El estreno de SEAT en el segmento de los SUV no ha podido ser más acertado. En su primer año de vida completo, el Ateca ha logrado conquistar el corazón de nada menos que 17.631 conductores, cifra que le ha servido para colocarse como la tercera opción más demandada por detrás del todopoderoso Nissan Qashqai y del Hyundai Tucson.
Buena parte del éxito se debe, primero, a una imagen potente y atractiva, segundo, a una dinámica de conducción especialmente deportiva y, tercero, a una gama apta para cualquier tipo de conductor. Precisamente este último punto es el que nos lleva a traerte al protagonista de esta prueba, que no es otro que la versión más picante de toda la gama Ateca: el Ateca FR.
Salta a la vista
Como sucede en el resto de modelos que ya incluyen este acabado, el Ateca FR no solo se coloca en lo más alto de la gama del todocamino, una vez que la marca acaba de anunciar la independencia de la sub-marca CUPRA (que precisamente se ha estrenado con el CUPRA Ateca), sino que ofrece una estética ligeramente diferenciada enfocada, evidentemente, hacia la deportividad.
En este sentido, el todocamino español es salta a la vista por la parrilla específica en negro brillante recubierta de una tira cromada, que también estará disponible en las ventanillas y que dará forma a las barras de techo. Los paragolpes cambian ligeramente, enfatizando la anchura y ofreciendo un diseño exclusivo en el trasero imitando lo que sería un difusor. Por su parte las luces antiniebla frontales pasan a ser de LED mientras que el diámetro de las llantas inicial parte de las 18 pulgadas, aunque nuestra unidad iba equipada con las opcionales de 19 pulgadas montadas sobre unos “zapatones” en medida 245/40 R19.
Más calidad… si cabe
En el interior, este toque picante también se extrapola. Porque sentados en un puesto de conducción bien terminado y con ajustes de calidad, el Ateca FR monta un volante multifunción forrado en cuero con costuras en rojo e inserciones en negro brillante, asientos e corte deportivo tapizados en cuero y Alcantara, pedales de aluminio o embellecedores en negro brillante. Como decimos, la sensación de calidad es muy alta aunque podría ser incluso mayor si emplease más materiales mullidos en la superficie superior del salpicadero.
En lo que a equipamiento se refiere, como es lógico, esta versión también incluye una dotación de serie más amplia, contemplando elementos como el SEAT Navi System, con una pantalla táctil de 8 pulgadas de excelente funcionamiento, cámara de 360 grados, portón trasero eléctrico con función manos libres, asistente de aparcamiento automático, control de velocidad de crucero adaptativo, detector de ángulo muerto y alerta de tráfico posterior.
El más equilibrado
De la amplia oferta mecánica disponible para el Ateca FR, nosotros nos decantamos por el que quizá es la opción más equilibrada: el 2.0 TDI de 150 CV asociado al cambio manual. Sin embargo tiramos de oficio y dada su condición de todocamino, decidimos que era de recibo asociarle la tracción integral 4Drive. La primera consecuencia que observamos es una significativa reducción en su capacidad de carga, ya que el maletero pasa de los 510 litros a los 485. La segunda, algo más beneficiosa para los conductores aventureros, será la posibilidad de salir del asfalto sin echarnos las manos a la cabeza.
Ficha Técnica SEAT Ateca 2.0 TDI 150 CV 4Drive FR
Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea
Cilindrada: 1.968 cm3
Potencia: 150 CV entre 3.500
Par: 340 Nm entre 1.750-3.000 rpm
Velocidad Máxima: 196 km/h
0-100 km/h: 9,0 seg.
Consumo (urbano/extraurb./mixto): 5,9 / 4,7 / 5,1 l/100 km
Emisiones CO2: 124 gr/km
Dimensiones: 4.363 / 1.841/ 1.611 milímetros
Maletero: 485 litros
Peso: 1.646 kg.
Cambio: Manual de seis velocidades
Depósito: 55 litros
Precio: 36.730 euros
Precio ud. probada: 42.608 euros
Bien es cierto que la filosofía deportiva del acabado FR se impone al sentimiento off road ya que, para empezar, las llantas y neumáticos montados, unos Pirelli Cinturato P7 en medida 245/40 R19, tienen poco de camperos y mucho de asfálticos. Sin embargo, gracias al comando SEAT Drive Experience y al modo de conducción Offroad, podemos salir a terrenos arenosos sin por ello acabar en una cuneta.
Con él activado la capacidad de tracción del vehículo mejora, repartiendo de forma automática el par entre ambos ejes. Igualmente, se activa un control de descenso de pendientes que nos ayudará a la hora de bajar una cuesta pronunciada. Para los más techies en la pantalla central se puede seleccionar una interfaz puramente campera que con brújula o la altitud a la que circulamos.
En líneas generales, el comportamiento dejará satisfecho a más de un conductor gracias a la buena altura libre al suelo y a unos ángulos aceptables, aunque cuando el terreno se complica, su eficacia se reduce pero podremos rodar con rapidez por caminos arenosos sin llevarnos ningún susto. Y por si eso no fuera suficiente, también cuenta con un modo Snow específicamente pensado para terrenos deslizantes o condiciones adversas, mejorando aún más la motricidad final y permitiéndonos seguir con total seguridad en situaciones de nieve.
Mejor por lo negro
Ahora bien, donde realmente se encuentra cómodo este Ateca FR es sobre el pavimento. El motor diésel de 2.0 litros y 150 CV le mueve con soltura aunque la respuesta por debajo de 1.500 rpm es algo lenta. Será al pasar dicho rango cuando notemos más empuje, llegando incluso hasta las 4.000 rpm sin notar un descenso acusado. La caja de cambios ofrece unos desarrollos perfectamente equilibrados y el chasis nos invita a entrar en una carretera revirada.
Sí, porque SEAT ha sabido extrapolar todo el dinamismo del León a su SUV. No llega a ser tan ágil como el compacto, pero si echamos un vistazo a sus rivales, salvo el Ford Kuga, el resto se queda un punto por detrás de nuestro protagonista.
Es uno de los mejores del segmento en este aspecto, más aún si conectamos el modo Sport del SEAT Drive Experience, donde notaremos cómo la dirección se endurece y el motor se aviva para tener una respuesta más rápida. La guinda la pone el Chasis Adaptativo DCC opcional que endurece la amortiguación, sujetando mejor la carrocería e incrementando las sensaciones. Ni siquiera los 1.646 kilos de peso le penalizan, pues el Ateca FR se mueve con soltura, cambia de apoyo con contundencia y entra en curva con una rapidez pasmosa.
En cambio, si queremos gozar de un coche cómodo, también lo tendremos. Colocando el selector de modos en Comfort o ECO, gozaremos de un coche rutero y especialmente confortable con el que podremos realizar cientos de kilómetros sin fatiga alguna. Además, el consumo medio registrado nos dejará satisfechos ya que los 6,6 l/100 km medidos nos permitirán recorrer cerca de 750 kilómetros sin repostar.
Cuesta lo suyo
Tras la prueba exhaustiva realizada, creemos que la elección del acabado FR puede tener un componente más emocional. No obstante, la amplia dotación de equipamiento de serie descrita, unida a una estética más atrevida y apetecible, pueden decantar su elección. Eso sí, hay que tener en cuenta que este Ateca FR 2.0 TDI 150 CV 4Drive arranca en los 36.730 €.
Un precio alto para muchos compradores, el cual se incrementa hasta los 42.608 € si decidimos equipar los extras de nuestra unidad: llantas de 19 pulgadas (821 €), DCC (727 €), asiento del conductor eléctrico (312 €), Connectivity Box (208 €), radio digital (208 €), paquete invierno con asientos calefactados (390 €), techo panorámico (1.143 €), pack cromado (260 €), alarma (312 €), rueda de repuesto de emergencia (104 €)… Muchos de estos extras pueden llegar a ser necesarios por lo que no estaría de más que se incluyeran de serie.
Para poder añadirlos, la marca hace una aportación comercial de 3.200 € que rebaja ligeramente la cuantía final. Pese a esto, la compañía de Martorell ha logrado dar en la tecla con este acabado FR que le aporta más vitalidad y vistosidad a un producto ya de por sí redondo.