El último en estrenarse ha sido el Turbo S, un modelo que hace de punta de lanza para la gama y que consigue radicalizarse en rendimiento, precio y también en cifras de consumo.
La pregunta es sencilla: ¿son compatibles 550 CV, un peso de 2.215 kg y una velocidad máxima de 283 km/h con el consumo de combustible homologado de 11,5 litros?. La ficha técnica del Turbo S dice que sí, aunque la realidad se antoja bien distinta: quince litros de gasolina por cada 100 kilómetros son, en la práctica, el combustible mínimo quemado en el interior de éste ocho cilindros. Y con una conducción relajada.
En el extremo opuesto al Turbo S, y dirigido a las carteras más ahorradoras, la marca Porsche ofrece unos muy modestos 7,2 litros en el Porsche Cayenne Diésel. Pero claro, no hablamos de lo mismo ni por asomo. El rugido espeluznante cuando se arranca el motor V8 del Turbo S, todavía frío, hace que el conductor sienta perfectamente que bajo el capó se encuentra un animal que no está pensando precisamente en el ahorro. Si damos rienda suelta a sus capacidades, el consumo sube hasta los 20 litros cada 100 kilómetros, un ritmo capaz de vaciar el depósito de cien litros en muy poco tiempo. Por cierto, reponer por completo el tanque del Turbo S cuesta actualmente más de la tasa mensual de la financiación de algunos modelos de coches pequeños. Ahí lo dejamos.
30.000 euros más a cambio de 50 cv
Este modelo “S” tan sólo se diferencia del Turbo “normal” por la modificación del software del motor que le permite arañar otros 50 cv más. Sin embargo, técnicamente es exactamente lo mismo. Tiene un poco más de salida y la friolera de 750 Nm de par motor enviado al cigüeñal, algo por lo que Porsche pide 30.000 euros más. El equipamiento estándar puede complementarse con el paquete Sport Chrono para mejorar la aceleración desde parado y todas esas cosas, pero sinceramente no tiene mucho sentido en un modelo como éste.
En materia de peso hay que decir que el Cayenne Turbo S acelera tan rápido como un Carrera S cuando se pisa el acelerador a fondo, esto es, en 4,5 segundos. En línea recta no hay nada que reprocharle a este monstruo, pero cuando se trata de dinámica en curva el SUV puede recibir alguna crítica. A pesar de la excelente suspensión neumática, que puede ofrecer un modo realmente deportivo o eliminar por completo las irregularidades del suelo, en definitiva son más de dos toneladas con las que hay que luchar en una constante transferencia de pesos.
Apretados
Aquellos clientes del Turbo S que quieran experimentar con este tipo de conducción tienen a su disposición unos ajustadísimos y efectivos asientos deportivos. Si esto resulta demasiado incómodo, siempre se puede optar por poner la suspensión en el modo más confortable posible. En este modo el coche resulta todavía lo suficientemente sólido en términos de agarre y la transmisión automática de ocho velocidades sigue devolviendo aceleración con bastante inmediatez.
En cuanto a la preparación exterior, esta versión tope de casi 175.000 euros debería sentir la necesidad de justificar su altísimo precio. Un alerón frontal ligeramente modificado, un alerón trasero discreto y unos guardabarros más anchos ofrecen ese plus de interés hacia los potenciales clientes del Turbo S.
Elegante y deportivo
Mucho más exagerado que su preparación exterior es el habitáculo. Los asientos deportivos de corte ceñido tienen poco que ver con los SUV habituales y se ha incorporado un montón de carbono a la consola central que añade bastante elegancia al conjunto. A esto también hay que sumar el volante deportivo de tres radios que se destaca, sin embargo, por la falta de botones. Algo sorprendente cuanto menos ya que, más allá de los 250 km/h, sería aconsejable poder manejar el volumen de la radio sin quitar las manos del volante.
Conclusión
Una vez más Porsche demuestra todo su poderío. Esta vez lo hace con el Cayenne Turbo S, un modelo que ofrece 50 caballos extra a cambio de 30.000 euros más, lo que realmente debe pensarse mucho. Un 911 Carrera S puede acelerar en el mismo tiempo, pero si tenemos en cuenta que este SUV pesa 2,2 toneladas, el mérito que le debemos es ampliamente superior. Cierto es que en el paso por curva no tiene nada que ver con el Carrera pero su fuerte, nos guste o no, seguirá siendo siempre la dinámica longitudinal. Por tanto, el Turbo S está dirigido a aquellos mercados donde este tipo de excentricidades están tan valoradas. Hablamos, cómo no, de Asia, Arabia Saudí o Rusia.