La “nueva generación” del Mini Cooper Cabrio se presenta como una profunda actualización del modelo anterior, pues sus cambios no son radicales. Aunque la marca ha modernizado su estética y ha implementado mejoras en términos tecnológicos, su arquitectura sigue siendo prácticamente la misma.
En general, esta evolución se mantiene fiel a la esencia original de este coche, ofreciendo una alternativa muy atractiva y aspiracional en un mercado cada vez más racionalizado. Pequeño, pero con un espacio bien aprovechado, sigue siendo una opción funcional y llamativa, lejos de poder ser etiquetado única y exclusivamente como un capricho caro.
Apariencia y dimensiones: sigue inconfundible
En 2025, este descapotable adopta los cambios de diseño ya vistos en las variantes cerradas de tres y cinco puertas del nuevo Cooper, aunque la zona trasera conserva rasgos de la anterior generación. También mantiene cotas muy contenidas: 3,88 metros de largo, 1,74 de ancho y 1,43 de alto, medidas que refuerzan su concepción ligera y urbana.
De hecho, este sigue siendo un automóvil para cuatro ocupantes, aunque las plazas traseras resultan justas (sólo aptas para niños o adultos de estatura baja), y su maletero ofrece una capacidad de 215 litros cuando la capota se encuentra desplegada, suficiente para acoger el equipaje de una pareja para un fin de semana.
Habitáculo y tecnología: más refinado y digital
La cabina del nuevo Mini Cooper Cabrio ha sido optimizada tanto en términos de calidad como de presentación. Por una parte, la capota de lona, con apertura total en 18 segundos (o parcial sobre las plazas delanteras), proporciona un mejor aislamiento acústico y térmico. Por la otra, los ajustes han mejorado, pero la percepción de calidad se refuerza con revetimientos textiles.
En el apartado tecnológico, incorpora la nueva pantalla central de 24 cm con una interfaz poco intuitiva para los estándares actuales, pero muy buena resolución, bastante resistencia a los reflejos y múltiples opciones de personalización. Eso sí, se fían a ella multitud de funciones, por lo que se ha reducido en número de mandos físicos en el salpicadero.
Motores y etiquetas: tres opciones de gasolina
La gama mecánica del Mini Cooper Cabrio 2025 se compone de un único motor de gasolina de cuatro cilindros y 2,0 litros con turboalimentación, disponible en tres niveles de potencia: 163 CV (Cooper C), 204 CV (Cooper S) y 231 CV (John Cooper Works). Todas las versiones llevan la etiqueta C de la DGT y homologan un consumo medio de entre 6,5 y 6,6 l/100 km según WLTP.
En cualquier caso, la t__ransmisión es automática__ (siete marchas) y la tracción, delantera. Esta combinación resulta gratificante, aunque se echa en falta una caja de cambios manual, aunque sea como opción. La variante de acceso acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, ofreciendo rendimiento suficiente para disfrutar al volante.
Impresión de conducción: ágil, preciso y frugal
Tras una breve prueba con la versión Cooper S, queda claro que el nuevo Cabrio mantiene casi intacto su carácter dinámico. Su dirección es rápida y su suspensión, firme y más orientada a la estabilidad que al confort, lo hace muy entretenido en carreteras reviradas, pese a que la urbe es un terreno preferido.
No obstante, el sistema de frenado demuestra ser algo justo cuando se conduce de una forma exigente. A cambio, es un vehículo frugal con relación a sus prestaciones: en una ruta variada de unos 70 km, el consumo real registrado ha sido de 8 l/100 km, una cifra muy razonable para su nivel de prestaciones (204 CV en este ejemplo).
Precio y rivales: propuesta única en su categoría
El Cooper Cabrio 2025 parte de los 35.750 euros en España, mientras que la versión S asciende a 39.750 euros y el potente JCW alcanza los 48.050 euros. Dependiendo del acabado (hay dos), el precio puede variar junto con la estética y el grado de equipamiento y, pero siempre será una de las pocas opciones prácticas (y relativamente baratas) con techo plegable del mercado.
Su rival más cercano, el Mazda MX-5, ofrece una filosofía o concepto distintos: biplaza, motor atmosférico, propulsión trasera, cambio manual, maletero más pequeño, etc. Esto hace que nuestro Mini siga siendo una elección original, pero viable para el día a día, por no mucho más dinero del que piden los japoneses por el “Miata”.