Dada su inevitabilidad, todos buscamos tener la despedida soñada cuando nuestro cronómetro está a punto de ponerse a cero. Un comienzo tétrico, somos conscientes, pero que viene ‘al pelo’ con el modelo, o mejor dicho, con la versión que protagoniza esta prueba: el Corsa GSi.
Con la sexta generación esperando ansiosa su llegada (ofreciendo además una inédita variante 100% eléctrica), la quinta entrega que actualmente se vende ha puesto el broche final con la implantación de estas tres siglas. Iniciales que son sinónimo de deportividad tal y como la firma del rayo lleva demostrando desde finales de los 70, cuando puso en liza el primer Kadett GSi. Una saga que parece haber regresado para quedarse, como demuestran no solo este Corsa GSi o el Insignia GSi que le precedió, sino también la futura entrega del utilitario, que siguiendo la tendencia del mercado, ofrecerá un acabado GSi Line para las motorizaciones más básicas.
Diseño magnético
Pese a que no es lo más importante de este vehículo, la estética juega un papel importante en este Corsa GSi. Sin llegar a ser de las más agraciadas, no hay duda de que el diseño al estilo OPC le sienta como un guante a esta quinta entrega. A la venta únicamente con carrocería de tres puertas, los diseñadores germanos han sabido coger lo mejor del ‘pata negra’ y enfundárselo a este GSi.
Paragolpes más angulosos con tomas de aire más grandes, taloneras laterales más marcados, un capó voluminoso bien esculpido con una tira de goma que emula una entrada de aire, parrilla delantera en negro con forma de nido de abeja, carcasas de los retrovisores en imitación carbono, toma de escape ovalada situada en el lado izquierdo o un alerón trasero sobredimensionado (cuya función comentaremos más adelante) entran por nuestros ojos con una fuerza desmedida.
Todo sin obviar el llamativísimo color Mandarina Yellow o las llantas de 18 pulgadas (de serie viene con 17”) montadas sobre neumáticos Michelin Pilot Sport en medida 215/40 R18 y que dejan entrever unas pinzas de freno ‘coloreadas’ en rojo. En resumen, una silueta escultural.
Aire deportivo
Pero si el exterior embelesa, el habitáculo consigue desencajarnos por completo la mandíbula. Bueno, siendo justos, los que consiguen generar tal gesto no son otros que los asientos. Firmados por Recaro lucen un aspecto al más puro estilo del mundo de la competición pero con tintes refinados gracias a la combinación de fibra de carbono y cuero. Cómodos, firmes y con una sujeción indescriptible hasta que uno se sienta en ellos, la única pena es que sean opcionales aunque dado lo asequible de su tarifa (si quieres saber el precio espera hasta el final de la prueba), hace que sean muy jugosos de añadir en el configurador.
De manera secundaria quedan ya elementos como el volante deportivo con un tacto muy mullido, una palanca de cambios forrada en cuero o unos pedales en aluminio. Vamos, nada que no conozcamos ya pero que sin ello este Corsa GSi no sería lo mismo.
Corazón turbo
Pero nada de lo anterior cobraría sentido si lo que es esconde bajo su capó no fuera digno de estas siglas. Por suerte, cuando Opel se pone a trabajar el resultado es el que tenemos entre manos. El corazón de este Corsa GSi es el 1.4 Turbo que la marca emplea en otros modelos y que ha sido pertinentemente revisado para rendir de manera más deportiva.
Dicho y hecho. Con una potencia de 150 CV el conjunto se mueve con una soltura propia, de nuevo, de los vehículos de competición (declara 1.214 kilos). Quizá echamos en falta algo más de punch en el rango bajo de revoluciones, pues los 220 Nm de par máximo que declara no aparecen hasta las 3.000 vueltas. Eso sí, a partir de ahí resultan infatigables hasta las 4.500 vueltas, alcanzando una punta de 207 km/h y cubriendo los primeros 100 en unos notables 8,9 segundos. Un rendimiento más propio de un bloque aspirado que, por contra, logra un registro de consumo más contenido, de 7 l/100 km exactos durante nuestra semana de prueba.
Diversión diaria
Siete días en los que hemos aun no queriendo, no hemos podido evitar circular como si estuviéramos en cualquier tramo de rally (siempre con la máxima seguridad). Y es que no sabemos todavía qué tiene este Corsa GSi que te invita a ir siempre con el cuchillo entre los dientes. Bueno… sí lo sabemos.
Además de un motor que resulta una delicia de conducir (sería exquisito si el sonido le acompañase), se rodea no solo de una caja de cambios precisa y bien escalonada, sino de un chasis que permite redondear cada curva sin apenas dificultad. La dirección, directa y ágil (algo atípico en muchos Opel) también asisten a completar un conjunto que, probablemente, sea el mejor de su segmento dentro de la categoría de GTI de bolsillo, donde tiene que rivalizar contra modelos como el Suzuki Swift Sport o el SEAT Ibiza 1.5 TSI 150 CV FR.
Una diferencia importante con el Corsa OPC del que deriva en muchos aspectos es que este GSi no resulta ser tan seco. Parte de culpa la tienen los amortiguadores Koni equipados de serie que brindan un compromiso perfecto entre firmeza y confort. El único pero que encontramos, y quizá sea porque venimos de otros mini GTI más potentes (en mi cabeza siempre ronda el Ford Fiesta ST), es la imposibilidad de desconectar total o al menos parcialmente el control de estabilidad con el fin de juguetear un poquito más con los 4,04 metros de carrocería.
La guinda, el precio
Si todo lo anterior no ha conseguido emocionarte, primero, disculpa por no haber conseguido mi principal objetivo. Pero quizá si te digo que este Opel Corsa GSi está aún disponible (es el único de la quinta generación que sigue a la venta) por un precio de derribo ¿a qué ahora has notado un cierto cosquilleo? “De cuánto estará hablando”, quizá te preguntes. Pues de nada menos que 15.034 € gracias, entre otros, a los 5.601 € de descuento que Opel aplica en este modelo, así, porque sí.
Con una tarifa así, ¿a qué ahora ya no te parecen tan caros los 1.309 € de los asientos Recaro. Pues bien, si quieres tener la unidad que ilustra estas líneas has de saber que tienes que sumar los 634 € de la pintura amarilla (la brillante en blanco o rojo cuesta 293 € mientras que la metalizada de doble capa en negro o plata se queda en 498 €), los 888 € de las llantas de 18 pulgadas en diseño OPC bicolor, los 623 € del pack GSi que incluye cámara trasera y faros bi-Xenón o los 176 € del pack visibilidad con sensores de lluvia y luces o retrovisor interior fotosensible.
En total, 2.695 € en extras que, pese a todo, acaban dejando a este Corsa GSi en unos más que jugosos 17.730 €. Una tentación que viene poner el broche de oro a una generación ciertamente exitosa. Mi cabeza sigue pensando a pedir uno. Lo único que me echa para atrás es la espera ante la nueva entrega, porque si la quinta es así, no me quiero imaginar cómo irá la sexta.
Ficha Técnica Opel Corsa GSi 3p
Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turbo
Cilindrada: 1.364 cm3
Potencia: 150 CV a 5.000 rpm
Par: 220 Nm entre 3.000-4.500 rpm
Velocidad Máxima: 207 km/h
0-100 km/h: 8,9 seg.
Consumo (mixto WLTP): 6,5 l/100 km
Emisiones CO2: 139 gr/km
Dimensiones: 4.036 / 1.736 / 1.479 milímetros
Maletero: 280-1.090 litros
Peso: 1.214 kg.
Cambio: Manual de seis velocidades
Depósito: 45 litros
Precio: 15.034 euros con descuento
Precio ud. probada: 17.730 euros