Desde el mismo momento de su lanzamiento, el Arkana está dando muchas satisfacciones comerciales a Renault. Totalmente lo opuesto ocurría con su otro SUV compacto, el Kadjar, al que la marca gala ha decidido ejecutar para, en su lugar, dar vida a un modelo mucho más moderno, tecnológico y atractivo. Hablamos del nuevo Renault Austral, un made in Spain (se fabrica en Palencia) que hereda todo lo bueno del Megane E-Tech... y lo hace siendo un electrificado con motores de combustión.
Motores para el nuevo Renault Austral 2022
La gama mecánica se compondrá de un motor 1.3 de cuatro cilindros microhibridado con red de 12 voltios en versiones de 140 y 160 CV (solo la menos potente tiene a disposición del usuario un cambio manual; los demás son todos automáticos) y de un 1.2 tricilíndrico con sistema híbrido no enchufable en versiones de 160 y 200 CV. Este último estrena en el Austral una nueva generación de hibridación E-Tech con batería de 2 kWh que destaca, además de por su capacidad, por su potencia de carga en frenadas. Todos los Austral, por tanto, lucirán la etiqueta Eco de la DGT.
No habrá motores diésel ni una alternativa híbrida enchufable, a pesar de que la plataforma CMF-CD puede aceptarla, al menos hasta que Renault detecte una demanda importante de ella.
Radio de giro de un coche urbano
En lo referente a comportamiento, el Austral full hybrid, al incorporar un eje posterior multibrazo, puede equipar de forma opcional el sistema 4Control de ruedas traseras direccionales (cuesta en torno a 1.500 euros.) Con él, se consigue un radio de giro de 10,1 metros, alrededor de metro y medio menos que lo que gira un Austral sin 4Control.
Tanto el diseño exterior e interior como todo lo relacionado con tecnología y calidad percibida lo hereda del Megane E-Tech eléctrico, y la verdad es que es todo un acierto por parte de Renault, ya que en este sentido esto último supone un paso enorme en comparación a lo que ofertan hoy en día sus principales rivales. El mejor ejemplo, el sistema de infoentretenimiento con Google Automotive Services y dos pantallas de 12 pulgadas cada una (9 pulgadas la central en el caso del más básico.)
Alpine, presente en el nuevo Austral
Además, es total novedad en el catálogo del fabricante la incorporación de dos nuevos acabados bajo la firma Alpine en la gama del Austral, que añaden un color de carrocería específico en gris satinado mate y diversos detalles deportivos. De hecho, las llantas van hasta las 20 pulgadas... un auténtico disparate para el segmento C.
Durante nuestra toma de contacto pudimos conducir la versión híbrida de 200 CV con 4Control y acabado Iconic Esprit Alpine (la más cara, potente y equipada de todas.) Lo cierto es que en conducción sosegada es un coche bastante cómodo. La dirección se nota precisa y brinda suficiente feeling al conductor, para ser una dirección eléctrica de Renault. Además, las ruedas traseras direccionales terminan de meterte de forma fácil en las curvas más cerradas y, por supuesto, te simplifican enormemente las maniobras urbanas.
El funcionamiento de la caja de cambios es suave y rápido, aunque ciertas veces se aturulla cuando le exigimos el máximo rendimiento al sistema de propulsión (adelantamientos o recuperaciones bruscas.)
Las prestaciones de esta versión quizá están por encima de lo que vayan a estar buscando sus potenciales clientes, aunque con respecto a las versiones microhíbridas destacan por lograr unos consumos más bajos. En ciclo combinado homologa unos 4,5 litros -frente a 6,1-, aunque en la práctica será complicado bajar de los 5,5-6,5 litros... y eso siendo muy cuidadosos con el acelerador.
Quizá a lo que más nos cueste acostumbrarnos es al tacto del freno. Tenemos varios niveles de regeneración y, dependiendo del que usemos, tendremos un tacto más o menos esponjoso. Os contamos más detalles de la conducción en el vídeo...
Cuáles son sus precios
El Austral más barato está a la venta desde 30.900 euros y el más caro, desde 43.600 euros. Son precios bastantes más bajos que los que te piden, por ejemplo, por un Volkswagen Tiguan similar, un modelo más anticuado, menos tecnológico y con una calidad percibida menor en determinados aspectos.