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Prueba: Derbi GPR 125 4T – Un mito entre la juventud

La compañía de Martorelles es, dentro del Grupo Piaggio, la que apuesta con mayor descaro por un público joven y de espíritu deportivo, algo que corroboran motos de pequeña cilindrada como esta GPR 125, la bala roja del siglo XXI.

Una parte ciclo de lujo que transmite sensaciones de auténtica supersport y un motor que a base de exprimirlo acaba teniendo su gracia es una buena manera de encandilar a los chavales, eso seguro.     Unos años atrás los motores de dos tiempos eran la referencia entre las deportivas de octavo de litro, cuando las mecánicas que triunfaban eran las más humeantes y sonoras y a menudo con prestaciones que sobrepasaban los 30 caballos de potencia. En la actualidad la historia es otra, pero el espíritu se mantiene: motos de pequeña cilindrada  equipadas hasta las cejas para iniciarse en la conducción deportiva de un modo seguro y escalonado, y ahora también con las ventajas inherentes a un motor de cuatro tiempos a nivel de consumos y fiabilidad. Por otro lado, 15 cv de potencia, cambio de seis velocidades y una extrema ligereza es un buen cóctel que asegura diversión cuando y donde se quiera.

En relación a la competencia directa tiene como gran baza que es, exceptuando algún pequeño detalle aquí y allá, exactamente la misma moto que la Aprilia RS4 125, que te pide una considerable cantidad de 4.137 euros cuando la Derbi GPR 125 4T 4V está, a día de hoy, a un precio más lógico de 3.499 euros. No es que sea muy económica, pero la deportividad siempre pide algunos sacrificios…

Está disponible en tres combinaciones de colores: una en que predomina el rojo sobre el blanco y el negro, otra con mayor presencia del blanco y finalmente una en negro combinado con algo de rojo.

Una pequeña tentación

Derbi es una de esas marcas que se asocian a menudo con el mundo de la competición, faltaría más. No en vano la estética radical de la GPR 125 nos lo recuerda del mismo modo que también lo hace el pequeño detalle conmemorativo de los 21 títulos mundiales que vemos en su carenado. Pocas marcas pueden alardear del prestigio de una Derbi en las categorías inferiores; ya se sabe que una bala roja es una bala roja, y tras examinar detenidamente esta GPR bien merece ser bautizada con este nombre. Unas horquillas invertidas Paioli de 41 mm y pinzas de freno de anclaje radial son sólo una pequeña muestra del nivel de deportividad conseguido, y es que de arriba abajo recuerda a una deportiva de las grandes pero en una escala mucho más pequeña: el carenado integral que cubre mínimamente sólo si te acoplas al máximo y el asiento de doble altura, con las plazas bien diferenciadas, son a imagen y semejanza de motos mucho más potentes.

Quienes busquen un vehículo ante todo práctico y cómodo incluso a dúo que se compre un escúter, porque aquí lo que se busca es saciar las necesidades de muchos jóvenes que buscan ante todo lucir moto y de paso empezar a familiarizarse con la conducción de tipo deportivo, mucho más auténtica y divertida que la de un vehículo con cambio automático.

Posición de ataque

Que no es una moto para ir de paseo queda bien claro antes de subirse aunque no se confirma del todo hasta que emprendemos la marcha. Tras girar la llave de contacto ya vemos que los semimanillares están muy bajo y que debemos estirar los brazos e incorporarnos hacia delante hasta alcanzarlos y empezar a conducir. Los estribos bien elevados y retrasados y la forma del asiento ligeramente inclinada hacia abajo no hacen más que ayudar a la hora de adoptar una posición de conducción agresiva, muy apoyada en el tren delantero. El poco margen de giro y la dureza del asiento y las suspensiones hacen pensar nuevamente en su genética R, que va in crescendo con el paso de los kilómetros.

Datos técnicos
Marca y modelo BMW F 800 GS
Año 2011
Motor
Cilindrada 798 cc
Arquitectura Monocilíndrico con doble árbol de levas y 4 válvulas
Potencia (cv) 15 cv a 9250 rpm
Alimentación Carburador de 30 mm
Cambio 6 velocidades
Neumáticos de serie 100/80 - 17" (d) y 130/70 - 17" (t)
Chasis Doble viga de aluminio
Suspensión delantera Horquillas invertidas de 41 mm con 110 mm de recorrido
Suspensión trasera Monoamortiguador anclado al basculante con 130 mm de recorrido
Distancia entre ejes (m) 1,35
Frenos 300 mm (d) y 220 mm (t)
Peso (kg) 120 en seco
Velocidad máxima > 100 km/h
Precio (sin extras)
Euros 3499 (en promoción)
Más datosMenos datos

Ahora bien, pese a todas las incomodidades que van surgiendo al circular por la ciudad con una 125 tan deportiva, también hay algunas ventajas si la comparamos directamente con un scooter de su misma cilindrada, a priori más apropiado para la ciudad. Por ejemplo el tema de los consumos, porque un motor de su cilindrada con seis velocidades y un desarrollo largo, pensado para rendir sobre todo cuando gira muy arriba, es un auténtico mechero si circulamos con tranquilidad, más incluso que un pequeño escúter. Además el cambio tiene un tacto muy suave y no es un problema ir cambiando constantemente de velocidad, aunque, eso sí, requiere algo de práctica meter el punto muerto siempre a la primera. De hecho mejor hacerlo antes de llegar al semáforo porque de lo contrario podemos estar buscándolo demasiado a menudo, y eso sí acaba agotando.

De todas maneras, la rigidez del tren delantero, la fuerza del freno delantero y la dureza que notamos en los baches son información suficiente para que apetezca salir a dar una vuelta con ella, pero por carretera.

Un buen comienzo

Comparándola de nuevo con un escúter de su misma cilindrada, cuando circulamos por una carretera de curvas nos pide estar más concentrados para sacarle todo el jugo a su parte ciclo, que rinde a un nivel muy alto pese a ser una moto que cubica únicamente 125 cc. Jugar con el cambio constantemente para aprovechar en su totalidad los 15 caballos acaba siendo la clave en un motor que, si se deja caer en exceso, se siente incómodo al recuperar e invita a bajar un par de marchas si salimos demasiado lentos de la curva. Porque aunque parezca ir siempre muy al límite el motor se estira mucho, tanto que cuando creemos que ya lo ha dado todo nos regala un poco más de potencia antes de decir basta.

Luego, una vez cogido el tacto al comportamiento tan puntiagudo del motor, el resto depende del nivel de conducción de cada uno ya que la confianza que genera su chasis de doble viga en aluminio y en general toda su parte ciclo da a entender que la moto está preparada para todo lo que le exijamos. Esta condición de pequeña deportiva que apuesta por la calidad la convierte en una de las mejores maneras para adentrarse en la conducción de una motocicleta de verdad, y es que a sus mandos se comporta como una auténtica supersport con la única diferencia del nivel de prestaciones, gracias al cual también podemos exprimirla constantemente sin preocuparnos por los límites de velocidad. Aún así, una vez en línea recta y con la sexta engranada es una moto que corre, aunque es igualmente apropiada para un uso interurbano intenso ya que conducida con cariño sale muy a cuenta por lo poco que consume.

En resumen

No es la más barata, eso es cierto, pero tampoco es la más cara. En cualquier caso sí podemos decir con seguridad que está a un nivel altísimo y que poco más se le puede pedir a una moto de su cilindrada y condición. Es, en pocas palabras, una pequeña deportiva apta y divertida para usar cada día, y por supuesto con esa gracia que sólo encontramos en las motos con cambio manual. Y es que, en el fondo, nada como una 125 cc con cambio en el pie para ir absorbiendo todo aquello que nos servirá más adelante para conducir (o pilotar) como es debido, y con el encanto de las bajas rojas de toda la vida, aunque ahora y desde hace un tiempo tengan también cierto sabor italiano.           

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