No hubo nada que hacer hasta que no llegó la sexta generación (hablamos del 96)- y, con ella, sus famosas variantes deportivas, bautizadas como Evo -y cuya versión de carreras permitió al piloto Tomi Makinnen ganar cuatro campeonatos del mundo de rallyes-. De esta forma, la denominación Lancer comenzó a ganar adeptos… aunque casi todo el mundo desconocía que, por debajo de esas versiones extremas, existían otras más económicas e interesantes que, lamentablemente, Mitsubishi nunca trajo al Viejo Continente -salvo casos muy puntuales-.
Ahora, con la llegada de la octava generación, Mitsubishi no sólo ofrece un Lancer con motor diesel que pretende competir con las berlinas medias… sino que también dispone de una nueva variante de cinco puertas, llamada Sportback, y que quiere ser una alternativa a los compactos. Esta última tiene un precio algo elevado… pero a cambio te llevas un coche distinto -por diseño- y con un completo equipamiento. Eso sí, Mitsubishi ya tiene planeado cambiar su actual motor 2.0 diesel de origen Volkswagen -muy válido por rendimiento- por un 1.8 más moderno y ecológico de aquí al año 2010.
Sigue leyendo en Autofácil