Mucha organización, comodidad y, sobre todo, espacio para toda la familia. No cabe duda de que el éxito cosechado por la carrocería de cinco puertas debía ser complementado con una buena variante familiar. Hemos probado la última generación con el motor más adecuado por naturaleza y el resultado confirma el status que se ha ganado entre sus rivales.
Organización fácil y rápida
El Opel Astra Station Wagon mide más que un Renault Megane Grand Tour y que un Focus Sportbreak. Son 4,51 metros de longitud y 2,7 vueltas de volante que hacen un poco pesadas las maniobras en aparcamientos. Sin embargo, la visibilidad es óptima y tanto la dirección como los pedales son suaves y no oponen apenas resistencia.
Además de contar con 90 litros más de carga que el modelo antecesor, el SW también ofrece otras soluciones para facilitar el día a día y mejorar las condiciones en viajes de largo recorrido. El sistema FlexOrganizer permite crear módulos diferentes de carga en el maletero a través de unos carriles para dividir el espacio. En los laterales del maletero hay redes para espacios pequeños y la fila de asientos traseros es capaz de desplazarse un máximo de 105 mm. Esto es interesante si quien viaja detrás son niños, ya que con la fila trasera en la posición más adelantada, se hace difícil la estancia de un adulto. El paquete completo de esta opción, con la que se ganan unos 35 mm más de longitud de maletero, cuesta unos 200 euros.
Creemos que la opción FlexFix para bicicletas (que montan modelos como el Corsa o el nuevo Antara) debería poder incorporarse en el Station Wagon porque mejoraría radicalmente tanto la capacidad como el aprovechamiento del espacio.
La otra cara de la moneda
Viajar sólo en este coche puede tener un componente de diversión difícil de alcanzar con otros motores. Está la versión 1.9 CDTi de 120 cv que puede ofrecer el mismo confort pero que no enseña esa otra “cara de la moneda” oculta tras el botón del sportswitch en el panel central.
Ya hemos hablado en algunas pruebas del Opel Astra, por ejemplo, del sorprendente tacto que este motor de 150 cv transmite al volante. No es sólo una aceleración inmediata y progresiva, sino también un registro muy amplio de matices que permiten disfrutar cada momento de las marchas. No hay vacíos, ni caídas de par... todo como la seda. Lo único, quizá, es ese molesto rugido diésel en parado que no tienen las variantes de gasolina y que tan difícil es de eliminar.
El control de tracción y de estabilidad (ESP) son de serie en toda la gama.
Equipamiento y precios
Hemos probado la versión 1.9 con mayor potencia y con el acabado más alto. Cuesta 26.660 euros con navegador en color, bluetooth y tapicería en cuero. Además de este acabado (Cosmo) hay otras dos terminaciones inferiores a las que se pueden añadir unos 50 extras opcionales. Lo último que Opel ha incorporado a la oferta es el sistema de iluminación adaptativo y el sistema de monitorización de presión de los neumáticos. Todas las versiones llevan de serie llantas de 16 pulgadas aunque podremos elegir hasta una medida de 18.
Los que quieran una variante deportiva de un coche familiar tienen aquí una de las mejores opciones por espacio, por precio y por caballos.
Entre los coches que rondan los 4,5 metros de largo, éste es de los mejores en espacio de carga (junto con el Megane Tour). No hay ningún otro station wagon que, por este precio, ofrezca 150 caballos de potencia y este nivel de equipamiento.
El Astra Station Wagon tiene dos sedes de fabricación, uno en Bochum (Alemania) y el otro en Amberes (Bélgica).