En 1862 Adam Opel, fundador de una de las marcas mas antiguas y emblemáticas del mundo de la automoción, comenzó su andadura en una fábrica de máquinas de coser y posteriormente de bicicletas. Pero no fue hasta su muerte a finales del siglo XIX, cuando sus hijos se hicieron cargo de la empresa para darle una vuelta de tuerca y comenzar con la producción de automóviles. Por tanto, podría decirse que Opel Automobile GMBH empezó su vida comercial hace prácticamente 120 años, en junio de 1899.
Ligada históricamente a General Motors y actualmente integrada en el Grupo PSA, Opel busca seguir creciendo y afrontar la nueva década con una gama de modelos cada vez más amplia y sostenible. Pero toca centrarse en los protagonistas de esta celebración que introducíamos antes. La marca alemana nos deleitó con cinco modelos clásicos para poder disfrutar de ellos durante una vuelta en el Jarama.
Opel Rennwagen 1903
Aunque parezca mentira, este era un coche de carreras de primeros de siglo XX. Nos tuvimos que conformar con subirnos de copilotos pero fue una experiencia única la de poder estar rodando en circuito con este traqueteo propio de un coche de 116 años. Por detallarle algo más, destacamos su motor de 2 cilindros, caja de tres velocidades y 70 km/h de velocidad máxima. Unos datos que nos esbozan una sonrisa pero que nos hacen valorar el mérito que tenía, por entonces, conseguir meter un coche de esas características en un circuito.
Opel Ascona 400
Con este coche si que estamos hablando de palabras mayores. El Ascona B se lanzó al mercado a mediados de la década de los 70 y para finales de esos años, la firma del rayo lanzó la versión 400 como homologación especial para el Grupo 4 de rallyes. Solo pudimos probar dos modelos de los disponibles y este fue sin duda el más divertido. Quizás sea porque ese nombre ya transmite buenas vibraciones o porque realmente las sensaciones al volante han sido espectaculares. Pese a que la vuelta fue de boxes a boxes sin hacerla completa, la dinámica del Ascona 400 es sensacional. Esta unidad probada y sobre todo disfrutada, cuenta con un motor de 4 cilindros, 2,4 litros de cubicaje y 144 CV con una punta superior a 200 km/h a la cual ni nos acercamos.
Opel Rekord C
Sobre este solo podemos dar datos ya que nos quedamos con las ganas de probarlo. Es uno de los más emblemáticos de la historia de Opel. Apodado “Viuda Negra”, no podía ser menos. El atronador sonido de su escape ya nos ponía los pelos de punta desde que llegamos al circuito y cuando lo veíamos rodar por las curvas del Jarama, todas las sensaciones se multiplicaban. Un mítico entre los míticos que, tras unas vueltas de varios periodistas, sufrió un percance en el motor que le tuvo unas horas en reparación. Por suerte los mecánicos alemanes lo arreglaron y el coche siguió rodando como si nada hubiera ocurrido.
Opel Kadett B y C GT/E
El Kadett B corresponde a la segunda generación del modelo que se fabricó de 1965 a 1973. Uno de los modelos con más éxitos en ventas de las producciones en serie y uno de los más míticos en su versión para competición. Pudimos disfrutar durante una vuelta de este Kadett B Rallye 1900 Sprint. Un poco escaso y perezoso comparado con el Ascona 400, cosa lógica. Aunque el Kadett C GT/E, correspondiente a la posterior generación, nos impresionó más y sus 160 CV empujan con solvencia y se estiran hasta altas vueltas. 4 cilindros, 2.0 de cubicaje… Poca broma.
En definitiva, una jornada larga y cansada en cuanto a horas se refiere pero más que satisfactoria. Una experiencia de la que pocos pueden presumir. No todos los días se conducen coches clásicos de rally y de museo y pocas veces se copilotan modelos de 1903. Felices 120 Opel.