Aunque el pilar maestro de la estrategia eléctrica de Opel sea el nuevo Corsa-e, lo cierto es que el Grandland X Hybrid4 que ya ha pasado por nuestras manos se torna como el perfecto escudero. El objetivo no es otro que ofrecer a sus clientes una versión electrificada en cada uno de sus modelos de aquí a 2024.
Sin variaciones notables en lo que a diseño se refiere, el todocamino de 4,47 metros de largo solo se distingue del resto de hermanos de combustión por los logos identificativos, la toma de corriente situada en el paso de rueda trasero izquierdo y la posibilidad de tintar el capó en un llamativo color negro.
Algo similar ocurre en el habitáculo, donde más allá del comando que permite acceder a los menús específicos de la pantalla central de ocho pulgadas o al cuadro de instrumentos con diales exclusivos, todos enfocados a informar sobre el sistema híbrido enchufable, nada cambia… Bueno sí, si hablamos de espacio para el maletero, este pierde cerca de 125 litros por culpa de las batería.
El más potente
Porque el Grandland X Hybrid4 que hemos conducido tiene ese alma eléctrica que tanto intenta explotar Opel y que viene determinada por el montaje de la comentada batería de 13,2 kWh y los dos motores eléctricos, el delantero con 110 CV y el trasero con 113 CV. Este último es además el responsable de dotarle de tracción total (el único de la gama que lo ofrece) aunque Opel también ha previsto una versión más ‘racional’ que lo suprime y deja su nivel de potencia en 225 CV.
De ahí lo de ‘racional’, pues el Hybrid4 que hemos conducido se convierte no solo en el Grandland X más potente sino también en el Opel más poderoso de cuantos hay actualmente a la venta gracias a los 300 CV que entrega el sistema híbrido conjuntamente. Decir también que el bloque de combustión que emplea es el conocido 1.6 Turbo que, en este caso, exprime su potencial hasta los 200 CV.
Todo se gestiona de manera brillante mediante la caja de cambios automática EAT8 de ocho relaciones, con la que el Grandland X Hybrid4 pulveriza cualquier registro de sus hermanos. La muestra, un 0 a 100 km/h de 6,1 segundos y una punta de 235 km/h de los cuales, hasta 140 km/h puedes llegar a alcanzar en modo cero emisiones.
Lo probamos
Durante la toma de contacto realizada principalmente por autovía, comprobamos que hay que ser muy meticuloso para lograr el registro eléctrico homologado de 59 km, sobre todo por el escenario comentado. En el momento en el que entre en juego la variable del contexto urbano, será incluso hasta sencillo superarlo..., no sin prestar atención a nuestra conducción claro.
Para ello, aunque el Grandland X Hybrid propone cuatro modos de conducción: Electric, Hybrid, Sport y 4WD, si queremos optimizar al máximo el rendimiento de todo el entramado, lo más aconsejable será dejar fijo el segundo de ellos. El resto los podremos activar en momentos puntuales: Electric cuando queramos movernos por la ciudad sin contaminar (para lo cual el Grandland X Hybrid4 monta un testigo luminoso en el retrovisor interior que se vuelve azul cuando circulamos en dicho modo); Sport cuando necesitemos sacar el máximo jugo al coche o pasar una divertida jornada de curvas; y 4WD cuando la adherencia de la carretera es baja y necesitamos siempre la asistencia del motor eléctrico trasero. A ellos se suma el denominado eSave al que accederemos mediante la pantalla central. Con él podremos guardar bien 10 km de recorrido eléctrico, 20 km o la totalidad de la misma para usarla posteriormente.
En general, la conducción del Opel Grandland X Hybrid 4 es bastante fluida. Resulta sencillo hacerse con él y destaca su fuerte empuje cuando hacemos uso de todos los motores pues no hay que olvidar que contamos con 300 CV bajo nuestro pie derecho. Un dato que llama más la atención cuando vemos que en nuestro ordenador de abordo no hemos superado los 5 l/100 km de gasto y la batería se ha agotado prácticamente al llegar a los 100 kilómetros de recorrido.
Como siempre, los datos son variables en función del uso que le hagamos y a falta de que pase de manera más exhaustiva por nuestras manos hay que reseñar que a poco que seamos gentiles con el acelerador podremos acabar la jornada de trabajo (casa-trabajo-casa) sin haber gastado una gota de combustible. Ahora bien, cuando la batería se agota (nunca lo hace y siempre se guarda un extra de energía para asistir a los motores si así lo necesitamos) y es el 1.6 Turbo el que toma las riendas, los 375 kilos de más que pesa frente a un 1.6 Turbo de 180 CV EAT8 se dejan notar registrando valores superiores a los 6,5 l/100 km. Ni que decir tiene que ir con la batería agotada y activar el modo eSave incrementará el gasto hasta más allá de las dos cifras, siendo además necesarios varios kilómetros para recuperar la opción escogida.
Tiempos de carga
Decimos esto porque cuando se nos agotó, probamos a ver cómo funcionaba y más allá de ver cómo el ordenador de a bordo registraba un valor superior a los 10 l/100 km de gasto, la autonomía eléctrica solo subió 2 kilómetros en los más de 10 recorridos. Para acelerar el proceso, podemos seleccionar el modo B de la caja de cambios que aumenta la intensidad de la frenada. Sin llegar a ser tan potente como otros sistemas de regeneración, sí podemos llegar a acostumbrarnos y usarlo como un pedal único rebajando el desgaste de algunos componentes.
Ahora bien, si queremos recuperar toda la energía de la batería en el menor tiempo posible, lo más sensato será conectarlo a un enchufe. Aquí, el Grandland X Hybrid4 admite cargas hasta de 6,4 kW pudiendo recargar los 13,2 kWh de batería en una hora y 50 minutos. Si lo conectamos a una toma doméstica de tipo Greenup con 3,7 kW el tiempo ya aumenta hasta las cuatro horas mientras que en un enchufe doméstico de 1,8 kW será necesario esperar 7 horas y 10 minutos.
Ya a la venta
Opel ha querido que los clientes del Grandland X Hybrid4 tengan de una el mayor equipamiento disponible y por ello le asocian al nivel más alto de la gama: Ultimate dotado, entre otros de pantalla central de 8 pulgadas con navegador, Apple CarPlay, servicios conectados y navegador; asientos delanteros AGR tapizados en símil cuero y calefactables; volante calefactable; climatizador bizona; carrocería bicolor con el techo en negro, asistente de colisión frontal con frenada de emergencia; alerta por cambio involuntario de carril; alerta por fatiga del conductor, llantas de 19 pulgadas…
Como opciones destacadas están la pintura metalizada (750 €), el cargador inalámbrico para móviles (150 €), el control de velocidad de crucero adaptativo (800 €), el capó en negro (600 €), el sistema de sonido Denom (880 €) o la rueda de repuesto de 18” (120 €). A ello hay que sumar las diferentes opciones de cargadores y cables que propone Opel para los diferentes tipos de enchufe que nos podremos encontrar. El más completo contempla aquel que puede conectarse en tomas desde 1,8 hasta 11 kW (la carga máxima que admite son 6,6 kW) cuyo precio es de 1.800 €.
Si bien los Grandland X Hybrid de 225 CV sí podrán escoger además el acabado Selective que rebaja ligeramente los precios de partida del vehículo que detallamos a continuación y en los que hemos incluido ya el descuento comercial impuesto por Opel, de 6.600 € en el caso de los Hybrid y 7.850 € para el Hybrid4. En ellos no están incluidos los 2.600 € del nuevo Plan MOVES 2020 aprobado por el Gobierno:
- Opel Grandland X Hybrid Selective: 36.925 €
- Opel Grandland X Hybrid Ultimate: 40.455 €
- Opel Grandland X Hybrid4 Ultimate: 45.575 €
