La última prueba de ello está en el Corsa más sobrado de todos los tiempos: es extremadamente divertido, fiable y, a pesar de tanto carácter, es capaz de controlarse a la perfección. Fue probado y desarrollado en las curvas de Nürburgring y está disponible por 23.400 euros...
Este es el primer Corsa Opc y su salida al mercado tuvo lugar el pasado mes de Abril. Aparte del motor, lo que hace diferente a un OPC del resto de la gama Corsa son los reglajes de la suspensión, la singularidad del acabado interior y un kit deportivo que adorna la práctica totalidad de la carrocería. Opel ha invertido mucho tiempo y dinero en poner a punto este coche y se nota, porque no hay olvidos de ningún tipo ni detalles mal cuidados. Tan solo se podría criticar su estética (para algunos excesiva) porque hasta su precio nos parece acertado. Por 23.400 euros (impuesto de matriculación incluido) puedes tener casi 200 cv y un coche equipado al completo y muy próximo al nivel de competición.
Desde fuera puede parecer un coche difícil de conducir pero no lo es. A nivel de mecánica, la diferenciación del OPC está en la altura del chasis (rebajado 15 mm con respecto al resto de la gama), un eje trasero con un perfil más resistente (Opel asegura que hasta un 25%) y una dirección con desmultiplicación variable reajustada para compensar el aumento de potencia.
En lo demás es igual de sencillo que otro Corsa: una caja de cambios dura pero sin fallos de guiado, una aceleración muy progresiva e inmediata, una frenada eficaz y nada brusca y una dirección suave y precisa al máximo. El OPC puede alcanzar la rigidez y el tacto “kart” que tiene un Mini pero mejoraría y se haría casi perfecto con menos altura, algo menos de peso y mejores regulaciones del puesto de conducción.
El motor de este coche no es mucho más pesado que en el resto de los Corsa a pesar del turbo. Pesa 131 kg (es decir, apenas 15 kg más) porque ahora tiene mucha más presencia de aluminio entre los materiales de construcción. El hecho de que no sea tan pesado, además de mejorar las prestaciones, provoca una notable reducción de ruido bajo el capó. Esa es precisamente una de las mayores y mejores sorpresas que nos hemos llevado: la sonoridad. Es difícil que un coche con el motor tan cerca del habitáculo, con el corte de inyección en las 6.500 vueltas y con un sistema overboost consiga atenuar tan bien el ruido en el interior.
El turbo ha sido desarrollado de forma conjunta por Opel y BorgWarner Turbo Systems. Ambos fabricantes aseguran que la calidad de sus conductos y materiales permiten periodos de mantenimiento alargados. Su carcasa ha sido integrada en el colector de escape para mejorar la respuesta y evitar un excesivo aumento de peso.
Además del turbo, el OPC cuenta con sistema overboost para incrementar el par motor (no la potencia) y mejorar las recuperaciones. Los recorridos de los gases de escape y el colector de admisión no son los mismos que el de otros OPC como el Astra porque se han diseñado de forma exclusiva para el Corsa. Esto hace que hasta la sexta marcha responda de inmediato y con fuerza a muy bajas revoluciones.
¿Y cuanto consume esto? Pues aunque Opel lo ha cifrado en un mixto de 7,9 litros, a nosotros nos han salido casi 10,5. Es una cifra bastante buena teniendo en cuenta la potencia y prestaciones del coche, y demuestra como con una cilindrada pequeña y un buen turbo se puede conseguir maravillas.
Interior: sujeción máxima, por Recaro
La estabilidad de este coche saldría bien parada aunque no equipara los asientos deportivos Recaro. Es difícil sacar provecho de todas las ventajas que dan estos asientos si no se conduce a un nivel próximo a la competición, pero siempre es un gusto subirse a ellos. Lo más característico de estos asientos es la sujeción lateral y el material altamente resistente del que están compuestos (su base son armazones de plástico rígido). Además, no hay muchos asientos que incorporen a la vez reposacabezas y airbags laterales.
Es importante tener en cuenta que la constitución del piloto determinará si los asientos son o no lo suficientemente cómodos (hay opiniones radicalmente opuestas) porque los brazos laterales del respaldo son muy rígidos. Además, aunque se puede ajustar la altura, seguro que a más de uno le gustaría bajar algunos centímetros más de lo que permiten. Lo demás es de sobra conocido en Recaro: calidad del asiento, firmeza, sujeción, durabilidad...
El volante del OPC es diferente que en el resto de la gama. Tiene tres radios también y los controles multimedia siguen a los lados, pero su base es achatada y se ha acabado en aluminio con la inscripción OPC en color azul. Es muy sencillo de maniobrar, la piel es agradable al tacto y su material evita el sudor de las manos. El habitáculo también tiene otros elementos personalizados como en las salidas de aire (recubiertas de aros del mismo color de la carrocería) y el pedalier en aluminio.
El maletero no es algo de lo que pueda presumir el OPC (ni siquiera lo compensa el hecho de que no lleve rueda de repuesto). Tampoco la capacidad del depósito es la que deseáramos (sólo tiene 45 litros) aunque suponemos que es un precio que tiene que pagar por llevar la carrocería de un coche pensado precisamente para evitar altos consumos.
Una inmejorable puesta a punto
El desarrollo del Corsa OPC se realizó en el circuito de Nürburgring partiendo de la base del Corsa Sport. Aquí participaron ingenieros de Opel en colaboración con expertos del equipo Lotus Engineering, y probaron cinco configuraciones diferentes para un mismo chasis. Después de más de 10.000 kilómetros y de escuchar la opinión de numerosos pilotos, Opel encontró el “ajuste perfecto” que hoy se vende en los concesionarios.
Manuel Reuter consiguió con este coche una vuelta rápida de 8 minutos y 47 segundos para recorrer los 20.8 km del Nordschleife. Este piloto ya había registrado otros récords diferentes en este circuito con los modelos Astra y Zafira OPC.
El Corsa OPC puede alcanzar los 225 km/h, acelerar hasta los 100 km/h en 7,2 segundos y recuperar de 80 a 120 en quinta velocidad en 6,7 segundos.
Aquí puedes leer una breve entrevista con Michael F Meyer, el director de vehículos OPC de Opel.
Opel creó en 1997 el Opel Performance Center donde han nacido todos los modelos deportivos de la marca. El primero en salir de sus instalaciones fue el Astra OPC, un modelo sin turbo que entregaba 160 cv y que se agotó en menos de cuatro meses. A finales de 2006, Opel había vendido ya más de 30.000 vehículos OPC por toda Europa.
