Claro está que un diseño atractivo tampoco molesta. El nuevo Renault Grand Modus 1.5 dCi parece combinarlo todo.
Exacto, diesel y utilitario suelen ser como el agua y el aceite. Pero déjenos explicarle: el Renault Modus existe desde 2004. A comienzos de 2008, los franceses sacaron, además de su pequeñín de 3,79 metros, el largo Grand Modus de 4,03 metros. ¿Por qué? Para atraer una mayor clientela a la marca. Si el Modus pequeño se perfila idóneo especialmente como utilitario con aspiraciones, al modelo Grand se le pueden encomendar misiones mayores como vacaciones familiares o transportar muebles, sin que por ello suponga un reto buscar aparcamiento en la ciudad.
Abundante espacio para cuatro plazas
Las condiciones de espacio en el Modus grande para cuatro personas resultan soberbias. Delante o detrás: el espacio para las piernas, los hombros y la cabeza es excelente. Sin embargo, si se sube atrás una tercera persona, la cosa cambia. Lógico en realidad: 1,71 metros de ancho total no dan precisamente para más. No obstante, para trayectos cortos pueden viajar hasta cinco personas. La visibilidad hacia atrás es excelente, claro que los pilares A han resultado ser un tanto poderosos. Detrás de ellos se podrían esconder camiones enteros.
En el pequeño maletero se puede cargar un mínimo de 305 litros con la banqueta trasera en posición normal. Si detrás viajan pasajeros más pequeños, el espacio para las piernas se puede reducir en favor del maletero mediante la banqueta desplazable. De este modo, el maletero se puede ampliar en unos generosos 100 litros. Los respaldos se abaten por completo cuando se trata de tareas estrictamente de transporte. No se obtendrá una superficie de carga plana, pero sí una capacidad de 1.454 litros, lo que equivale a 24 litros más que por ejemplo en el Audi A4 Avant, 70 centímetros más largo. La capacidad de carga total del Renault es de 485 kilogramos.
Posición del asiento: regular
Por lo demás, al igual que su hermano pequeño, el Grand Modus convence por unas sofisticadas características y un correcto acabado. Numerosos compartimentos serán la alegría para los amantes de guardarlo todo. Menos acertada resulta la ubicación tan baja de la radio. Por suerte el vehículo se suministra con un mando a distancia en el volante. Lo que se podría mejorar es la posición del asiento. Debido a que la columna de dirección solo se ajusta en horizontal, no todos los conductores pueden encontrar la posición adecuada. Los asientos resultan muy cómodos. Si bien verdaderamente blandos, son capaces de adaptarse de forma óptima a la anatomía individual de la espalda, ofrecen apoyo para la postura en algunos puntos y se complementan con el chasis rígido.
La dureza básica de la unidad de amortiguación sorprende en la toma de contacto con el pequeño francés. Sobre todo porque la "Grande Nation" suele conceder gran importancia al confort. En cambio, el prolongado Modus no lo acata al pie de la letra. A pesar de la rígida suspensión y con una notable inclinación lateral, conduce con suficiente precisión por las curvas y permite moverse con agilidad sobre todo en el bullicio de la ciudad. Lo cual no hace del Grand Modus ni por asomo un "velocista en curvas". Con el recomendable tamaño de ruedas de 15 pulgadas, el paquete completo resulta equilibrado, ya que ofrece la suficiente comodidad como para que también se puedan cubrir largos trayectos con tranquilidad. Asimismo, agrada el bajo nivel de ruido.
Silencioso modelo autoignición
El modelo autoignición puesto a prueba está indicado no solo para la ciudad. El diesel Common Rail es sumamente silencioso y potente, una vez superada la acusada debilidad a la hora de arrancar. El diesel de 86 CV desplaza veloz las sobradas 1,3 toneladas de peso del Grand Modus. La velocidad punta que alcanza el compacto monovolumen es de 172 km/h y el sprint hasta los 100 km/h lo cubre en 13,3 segundos según los valores de fábrica. Nuestro ejemplar de prueba se portó obviamente bien y le bastaron 12,8 segundos.
De una correcta aceleración se encargan, a partir de unas 2.000 revoluciones, por un lado el espléndido par motor de 220 Nm y por otro, la caja con un cambio suave y perfectamente equilibrado. Cuenta, de forma inusitada para esta categoría de potencia, incluso con seis marchas. La última de ellas es verdaderamente larga a fin de contener el consumo de combustible. No obstante, apenas se nota en tráfico urbano, donde se puede meter la quinta e incluso a veces la sexta. Hemos registrado 7,4 litros; Renault indica 5,7 para la ciudad. En nuestra prueba, este francés provisto de la certificación Eco-2 se "bebió" por término medio unos comedidos 5,4 litros. Por cierto, "Eco-2" es una certificación propia de Renault no aplicable a otros fabricantes. Con el contenido del depósito de 51 litros se pueden cubrir prácticamente los 1.000 kilómetros "nonstop".
De todos modos, Renault dispone de otro interesante motor para la serie Modus que cabría mencionar aquí. El motor turbo de gasolina 1.2-TCE ofrece 100 CV y cuesta, para el mismo equipamiento, unos 850 euros menos que el diesel; el consumo normalizado es de tan solo un litro más, su velocidad superior en unos 8 km/h y acelera hasta los 100 km/h dos generosos segundos más rápido. El tiempo parece ralentizarse cuando se avanza en el dCi, haciendo que numerosos interesados dejen de optar por el diesel.
Para nada una ganga
El 1.5 dCi que hemos conducido con filtro de partículas cuesta al menos 14.750 euros, ya que va acompañado del extenso equipamiento Dynamique. Este incluye seis airbags, aire acondicionado, ordenador de a bordo, banqueta trasera desplazable longitudinalmente, así como elevalunas eléctricos completos y, por ejemplo, un mando a distancia para la radio CD. Quien desee completar con pintura metalizada, ESP (¿por qué cuesta como un extra?), radio con opción de reproducción MP3 y llantas de metal ligero, se pone en unos 15.500 euros. Lo que no es precisamente una ganga para un minivolumen compacto con 86 CV diesel.
En resumen
El Grand Modus hace honor a su nombre. Supera en todo (excepto a la hora de aparcarlo) a la versión corta, ofrece abundante espacio en el interior, presenta un correcto acabado y tiene un aspecto simpático. El motor diesel resulta casi un ejemplar de lujo, si bien, como están las cosas en la actualidad (precios del combustible) no tiene mucho sentido y encarece un poco al Grand Modus. El motor turbo de gasolina le moja la oreja en casi todos los aspectos y por lo tanto supone la mejor opción.