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Prueba: Renault Kadjar Energy dCi 110 CV EDC eco2 Xmod – Más vale tarde...

Renault ha tardado pero al fin cuenta en su gama con un todocamino medio de garantías que le permita rivalizar de tú a tú con el resto de contendientes de un segmento que no hace más que crecer.

Y para ello, la marca francesa ha aprovechado el acuerdo de colaboración que le une a Nissan para desarrollar un vehículo partiendo del exitoso Qashqai. El resultado, un Kadjar que aúna un diseño algo peculiar con un interior amplio y de calidad, con un comportamiento enfocado hacia la comodidad y con un motor, el dCi de 110 CV, que destaca por su escueto consumo de combustible. Todo ello, además, aderezado con un precio de partida más barato que el del modelo nipón. Muchos recordarán como en 2008, Renault inició su particular aventura en el segmento de los todocamino medios poniendo a la venta el Koleos. Un modelo que, pese a ofrecer uno de los habitáculos más espaciosos de su categoría, no llegó a cuajar entre los gustos de un público europeo que solamente parecía tener ojos para el Nissan Qashqai. Y es que el modelo francés, fabricado en Corea y que tomaba la base del Samsung QM5, jamás llegó a estar cerca de los superventas de aquel momento.

Pese a este fracaso de ventas, la francesa ha seguido manteniendo al Koleos (de hecho se espera una nueva generación para finales de este año) al tiempo que ha iniciado una ‘ofensiva crossover’ encabezada por el Captur y que ahora prolonga con el Kadjar. Sí, Renault por fin ha conseguido dar en el clavo y, aunque un poco más tarde que el resto, ha llegado a subirse al vagón del éxito.

Un Qashqai más grande

Para ello ha cogido la vía rápida: tirar de sinergias. Hay que recordar que tanto Renault como Nissan forman una fuerte Alianza de la que han salido productos de renombre como el propio Qashqai, por lo que era de esperar que el todocamino japonés sirviera de base al protagonista de estas líneas. Así, el Kadjar ha sido desarrollado bajo la misma plataforma que su primo del lejano oriente, la CMF C/D, plataforma de la que también han salido los nuevos Espace, Talismán, Mégane e incluso X-Trail.

Ahora bien, el modelo francés presenta una carrocería que se estira hasta los 4,45 metros de largo, hasta los 1,84 de ancho y 1,61 de alto, es decir, que es 7,2 centímetros más larga, 3 centímetros más ancha y 1,7 más alta que el Qashqai. Dimensiones que, en cambio, sólo repercuten internamente en ofrecer un maletero algo más grande, con 472 litros para ser más exactos (33 más que el Nissan) ya que la distancia entre ejes es idéntica en ambos modelos: 2,65 metros.

  • Ficha técnica

Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea

Cilindrada: 1.461 cc

Potencia: 110 CV a 4.000 rpm

Par máximo: 250 Nm a 1.750 rpm

Velocidad Máxima: 181 km/h

0-100 km/h: 11,7 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 4,0 / 3,9 / 3,9 l/100 km

Emisiones CO2: 103 gr/km

Dimensiones: 4.449 / 1.836/ 1.607 metros

Maletero: 472-1.478 litros

Peso: 1.496 kg.

Cambio: Automática, de doble embrague, de seis velocidades

Depósito: 55 litros

Precio: 27.500 euros

Diseño francés

Como es lógico, otro aspecto que cambia, y mucho, entre ambos modelos, es el diseño. El Kadjar cuenta con una estética muy reconocible que sigue la nueva línea impuesta por el Espace, y seguida por el Talismán o el Mégane, al ofrecer un morro muy alargado con unas ópticas delanteras de gran tamaño que incorporan unas luces diurnas de tipo LED muy grandes. Un frontal afilado y llamativo que contrasta con una zaga algo más tosca. En líneas generales, Renault ha vuelto a hacer de las suyas ofreciendo un vehículo que necesita algo de tiempo para que acabemos acostumbrándonos.

En cambio, la cosa cambia si nos metemos en el habitáculo. Este presenta un diseño algo más limpio que el del Qashqai, principalmente en una consola central presidida por una pantalla central táctil de 7 pulgadas con sistema multimedia R

En términos de conectividad, el Kadjar está a la altura de las exigencias impuestas por las nuevas generaciones ya que además de ofrecer diversas aplicaciones y de poder sincronizarse con los últimos smartphones del mercado, cuenta con varias opciones de personalización entre los que destaca la posibilidad de cambiar el color del cuadro de instrumentos, el volumen de los intermitentes…

Un motor correcto

Mecánicamente, de los tres motores disponibles, un gasolina y dos diesel, en AutoScout nos decantamos por la versión de acceso a la gama de gasóleo, es decir, el dCi de 110 que cuenta con un bloque de 1.5 litros y que, como habrás adivinado por el nombre, entrega una potencia de 110 CV. En términos de confort se trata de un motor algo ruidoso que, por el contrario, no vibra en exceso. Cuenta con una respuesta progresiva ya que parte de sus 250 Nm de par se empiezan a notar a partir de las 1.500 vueltas, logrando el pico de fuerza a partir de las 1.750 rpm.

Para nuestra prueba, decidimos asociarle, además, a la caja de cambios automática de doble embrague, EDC, de seis velocidades. Es una opción que tiene un sobreprecio de 1.500 euros en comparación con la manual de seis pero resulta muy recomendable si queremos practicar una conducción tranquila y sosegada. Su funcionamiento no es excesivamente rápido y puede que notemos ciertos tirones al pasar de primera a segunda o de segunda a tercera, algo que no beneficia si la mayor parte del tiempo la pasamos en carreteras secundarias, pero una vez salgamos a la autopista, cojamos velocidad y circulemos en marchas más largas, el tránsito entre estas será casi inapreciable.

Además, al combinarse con esta caja de cambios, el Kadjar presenta un consumo de combustible particularmente bajo. Durante nuestra semana de prueba, rondando por todo tipo de carreteras y a un ritmo normal, el dato de gasto medio no logró superar los 5,6 l/100 km, lo que unido a un depósito de 55 litros nos permite tener una autonomía cercana a los 1.000 kilómetros con un solo repostaje.

Mejor por asfalto

Como buen todocamino, el Kadjar es un modelo que se encuentra más cómodo circulando por zonas asfaltadas. Bien es cierto que sus 20 centímetros de altura libre al suelo le permiten tener la posibilidad de rodar por caminos en donde un turismo rozaría con los bajos pero ello no implica que tenga unas cualidades camperas excelentes.

De hecho, la gama sólo cuenta con una variante con tracción a las cuatro ruedas, sistema que sólo puede asociarse con el motor diésel más potente, el de 130 CV. Aunque adicionalmente, Renault ofrece las denominadas versiones Xmod que tienen un sistema llamado Extended Grip con el que se puede variar el funcionamiento del control de tracción para conseguir una mejor adherencia sobre terrenos resbaladizos. Un sistema que, en nuestro caso, iba unido a unas ruedas 4Season del fabricante Goodyear con especificación Mud&Snow (barro y nieve) en medida 215/60 R17.

El sistema Extended Grip dispone de tres programas seleccionables con un mando situado en el túnel central, justo al lado del freno de mano (eléctrico). El primero de ellos, denominado Carretera, se activa de forma automática cuando sobrepasamos los 40 km/h ofreciendo funcionamiento normal. Al pasar al modo Terreno blando (girando la rueda hacia la derecha), el sistema modifica el par motor y la presión sobre los frenos para que las ruedas delanteras deslicen más o menos ganando en adherencia. En el modo Experto (girando la rueda hacia la izquierda) el sistema gestiona el sistema de frenado y deja al conductor el control total del par motor permitiendo que las ruedas derrapen libremente si aceleramos con más contundencia.

En cualquier caso, el Kadjar no se postula como uno de los todocaminos más aptos para realizar incursiones complicadas por el campo, más bien se trata de un modelo rutero amante de los buenos asfaltos. Y es que el SUV galo, pese a tener una calidad de rodadura aceptable, no llega al nivel de insonorización y de comodidad de un Qashqai. Eso sí, para diferenciarse de su primo y aprovechando su tardanza en llegar al mercado, nuestro protagonista cuenta con varios asistentes o sistemas de seguridad entre los que están la alerta por cambio involuntario de carril, el lector de señales, el asistente de luces de carretera, el detector de ángulo muerto, el asistente de aparcamiento asistido o la cámara trasera.

Eso sí, dichos elementos, al igual que los faros delanteros Full LED, la tapicería de cuero, sólo estarán disponibles, y como opción, en el acabado más alto de los cuatro que se ofertan, el Zen. Acabado que, en comparación con el mismo que el del Qashqai, es 2.000 euros más barato en nuestro protagonista.

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