En agosto del pasado año os trajimos la prueba a fondo del Eclipse Cross 150T Motion 2WD. Un coche completamente nuevo respecto al “Eclipse” que conocimos hace años y que ha traído infinitos cambios. Ahora toca probar la versión diésel que os prometimos que llegaría en 2019 y analizamos sus ventajas y desventajas respecto a su hermano de gama y sus rivales de sector.
Qué tenemos aquí
Antes de narrar la experiencia al volante del Eclipse Cross diésel, tenemos que desgranar sus características sobre el papel. Si bien el pasado año probamos el motor 1.5 gasolina de 163 CV, ahora le toca el turno al 2.2 litros de 148 CV. Pese a entregar menos potencia, su mayor cubicaje y sus 388 Nm de par desde 2.000 rpm son más que suficientes para mover con solvencia los 1.750 kilos del japonés.
En cuanto a la transmisión, el protagonista de estas líneas utiliza una caja de 8 velocidades y convertidor de par que, como en brece adelantaremos, está a años luz de la de tipo CVT que combina el 150T.
¿Cómo va?
Una primera ventaja, habitual en un diésel, es la fuerza desde abajo. Si bien es cierto que hemos notado a la caja un tanto remolona desde el inicio, la suavidad con la que posteriormente engrana las marchas es notable. El motor es algo ruidoso tanto en parado como al estirar la aguja, pero en marcha se le nota contundente, mucho más que el gasolina.
Conducción por cierto que nos ha resultado excesivamente sencilla por culpa (o gracias) a la dirección blanda y demasiado asistida. En cualquier caso, el rodar por carretera es cómodo mientras que en zonas reviradas se desenvuelve con menor soltura, hecho que ha evitado que pudiéramos llevarle al límite.
Ficha Técnica Mitsubishi Eclipse Cross 220 DI-D 8AT Kaiteki 4WD
- Motor: Diésel, cuatro cilindros en línea, turbo
- Cilindrada: 2.268 cm3
- Potencia: 148 CV a 3.500 rpm
- Par: 388 Nm a 2.000 rpm
- Velocidad Máxima: 193 km/h
- 0-100 km/h: 11,7seg.
- Consumo combinado (WLTP): 7,4 l/100 km
- Consumo mixto (prueba): 8,2 l/100 km
- Emisiones CO2 (WLTP): 194 gr/km
- Dimensiones: 4.405 / 1.805/ 1.685 milímetros
- Maletero: 466-1.103 litros
- Peso: 1.750 kg.
- Cambio: Automática, con convertidor de par, de 8 velocidades
- Depósito: 60 litros
- Precio: 33.645 euros
- Precio ud. probada: 33.900 euros
El Mitsubishi Eclipse Cross goza de 183 mm de altura libre al suelo. Una cifra en la media del segmento y que permite, sin excederse, aventurarse en algún tramo off-road con buenos resultados. Cuenta con tres modos de conducción para diferentes estados del terreno y que variarán ligeramente la gestión del par en los ejes: Auto, Snow y Gravel. Su buena separación con el suelo nos ha permitido adentrarlo por algún terreno roto con exitoso y divertido resultado. Tierra, baches, algún charco interesante, algo de barro y pequeñas pendientes han sido las varas de medir la 4WD del Eclipse Cross.
Y una vez aclarado que el SUV japonés es un coche bueno en carretera, aceptable fuera de ella y regulero por tramos secundarios, nos faltaría abordar su consumo. Mitsubishi homologa 7,4 l/100 km de gasto medio. En nuestro caso, el dato obtenido ha sido de 8 l/100km, lo cual no está nada mal, primero porque se acerca bastante a la oficial y segundo porque no deja de ser un coche con un motor grande y con unos cuantos kilos en la báscula. Una vez más, en la media del segmento.
Equipamiento cerrado y precio rebajado
Mientras que el Eclipse Cross 150T que probamos el pasado año giraba en torno a los 29.000€ al estar asociado al acabado Motion y a la tracción delantera, el protagonista de hoy sube su cuantía hasta los 33.640 €. Esto se debe a que el único acabado disponible es el Kaiteki (el más alto) al que se suma la tracción 4WD.
El equipamiento es cerrado y solo hay que añadirle la pintura metalizada provocando que la tarifa final suba hasta los 33.900€. Eso sí, la firma japonesa ofrece un descuento muy suculento de hasta 7.000€ que supondrían un precio de salida del Eclipse Cross superior a los 40.000€.
Más llamativo estética que dinámicamente, el Eclipse Cross diésel llegó a comienzos de año para complementar una gama a la que le faltaba algo. No es mejor o peor que el gasolina, sino diferente. La opción gasóleo con tracción total y un buen equipamiento es mejor alternativa que su hermano de gama. Es más caro, eso sí, pero ofrece mejores consumos, un confort similar y una pizca de diversión fuera del asfalto.