Y lo bueno es que sigue dando guerra igual o más que en sus inicios porque la M696 llegó y arrasó, y es que aun siendo una moto totalmente nueva conservó su esencia con tanto acierto que se instaló de inmediato en las primeras posiciones del ranking de motos más vendidas, a la zaga de la Kawasaki Z 750, intratable. Desde entonces nos han llegado también otras versiones, como la 796 o las de 1100 que son, justamente, las primeras en disponer de una versión EVO que además se queda como la única disponible en esta cilindrada. La marca de Bolonia tiene la sana costumbre de ir actualizando y mejorando todos sus productos año tras año, sin apenas descanso. Es en esta dinámica que cobran protagonismo las versiones EVO que poco a poco van haciéndose un hueco en el catálogo de la marca como hemos visto en la familia Hypermotard y, más recientemente, en la 848. Ahora le ha tocado al modelo más popular, una de las pocas motos que puede presumir de ser todo un clásico sin haber cumplido ni los 20 años de edad y estando más de moda que nunca. Así pues, está claro que tienen algo especial que atrae a la gente, pero también lo es que esta versión EVO conserva todo su encanto al tiempo que alcanza un nivel de equilibrio y sofisticación nunca visto en ella. Sigue siendo una Monster, pero equipada a lo grande para ponerse en otro nivel, y con unos retoques estéticos muy oportunos para diferenciarla.
Es más, el sello Ducati Corse está presente en una moto que está disponible en el clásico rojo de la marca que nunca falla y en color negro, ambos acompañados de una franja que la atraviesa de punta a punta muy acorde con su renovado potencial. Su precio es de 11.995 €, que no es nada abusivo visto todo lo que ofrece esta nueva Monster, que es mucho.
La era de la electrónica
La nueva Monster 1100 EVO hereda una electrónica muy puntera que ya habíamos visto en otros modelos y que ha sido desarrollada durante años en las entrañas del mundial de Moto GP. Aquí todo el paquete viene bajo el nombre de Ducati Safety Pack e incluye un ABS desconectable y el DTC (Ducati Traction Control) también desconectable y que en este caso dispone de cuatro niveles de intervención, el primero para el más tolerante con los deslizamientos de la rueda trasera, ideal para conductores muy expertos, y el cuarto para el menos permisivo y el más seguro.
Este tipo de ayudas debutan a la vez en una Monster y en un motor de dos válvulas, y lo cierto es que su funcionamiento es muy sencillo: en la piña izquierda tenemos un botón para movernos fácilmente por el menú, y a diferencia del ABS, que siempre se conecta cuando encendemos la moto, el DTC conserva siempre el estado en que lo dejamos. Todo ello, en conjunto, tiene un funcionamiento muy correcto, nada molesto, con un lado positivo muy evidente cuando las condiciones no son las ideales y un lado negativo que brilla por su ausencia puesto que intervienen, tanto el DTC como el ABS, cuando realmente es necesario, sin restarle puntos a nuestra conducción. De hecho, tan sólo cobra sentido desconectar ambos sistemas en circuito cerrado.
Por otro lado, la Monster EVO también lleva pre-instalado el DDA (Ducati Data Analyzer), un software muy de agradecer si lo que realmente nos gusta es pilotar en circuito puesto que este sistema permite, entre otras cosas, acumular toda la información imaginable en una memoria USB para, acabada la sesión, analizar con tranquilidad nuestros progresos. Un juguete adicional disponible como accesorio Ducati Performance.
Bonita como nunca
A lo lejos es una Monster como las otras, pero vista en detalle esconde algunas sorpresas muy agradables. Para empezar, el colín es más afilado y minimalista que antes porque quedaba libre y más a la vista al incorporar esta EVO un solo tubo de escape. Además, las luces traseras vienen con diodos tipo LED, cada vez más comunes y muy apropiados porque no se funden y se ven de maravilla. Es en esta misma zona que nace la franja blanca (en la versión en color negro viene en gris) que recorre toda la moto de punta a punta pasando por el mismo colín, el depósito, y acabando en el guardabarros delantero. El punto deportivo de esta nueva Monster, que le sienta como nunca, no acaba aquí porque también luce unas nuevas llantas herencia directa de la 1198 y la Streetfighter, con 10 agresivos palos que refuerzan un poco más su deportividad.
En el resto de rincones no se echa en falta el estilo Monster, todo lo contrario: unas líneas minimalistas que siguen al pie de la letra la filosofía menos es más. Todos los componentes han sido simplificados al máximo para aligerar el conjunto logrando una compacidad difícil de ver en una moto de su cilindrada. Es pequeña y baja y realza su ligereza con un estilo inconfundible, y es que cabe recordar que 169 kg de peso en seco para una moto con 1100 cc es algo más que un logro. De hecho, es tan ligera y compacta gracias a un sub-chasis en aluminio y a un basculante monobrazo de aspecto robusto también en aluminio, pero también gracias a algunos materiales que ya habíamos visto en la 848 EVO, como la tapa del alternador en magnesio y el volante de inercia aligerado, sin olvidarse, claro, de su chasis de tubos de acero, que lejos de quedar escondido bajo los plásticos juega un papel clave en su personalidad, tanto a nivel estético como dinámico. Y todo vinculado entre sí para garantizar la agilidad y maniobrabilidad típica de la familia, y con un trasfondo deportivo muy trabajado.
Agradable deportividad
A sus mandos transmite la misma sensación que las otras, o parecida: el asiento es muy bajo, cómodo y con un buen agarre. Luego, una vez en marcha, conserva la posición de ataque típica de la familia, con los brazos abiertos, las piernas flexionadas y el cuerpo adelantado, aunque en esta ocasión algo menos porque el manillar es 20 mm más alto que antes y, por lo tanto, la posición resultante es más cómoda. Otro detalle de agradecer es que el margen de giro sea considerable porque el depósito no hace tanto tope al coincidir justo en la pequeña rejilla cuando lo giramos. Es decir, que también nos podemos mover con relativa soltura entre coches, si bien el manillar es ancho y los retrovisores sobresalen un poco, lo que nos resta algo de agilidad en situaciones de tráfico denso. Aun así, se mueve muy bien para ser una 1100.
De todos modos, es cuando empezamos a moverla entre curva y curva cuando entra en escena una agilidad increíble junto a una sensación de control propia de las motos más deportivas. Porque cabe recordar que no deja de ser una moto equipada por todo lo alto: horquillas Marzocchi de 43 mm totalmente ajustables y un monoamortiguador progresivo Sachs regulable en precarga y extensión, sin bieletas y anclado directamente al basculante monobrazo. Si a esto le añades unos Pirelli Diablo Rosso II, de lo mejor que hay en gomas deportivas de calle, pues tenemos un conjunto que transmite una sensación de control muy elevada.
Por su parte, el motor de dos válvulas Desmodue Evolucione rinde ahora 100 cv porque se han revisado las cámaras de combustión para aumentar el alzado de las válvulas, y monta nuevos pistones que garantizan una mayor compresión. Es, a la hora de la verdad, el motor típico de las Monster de gran cilindrada, tosco a bajo régimen pero con una zona media contundente y aprovechable que transmite como ninguno las travesuras de sus grandes pistones. De hecho corre más de lo que parece, y aunque el corte de inyección da la sensación de llegar antes de hora, nada como un vistazo rápido al marcador para comprobar cuán poderoso es en realidad.
Conclusión
En resumen, una moto que sigue despertando mucha devoción y más si hablamos de las versiones mejor preparadas como esta EVO. Quizá los más puristas echen en falta un embrague en seco con su peculiar sonido en parado, pero Ducati cada vez los usa menos porque van ganando terreno las ventajas de los sistemas en aceite, de accionamiento más suave y mantenimiento menos engorroso. Otros, por su lado, quizá prefieran una Monster equipada con suspensiones Öhlins, como la anterior S, pero es innegable que el rendimiento de esta Monster EVO se sitúa al más alto nivel y que transmite un feeling que pocas motos son capaces de lograr. Es, en definitiva, una máquina con la que divertirse a lo grande y sin complicaciones.