El Suzuki Ignis des esta prueba es uno de los coches más originales que hay en el mercado. Su estilo "Kei Car" es muy japonés, pero poco usual en nuestras latitudes y el hecho de poder contar con tracción total lo hace único en su género.
Suzuki ha sometido a un lavado de cara hace pocas semanas al modelo, con un nuevo frontal que cambia por completo para asemejarlo al del Vitara y nuevos colores, pero, sobre todo, han aprovechado para mejorar el equipamiento (sobre todo en materia de seguridad) e incorporar un sistema de baja hibridación en el motor para mejorar su eficiencia, reducir las emisiones y los consumos, y de paso conseguir la etiqueta Eco de la DGT.
Durante una semana y tras casi 2.000 km de pruebas, la nota final es muy positiva y el Ignis me ha dejado soprendido muy positivamente. Es práctico, gasta poco, es divertido de conducir y encima te puedes hacer algunas escapadas fuera del asfalto.
Si estás pensando en comprar un coche pequeño, añade el Suzuki Ignis a tu lista de candidatos y pruébalo porque es muy probable que te convenza.
Suzuki Ignis 2020: nuevo estilo
En la vista lateral no hay cambios estéticos y se mantienen las excelentes cualidades como sus puertas, que, además de grandes, abren 90º y dejan un acceso al interior muy cómodo.
Las llantas también tienen un diseño llamativo, son muy ligeras y montan los que probablemente sean los neumáticos más estrechos del mercado en llanta de 16 pulgadas, con medidas 175/60-16.
Suzuki Ignis 2020: igual de práctico pero menos chillón
Por lo demás, es el Ignis que ya conocíamos, con un habitáculo sorprendentemente amplio para el tamaño del coche, hasta el punto de tener unas plazas traseras con más espacio para las piernas y las cabezas que algunos compactos mucho más grandes. Eso sí, atrás es exclusivamente para dos plazas.
Al ser un coche alto, dentro vas sentado en una postura muy erguida, casi como en una silla. La visibilidad es muy buena y los asientos sujetan muy bien el cuerpo, lo que ayuda a reducir la fatiga en los viajes.
Desde el punto de vista ergonómico sólo hay dos aspectos criticables: la ubicación de los pulsadores de los asientos calefactados (entre los asientos, junto a la palanca del freno de mano, cuesta verlos) y que el volante sólo es regulable en altura, no en profundidad.
La instrumentación es clara y muy legible, pero es una pena que además del ordenador de a bordo no hayan integrado en él un termómetro de refrigerante.
Las plazas traseras se pueden regular para jugar con el espacio para los pasajeros y el maletero en función de lo que necesitemos. Las banquetas se deslizan hacia delante o hacia atrás y los respaldos también se pueden regular. Además, si necesitamos más espacio todavía, podemos abatirlos.
De este modo, el Ignis deja claro que está muy bien pensado desde el punto de vista práctico, aunque se han olvidado de incorporar una luz en el maletero para poder ver lo que hay en él por la noche o en el garaje.
La calidad de los plásticos y tapicerías es buena y también los ajustes, sin grillos ni ruidos parásitos.
Suzuki Ignis 2020: con baja hibridación de 12 voltios
Al motor 1.2 de gasolina de 83 CV se le quita el alternador tradicional y se le añade un ISG (siglas que significan arrancador/generador integrado) alimentado por una batería de 12 voltios y que funciona como motor eléctrico que asiste al de gasolina en las fases de aceleración y arranque o como generador cuando levantamos el pie del acelerador o si el consumo energético es elevado y necesitamos recargar las baterías.
Con este sistema, el start & stop arranca más eficientemente y se reduce el consumo y las emisiones en las fases en las que menos rendimiento tiene un motor de gasolina, en la transción de aceleración.
El resultado es un consumo bastante ajustado, con una media de 5 l/100 km durante la prueba, ponderando los siguientes resultados:
- Consumo urbano: 5,8 l/100 km
- Consumo en carretera: 4,4 l/100 km
- Consumo en autopista: 5,5 l/100 km
Se mantienen sin cambios la transmisión manual de 5 marchas, con unos desarrollos largos para reducir los consumos pero que hacen que los 83 CV del Ignis ofrezcan unas recuperaciones y aceleraciones muy pobres para realizar adelantamientos. También la tracción total, con un eje trasero rígido algo arcaico, pero muy ligero y sencillo.
Suzuki Ignis 2020: más seguridad y equipamiento
De este modo, el Ignis se posiciona muy bien entre sus rivales y también de cara a los ensayos EuroNCAP, donde este tipo de sistemas son ya una necesidad para obtener estrellas en vez de estrellarse.
Climatizador automático, faros full led, llantas de aleación, faros antiniebla, volante tapizado en piel, asientos calefactados, llave con función manos libres, navegador integrado, Android Auto... el Suzuki Ignis ofrece mucho por lo que cuesta y es un producto muy interesante.
Suzuki Ignis 2020: divertido y versátil
Esto permite que sus reacciones sean más seguras y su conducción más alegre y segura de lo que a priori podamos pensar. La dirección gira muchísimo las ruedas y permite maniobrar en espacios mínimos. Este hecho y sus dimensiones de apenas 3,7 metros de longitud hace que sea una gozada ratonear en el tráfico urbano con él y que quepa en cualquier sitio.
En carreteras viradas es más estable y juguetón de lo que esperaba, aunque las prestaciones del motor son muy escasas y los adelantamientos requieren paciencia y metros despejados.
Al viajar por autopista y autovía, la potencia da para mantener los máximos legales, aunque tendremos que bajar a cuarta ante el menor repecho.
Si queremos salir fuera del asfalto y sacar partido de su tracción total, el Ignis tiene una altura libre aceptable y las ruedas tan en los extremos que los ángulos de ataque y salida son muy buenos. El límite lo marca la altura libre y el calzado, con unos neumáticos 100% de asfalto y con poco agarre sobre superficies deslizantes.
En definitiva, el Suzuki Ignis es un coche muy versátil, divertido y agradable de conducir y de reacciones seguras, muy fácil de llevar para cualquier conductor.
