El Porsche 911 Carrera S es la versión mejorada, desde un punto de vista dinámico, del 911 Carrera, la configuración básica del deportivo alemán. En 2025, este automóvil ha recibido una ligera revisión en términos de diseño, equipamiento y rendimiento respecto al que se vendía hasta ahora, por lo que son cambios de relativo poco calado que no suponen en ningún caso un salto generacional en la gama de este mítico coche. Te resumimos cuáles son.
La evolución del Carrera S 2025 en pocas claves
El Porsche 911 Carrera S 2025 (992.2) se caracteriza por incorporar un motor de tipo bóxer doblemente turboalimentado con seis cilindros y 3 litros de cubicaje (sin hibridar) que rinde 480 CV de potencia, lo cual son 30 CV más que antes. En esencia, es el mismo impulsor que equipaba el modelo de 2019, pero con algunos componentes nuevos o mejoradas, como los compresores y el sistema de refrigeración, que han permitido extraer más par: hasta 530 Nm.
Gracias a estas cifras y a la combinación de una transmisión automática robotizada de doble embrague PDK, una aerodinámica optimizada y una propulsión trasera sobre neumáticos con 305 mm de anchura, el nuevo Carrera S es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos (3,3 con Paquete Sport Chrono) y lograr una velocidad punta de 308 km/h, lo cual ya son datos propios de un superdeportivo.
Coupé o Cabriolet, se detendrá más rápido y será más ágil, pero también bastante más caro
Disponible en dos variantes de carrocería, Coupé o Cabriolet, una de las principales mejoras del 911 Carrera S 992.2 respecto al 992.1 es su equipo de frenado, que se agranda de una forma considerable. Los discos delanteros son de 408 milímetros y los posteriores de 380, cuando antes tenían 350 en ambos ejes. No obstante, se puede escoger una deceleración aún más contundente gracias a un sistema de discos carbocerámicos opcional y con sobrecoste.
Igualmente, este Carrera S cuenta con modificaciones menudas en su aspecto exterior y en cuanto a su equipamiento de serie, que crece con la incorporación de llantas más grandes (20 pulgadas delante y 21 detrás), sistema de escape deportivo o sistema de reparto vectorial del par. También hay extras que mejoran la dinámica o la maniobrabilidad, como un doble eje direccional o una suspensión adaptativa que rebaja el tren de rodaje en 10 milímetros, algo casi inapreciable en la práctica.
Porsche asegura que la amortiguación estándar es mejor que en el Carrera S de hace 6 años, proporcionando más precisión y refinamiento. También ha repasado y puesto a punto de nuevo la dirección, que resulta más rápida. Ocurre algo similar con la cadena cinemática del tren delantero. Esto se traduce en agilidad. A cambio, el cliente habrá de pagar un precio más elevado que hasta ahora: desde 177.947 euros con techo cerrado y 193.981 euros con capota practicable. La opción de plazas traseras plegables es gratuita en ambos casos.
