Ahora este esquema está reservado al Toyota Land Crusier y este Mitsusbishi Montero que, a pesar de las actualizaciones recibidas en estos más de 12 años, sigue conservando la esencia de auténtico TT...y con el glamour que da haber ganado el Dakar. Desde que llegó a los concesionarios en el año 2000 la tercera generación del Mitsusbishi Montero ha conocido varias actualizaciones –en 2003, 2006 y 2010–, la última de ellas, en 2012. En esta se revisó la parrilla delantera y, más levemente, el paragolpes, mientras que en el interior se incluyeron nuevos remates cromados y se cambió la luz de la instrumentación por una de color rojo.
Por lo demás, este sigue siendo el mismo Montero que vino a revolucionar el panorama de los todoterrenos, con su carrocería monocasco, su transmisión Super Select y sus supensiones independientes en las cuatro ruedas, recursos que hoy están extendidos a la mayoría de 4x4 del mercado.
El motor también sigue siendo, básicamente, el mismo bloque de 3,2 litros de inyección directa que estrenó a principios de siglo, aunque con las consiguientes actualizaciones que han ido dictando las normativas anticontaminación y con una cifra de potencia de 200 CV –estrenados con el restyling de 2010–, lejos de los 160 que entregaba la mecánica original.
Transmisión de referencia
Uno de los aspectos mejor valorados del Mitsusbishi Montero ha sido su transmisión. El sistema Super Select 4WD II permite circular en tracción trasera, 4x4 con dierencial central libre, 4x4 con diferencial central bloqueado y 4x4 con reductoras y bloqueo central. Una de las principales novedades que aportaba el Montero en 2000 era una caja de cambios automática de cinco velocidades y con posibilidad de funcionamiento secuencial. Después de 13 años, este cambio sigue vigente y dando un resultado bastante satisfactorio, especialmente a la hora de practicar la conducción off road. A pesar de las suspensiones independientes, el Montero ofrece unas buenas cotas, y todos los recursos necesarios para garantizar el avance. Solo echamos de más las estriberas que montaba nuestra unidad de serie y que perjudican el ángulo ventral cuando afrontamos una zona trialera.
A la hora de rodar, donde más cómodo se encuentra el Montero es sobre las pistas. Sus suspensiones filtran con solvencia las irregularidades de los caminos y podemos elegir el modo de transmisión que más nos interese en cada momento –seguridad, con 4x4, o diversión, con tracción trasera–.
Sobre el asfalto, el Montero ha perdido pujanza respecto a muchos de sus rivales más actuales, como el Land Rover Discovery 4, el Volkswagen Touareg, el mismo Nissan Pathfinder... En marcha, se dejan sentir demasiado tanto el ruido del motor como los aerodinámicos, y en trazados revirados, se echa de menos algo más de aplomo. La dirección, muy desmultiplicada, resulta cómoda para conducir por campo y afrontar obstáculos, pero en carretera no transmite demasiado
Época de rebajas
La gama del Montero actualmente está compuesta por dos acabados y carrocerías de tres y cinco puertas, siempre con la mecánica 3.2 DI-D. Es más reducida que la de otros rivales japoneses como los Toyota Land Cruiser o Nissan Pathfinder. Salvo la versión industrial del Land Cruiser, el Montero es más barato que el Toyota, sin embargo el Pathfinder cuenta con algunos acabados más económicos que el Montero. Pero ahora más que nunca es el mejor momento de hacerse con un Montero, ya que Mitsubsihi ofrece un suculento descuento: se puede adquirir una versión Spirit con carrocería de tres puertas por 36.160 euros, 3.000 menos que su precio de tarifa.
Conclusión
El Montero es un todoterreno veterano pero absolutamente vigente. Si buscas un coche exclusivamente para viajar por asfalto, no elijas este. Si quieres un familiar polivalente, amplio, de siete plazas y con un magnífico comportamiento en campo, la opción del Mitsubishi cobra fuerza.