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Prueba: Vespa GTS 300ie Touring – Paseos con encanto

Resulta sorprendente que un vehículo tan tradicionalmente urbano y a la vez tan poco apropiado para viajar como una Vespa pueda tener una versión Touring.

Así y todo, el Grupo Piaggio ha montado en la Vespa más grande y potente que jamás haya fabricado, la GTS 300ie, una pequeña pantalla protectora y dos útiles portaequipajes. El resultado final, además de agradable a la vista, ofrece mayores comodidades en los desplazamientos.           Relacionar dos conceptos tan dispares como Vespa y Touring requiere de cierta imaginación, no lo vamos a negar. Pero si se trata de una Vespa con 23 cv de potencia, ruedas de 12 pulgadas (y no de 10) y un chasis monocasco de lo más espacioso, la cosa ya no es tan complicada. Y si a todo esto le sumas cierta capacidad de carga bajo el asiento, en el suelo y en los portaequipajes, el resultado puede superar toda expectativa previa. Además, la pantalla que incluye este modelo especial es algo más que un simple adorno y hace bien su función, aunque sea algo baja y para liberarnos por completo del viento tengamos que incorporarnos un poco. En todo caso, es una GTS 300ie con un equipamiento de refuerzo que no se nota en el precio final: 4.509 € para esta versión que sólo se comercializa en este color marrón que la marca ha bautizado como “el color de la tierra de la Toscana”.

Un gran compañero

Ya hace un tiempo que el Grupo Piaggio jubiló el motor de 250 cc y lo sustituyó por este 300 para lograr unas aceleraciones más vivas a bajo y medio régimen y unos consumos más contenidos. Tal ha sido su éxito que en la actualidad muchos son los scooters del grupo que lo montan, entre los cuales se encuentra, por supuesto, la Vespa GTS 300ie. Aun así, cada scooter es un mundo diferente y está lejos de reaccionar exactamente igual en todos los modelos.

En este caso, bien por su chasis monocasco o por su particular parte ciclo, parece incluso más enérgico que de costumbre, sobre todo en el primer recorrido del gas. Pasado este primer y vigoroso tirón, todo parece volver a la normalidad y la aceleración se vuelve más pausada y progresiva. Aun así, no decae y se mantiene enérgico hasta alcanzar unos 120 km/h en recta y algo más en bajada, cifras muy válidas también para la carretera y la autopista.

Adaptándose a los tiempos

La Vespa GTS 300ie opta, como era de esperar, por la rigidez del chasis monocasco con refuerzos de chapa de acero. Estructura que, en este caso, dista mucho de la que vemos en los modelos más tradicionales con cambio manual. Una diferencia, por ejemplo, la detectamos enseguida cuando abrimos el asiento (muy cómodo por cierto) y vemos un hueco estrecho y alargado cuando las Vespa de toda la vida nunca han ofrecido esta comodidad. De todas maneras es un espacio poco práctico ya que resulta imposible cargar un casco en él, pero es igualmente bienvenido y útil para el resto de pertenencias.

Otra diferencia respecto al legendario chasis Vespa es que no alberga el motor en una posición lateral, sino central. Esta posición es mucho más común en los scooters de la actualidad, por no decir que es obligada siempre que se trate de modelos automáticos como es el caso. Donde sí vuelve a parecerse a los modelos de toda la vida es en la gran guantera delantera, elemento indispensable en toda Vespa. Al carecer de llave en este modelo, debe abrirse mediante la misma cerradura del encendido presionándola levemente.

Grande y ágil   

Sea como fuere, estamos ante una Vespa de gran tamaño, y eso comporta muchas ventajas para circular con comodidad. El manillar se encuentra en una posición elevada y las piernas tienen espacio de sobra. Incluso el asiento, de tacto agradable, es largo y ancho, cómodo incluso cuando circulamos con acompañante. Y aunque no sea precisamente bajo (790 mm), raro será que no lleguemos bien al suelo. De hecho, pese a sus generosas dimensiones, se mueve realmente bien en ciudad gracias a las ruedas de 12 pulgadas.

También ayuda el ángulo de giro generoso y su peso de 148 kg en seco, lo que potencia sobremanera su mejor faceta, que sigue siendo, sin duda, la urbana. Tanto es así que moverse con ella a diario es de lo más sencillo y divertido: sale del semáforo con muchas ganas y además frena muy bien. En este sentido, el no tener que jugar con el cambio constantemente simplifica mucho su funcionamiento y resulta menos agotador, aunque no sea tan auténtico. Para los más nostálgicos siempre quedará la PX 125, si bien tendrán que sacrificar los desplazamientos por carretera…    

Su lado más Touring

Aunque le sea imposible deshacerse de su condición de scooter urbano, si hay una Vespa que le guste de salir de la ciudad es claramente esta GTS 300ie Touring. Su motor puede circular tranquilamente en velocidades que vayan de los 100 a los 120 por hora, no se siente en absoluto forzado. Y su depósito de 9,2 litros da mucho de sí siempre y cuando no circulemos constantemente al límite de sus posibilidades. Tampoco son un problema las irregularidades del terreno puesto que las absorbe con relativa solvencia y la espalda no se resiente, como sí suele suceder con ruedas son pequeñas de verdad, como las de 10 pulgadas. Únicamente a grandes velocidades podemos sentir que siguen siendo un poco pequeñas para la carretera, pero la rigidez del chasis monocasco en acero lo compensa bastante bien.

Además sorprende la fuerza de su frenada, compuesta por un disco de 220 mm delante y otro detrás. También influye positivamente el siempre curioso sistema de brazo oscilante para la suspensión delantera, que garantiza la estabilidad en las frenadas más agresivas al minimizar el hundimiento excesivo del tren delantero. Por lo contrario, no nos ha gustado tanto en la entrada de los giros, momento en el que la física hace de las suyas y nos recuerda que es un scooter bastante grande para circular sobre unas ruedas que, además de pequeñas, son estrechas. Las cosas como son, quien quiera un scooter deportivo tiene muchas otras opciones en el mercado bastante más apropiadas.

Conclusión

La posibilidad de cargar algo de equipaje en una Vespa es realmente curiosa y novedosa. De todas maneras, a lo largo de la historia ha habido modelos para todos los gustos, algunos de nombre tan sorprendente como Rallye o Pole Position, y sobran los casos en que los más osados han emprendido largos viajes sobre sus queridas Vespa. Sea como sea, nunca antes ha habido un modelo tan apropiado para trayectos de cierto recorrido como la GTS 300ie Touring, a la que, por cierto, el color marrón en combinación con el cromo de los portaequipajes le sienta muy bien.        

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