Su distinción dentro de los descapotables biplaza llega gracias al perfecto aislamiento del habitáculo y al gran espacio que se ha otorgado al maletero (a pesar de ser donde se guarda la capota). Lejos de la concepción deportiva de otros coches como el MX-5, lo que aquí se propone es un descapotable discreto, sencillo, pero lo suficientemente divertido. Una generosa herencia
La primera impresión que tenemos nada mas subir al coche es, como hemos dicho, su gran similitud con el Corsa. El salpicadero es funcionalmente igual ya que solamente les distinguen algunos elementos decorativos. En este caso además hemos podido disfrutar de teléfono integrado y de navegador GPS en el ordenador de a bordo (a un precio de 895 euros).
En el exterior, hay elementos prácticamente clónicos, como los espejos retrovisores. La parte trasera del techo puede tener un color de contraste con el de la carrocería (en este caso combinación rojo-plateado) que le da otra pincelada de diversión y juventud.
En el interior podremos además optar por tapicería de cuero. Una posibilidad por la que deberemos asumir unos 1000 euros de gasto, pero que a buen seguro dará al habitáculo un resultado más sobrio a la vez que atractivo.
La eterna batalla
Lo de llevar capota, aunque sea rígida, puede suponer a veces un tedio innecesario que hay que pagar por disfrutar de un capricho de verano. Supone rediseñar, buscar espacio nuevo en el coche, ofrecer un desplegado rápido del techo, un cierre que ofrezca aislamiento total, etc.
En nuestra opinión, Opel es capaz de sobrevivir en este apartado con buena puntuación. Y explicamos por qué. Cuando el techo está desplegado, el maletero tiene 440 l de volumen, que ya es suficiente en un coche de su tamaño. Además, detrás de los asientos delanteros queda un espacio con 70 l de capacidad para guardar bolso, abrigo, y objetos de mano. Al quedar el techo plegado, ese hueco desaparece y el maletero queda con 250 l de capacidad, lo cual también es un buen valor (sin olvidar que es un biplaza).
El mecanismo de cierre hace que se pliegue y despliegue con un sólo botón. Es un dispositivo electrohidráulico en el que además hay que liberar dos cierres de seguridad en cada una de las dos ventanas. La impresión que da es de seguridad y firmeza en todo momento, aunque no sea un coche robusto.
Lo más alto de la gama
Este motor de 1800 cc es la máxima potencia con la que se puede adquirir este modelo. Es el mismo que el del Corsa GSI, tiene 125 Cv y responde de forma correcta dentro de este rango de coches. Su cambio manual (de 5 velocidades) es ágil aunque algo duro en marchas cortas, y ofrece parámetros como una aceleración de 9,4 segundos (de 0 a 100 km/h) y un consumo mixto de 7,7 litros cada 100 kilómetros.
Este motor solamente está disponible con cambio manual. Sin embargo, para aquellos que lo prefieran, podrán decantarse por un motor más pequeño (1.4) pero que cuente con la opción de elegir su variante automática Easytronic (también de cinco velocidades).
Sencillez alemana, a buen precio
Otros rivales, como podrían ser el Peugeot 206 o el Mini Cooper, tienen cuatro plazas en lugar de las dos del Tigra. Normalmente esas dos plazas suplementarias son inservibles para transportar siquiera a niños algo crecidos, aunque sí pueden servir para alguna emergencia o para cargar bultos (que deben ir bien sujetos con los cinturones de seguridad).
Opel mostró casi todos los rasgos y características del Tigra en el prototipo Coupé Roadster allá por el año 2002. Hoy en día, este coche se fabrica en Francia, precisamente en el lugar donde también se fabrica el Peugeot 206 CC.
El precio de su versión básica, denominada Enjoy, con un motor de gasolina de 90 CV es 17.450 €. El más caro se llama Sport Premium (el de esta prueba). Su motor es de gasolina 1.8 y lleva 125 CV. Su precio empieza a crecer a partir de los 20.300 €.
