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Prueba: SYM Wolf SB 125 Ni – En constante evolución

Tras afianzarse en nuestro mercado con scooters de todo tipo que poco a poco han ido recortando las distancias respecto a los de origen japonés o italiano, ahora la marca taiwanesa nos propone algo diferente.

Tras afianzarse en nuestro mercado con scooters de todo tipo que poco a poco han ido recortando las distancias respecto a los de origen japonés o italiano, ahora la marca taiwanesa nos propone algo diferente: una naked de 125 cc de carácter deportivo y estilo europeo preparada para dar guerra en un sector aún en crecimiento, pero con mucho potencial. Si nos pusiéramos a analizar objetivamente la relación calidad precio de todas las motos disponibles en nuestro país, muy probablemente habría un número importante de escúteres de SYM, los mismos que a base de precios competitivos, diseños atractivos y soluciones tecnológicas de vanguardia han convencido a tantísimos usuarios. Algunos como el Citycom, el Symphony o el GTS se han ganado una buena y merecida reputación, lo que viene a confirmar el buen trabajo realizado por la marca taiwanesa, que vuelve al ataque una vez más con una naked de 125 cc bonita y de líneas agresivas que dará mucho que hablar. Su precio es de 2.999 € y está disponible en tres colores (blanco, negro y amarillo).

Nada que envidiar

Su aspecto recuerda a muchas naked con fuerte presencia en nuestro mercado, aunque su parecido más evidente es, en mi humilde opinión, con la XJ6 de Yamaha. Una línea muy limpia y minimalista que viene a confirmar que la gente de SYM ya nos conoce lo suficiente como para saber qué nos gusta y qué no. No abundan los plásticos, sólo los imprescindibles para vestirla como una auténtica streetfighter de ciudad en la que abundan detalles propios de las naked de mayor cilindrada, como el afilado colín, que en este caso convive con unas asas para el acompañante, y otros muchos como las aletas laterales para darle más presencia, la pequeña cúpula que además de su función estética desvía algo el viento, así como las llantas de color negro mate y aspecto deportivo y un depósito grande y ergonómico con 14 litros de capacidad.

Todo ello bien acompañado por un cuadro de instrumentos mixto al que no se le echa nada en falta porque nos informa del nivel de combustible, del voltaje de la batería y de la hora, además de sus funciones más clásicas como el velocímetro digital y el tacómetro analógico. No nos olvidamos de los avisadores luminosos que nos alertan hasta de las revisiones. En suma, la nueva Wolf 125i se sitúa estéticamente en un nivel muy alto, buscando el espíritu de las naked más sofisticadas y consiguiendo hacerse notar desde lejos, pero como viene siendo habitual en muchos modelos fabricados en Taiwán, también desde cerca.

Conducción agradable y eficiente

Las buenas sensaciones que transmiten sus plásticos y acabados ya nos avisan del buen trabajo realizado por la compañía. Ahora bien, una vez estamos a sus mandos enseguida nos damos cuenta de que el trabajo también se ha hecho bien en lo más importante, que no es otra cosa que su comportamiento. De entrada se nota estrecha y ligera, y tiene un asiento bajo para apoyarnos en el suelo sin ninguna dificultad. Los únicos puntos que no brillan tanto son el caballete lateral y el central: el primero porque algunas veces debemos acompañarlo con el talón algo más de lo normal para recogerlo del todo, y el segundo porque hay que esmerarse un poco para apoyar la moto en él. Afortunadamente, dos pequeños detalles sin mucha importancia.

Así pues, la primera agradable sorpresa tiene que ver con la posición de conducción, una interesante combinación entre deportividad y confort gracias a unos estribos algo retrasados y elevados, que invitan al ataque, pero también a un manillar que nos obliga a inclinarnos hacia delante, aunque sin exageraciones. Es, se puede decir, la típica posición de conducción de muchas naked de carácter deportivo, que es, salvando las distancias, lo que quiere ser esta pequeña Wolf 125i. Además, el diseño de su gran depósito (14 litros para esta 125 dan para muchísimo) nos hace sentir como en una moto más grande de lo que es en realidad.

Pero vayamos al grano. Lo cierto es que su confort y ligereza se agradecen en los desplazamientos diarios, aunque también es cierto que se han sacrificado las comodidades del escúter para centrarse en su dinamismo y versatilidad. Aquí de lo que se trata es de conducir una moto, esto es, jugar con el cambio, beneficiarse de una mayor estabilidad (impecable en esta Wolf) y de afrontar sin complejos las irregularidades del terreno, y todo ello con una suavidad general muy lograda, tanto en el motor, un monocilíndrico refrigerado por aire e inyección electrónica, como en el resto de componentes. Quizá se le echa en falta un freno delantero más potente, si bien es progresivo y lo acompaña un disco trasero de 220 mm de funcionamiento muy correcto.

Por otro lado, la nueva Wolf 125i tiene la cilindrada que tiene, y eso se nota. A bajo régimen no tiene mucho que ofrecer y tenemos que buscarle las cosquillas más allá de las 7.000 rpm. Esta concentración de prestaciones en la zona alta nos obliga a jugar constantemente con el cambio para que no caiga en exceso el régimen del motor, como nos puede suceder a la salida de los virajes si no los afrontamos con velocidades lo suficientemente cortas. Hay que exprimirla constantemente, y eso tiene su gracia. Está claro que no le podemos pedir unas grandes recuperaciones, pero esta misma característica también nos ayuda a controlar más todavía sus consumos. De todos modos, podemos llegar a su velocidad máxima con suma facilidad, situada un poco por encima de los 100 km/h, aunque es a partir de ahí cuando ya se notan algunas vibraciones en forma de leve cosquilleo por todo nuestro cuerpo.  

Conclusión

Con todo, está claro que el paso adelante ha sido notable, por ejemplo si la comparamos con algún modelo anterior con menores pretensiones, como la XS 125. Por suerte, SYM no ha parado de evolucionar con soluciones tan innovadoras como el tratamiento cerámico en sus cilindros, el sistema VIP de admisión variable, y un nivel en todos los acabados cada día más elevado. Esta nueva naked es, además, un primer paso para gozar de la conducción de una moto de verdad aunque el precio a pagar sea la capacidad de carga, la protección aerodinámica, y todas esas ventajas de los escúteres, hasta la fecha el punto realmente fuerte de SYM. Veremos si, más adelante, también logra hacerse un hueco en el mundo de las motos, y más sabiendo que nos debería de llegar también una versión de 250 cc.

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