máximo
122,19 Nm a 4.068 r.p.m.
La unidad cedida por Suzuki contaba con solo 390 kilómetros al inicio de nuestra prueba, por lo que hemos decidido rescatar la curva de potencia de una unidad más rodada. En su versión Euro 5, el motor 1.3 M13A ofrece una curva de par muy plana y un amplio margen de uso, si bien sus valores absolutos son algo justos.
Conclusión
El Jimny es uno de los pocos todoterrenos químicamente puros que quedan en el mercado, por lo que cuenta con nuestro reconocimiento. Su chasis de largueros con dos ejes rígidos, la reductora y las ruedas de perfil alto hacen que este pequeño TT supere en eficacia a cualquier modelo sin caja tránsfer e incluso a algunos que sí la tienen.
