Este debate resurgió cuando los checos presentaron la generación actual en diciembre de 2012 ya que, con 4.66 metros de longitud y basándose en la nueva plataforma de Golf, algunos de "los grandes" como el BMW Serie 3 quedaban a tan sólo unos centímetros de diferencia. Hay que reconocerlo, visualmente la tercera generación del Octavia es bastante poco espectacular. Skoda siempre ha querido conseguir en esta carrocería una apariencia clásica y elegante por encima de cualquier atisbo de modernidad. En su nuevo aspecto, lo más destacable son los relieves en el portón trasero y la nueva terminación de las ventanillas en las puertas traseras, más afiladas y con un cierto aire al Superb.
Más atractivas son, sin embargo, sus cifras de ventas. Según Skoda, el 91,5 por ciento de los compradores en Alemania piden la variante Combi, mientras que el 8,5 restante acaban decidiéndose por el sedán. Lejos de aceptar tal desventaja, hemos decidido ponernos a los mandos de un sedán con motor 2.0 TDI de 150 caballos y transmisión de doble embrague con seis velocidades.
Un montón de espacio
Cualquiera que nunca haya entrado en un Octavia quedará sorprendido con la cantidad de espacio que ofrece. La sensación es mejor aún en la parte trasera, donde incluso los clientes más grandes percibirán suficiente espacio para las piernas y la cabeza. Además de esto, hay mucho espacio distribuido en compartimentos y diferentes soluciones: portavasos ajustable, un recipiente pequeño en la puerta del pasajero, bolsillo para el móvil que hace uso de la tecnología de inducción, un compartimento para las gafas de sol en el techo y mucho más.
La calidad del material utilizado es aceptable aunque bastante conservadora. Todos los botones e interruptores son fáciles de alcanzar y operar. El equipo multimedia con pantalla táctil de ocho pulgadas ofrece una resolución nítida, mientras que las aplicaciones como la navegación o el sistema de audio convencen con buena usabilidad.
Maletero muy práctico
590 litros de maletero es una cifra más que aceptable teniendo en cuenta el tamaño de este vehículo. El acceso es tremendamente sencillo, ya que la gran apertura del portón trasero permite incluso cargar y distribuir los bultos desde las puertas traseras. Numerosas redes y argollas afianzan la carga en el suelo del maletero reversible (un lado está cubierto de goma). Si los respaldos traseros, con división de 60:40, se doblan hacia abajo, podemos conseguir hasta 1.580 litros de carga, aunque eso sí, el piso no puede quedar totalmente plano.
Pero basta ya de teorías. El arranque en frío hace que el diesel turbo de dos litros no pueda esconder que es un diesel. La transmisión de doble embrague de seis velocidades se muestra suave y consigue enlazar las marchas con una progresión acorde a los ritmos del tráfico urbano.
En buena forma
Estamos hablando de un motor potente, dotado de 150 cv, que siempre muestra una buena forma física. Tarda 8,6 segundos en alcanzar los 100 km/h y gracias a un par máximo de 320 Nm se puede recuperar velocidad de una forma fácil y rápida. También en el carril izquierdo de las carreteras alemanas el límite de velocidad conseguido fue de poco más de 235 km/h, siempre de acuerdo con el indicador de velocidad, no con una medición GPS.
Cometiendo excesos de velocidad resulta utópico conseguir los 4,5 litros de consumo que anuncia el fabricante. Sin embargo, incluso los conductores deportivos, gracias al sistema de arranque y parada y a la denominada conducción “a vela” podrán conseguir consumos por debajo de los seis litros. En lo que se refiere a la comodidad, tanto la dirección como el chasis tienen una puesta a punto sensacional y son capaces de ocultar las irregularidades más molestas de la carretera. En este punto, la suspensión puede resultar algo dura en las rutas más largas pero nunca llega a ser incómoda.
Diferentes modos de conducción y un amplio equipamiento
Skoda ofrece de forma opcional diferentes modos de conducción, desde un perfil más deportivo hasta una configuración más ahorradora. Especialmente recomendable es el sistema de alerta de cambio involuntario de carril, que utiliza una suave pero decidida corrección y que devuelve el coche a su trayectoria siempre que el desvío sea mínimo.
Por lo demás, nuestro Octavia estaba equipado con casi todos los extras disponibles. Sólo faltaba el control de crucero, pero sí incluía faros bi-xenón adaptativos, tapicería de cuero Alcantara y asistente de aparcamiento. Esto último es casi un juguete innecesario, ya que gracias a algunos sensores se puede tener una vista de 360 grados con el que el aparcamiento manual es fácil.
Lo mejor, el precio
La suma de equipamientos extras hace que el precio de nuestra versión de prueba supere ampliamente los 31.000 euros, aunque el precio de partida es de 25.320 euros. En la práctica, sabemos que los compradores del Octavia no pedirán extras a diestro y siniestro ya que, si no, igual les compensaba decantarse por un Superb.
Conclusión
El nuevo Skoda Octavia es un gran éxito. Es un coche que ofrece un espacio de clase media a precio de compacto. Además, la ventaja de pertenecer a un grupo como VW permite familiarizarse rápidamente con el manejo y las expectativas se cumplen a rajatabla. Incluso, esta generación se permite hacer algún guiño al público más joven ofreciendo modos de conducción que permiten juguetear un poco. Así, el coche resulta tan recomendable para una familia al completo como para un soltero de 25 años con cierta exigencia de espacio y comodidad.
