La nueva ‘hornada’ de todo caminos compactos -que, en realidad, pocas veces se emplearán para circular por campo…-: el Seat Altea Freetrack -desde 24.700e-, el VW Tiguan -desde 31.730 euros-, el Nissan Qashqai -desde 18.300 euros-, el Ford Kuga -desde 25.500 euros-… y, ahora, Renault con el Koleos. ¿El motivo? Pues, en el caso de Renault, ofrecer a sus clientes un tipo de coche cuya demanda está creciendo y, además, asegurarse su presencia en todos los segmentos del mercado. Sin embargo, ¿hasta qué punto es recomendable invertir los 28.800€ que cuesta el Koleos de esta prueba cuando, por incluso algo menos, puedes adquirir una berlina como un Lagunacon el mismo motor y equipamiento pero que, además, está mejor acabada y va mucho mejor en asfalto? La respuesta es muy sencilla: a no ser que circules habitualmente por campo -o que quieras ‘vacilar’ de que tienes un supuesto TT-, no tiene sentido: ambos maleteros ofrecen 450 litros, su habitabilidad es muy parecida… y el Laguna es más seguro, corre más y gasta menos.
Por dentro y por fuera
El salpicadero tiene un diseño sencillo: los mandos de la radio son los del Laguna, los del climatizador derivan de los de un Nissan Qashqai… y todos están ubicados en una posición demasiado baja que obliga a apartar demasiado la vista de la carretera para accionarlos. Aún así, y pese a la abundancia de botones, todos los mandos son sencillos de manejar. La visibilidad, gracias en parte a la altura del puesto de conducción, es bastante buena; además, para facilitar el aparcamiento, desde el acabado Dynamique, lleva de serie sensor de párking delantero y trasero.
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