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Prueba: Mercedes E63 AMG S 4Matic – De 0 a 100 km/h en sólo 3,6 segundos

Hace una década, el coche más rápido del mercado era el Ferrari 575M. Tenía un motor V12 de 515 CV y sus prestaciones, comparadas con las del resto de automóviles de la época, estaban en otra galaxia: aceleraba de 0 a 100 km/h en 4,2 seg. y cubría los 1.000 metros en 21,9 seg.

Hoy, una 'vulgar' berlina como el Mercedes Clase E AMG S 4Matic podría humillar en cualquier semáforo a un 575M... y mantenerle el pulso hasta que, a 250 km/h, hiciera acto de presencia el limitador electrónico de velocidad del Mercedes. Mercedes E63 AMG S 4Matic

Motor: Gasolina: 5.5 turbo V8 –5.461 cc–, 585 CV a 5.500 rpm y 800 Nm de par a 2.000-4.500 rpm.

Transmisión: Automática AMG Speedshift de siete velocidades, tracción total permanente con autoblocante trasero. Prestaciones: 0 a 100 km/h en 3,6 seg.; vel. máx. de 250 km/h. Peso: 1.940 kg.

Precio: 139.000€

Lo mejor y lo peor

  • Prestaciones, sonido, comportamiento

– No es barato, consumo elevado

Tras su restyling, este Clase E ha adoptado un frontal inspirado en el del Clase A, el eje delantero ha ganado 35 mm de anchura de vías y el paragolpes anterior ahora incluye un nuevo elemento inferior llamado A-Wing, que cuenta con tres grandes tomas de aire. En la parte trasera, luce un discreto alerón al borde del maletero y cuatro salidas de escape de diseño específico embutidas en un difusor de carbono. Por último, unas preciosas llantas de 19" rematan el conjunto. Sin embargo, a simple vista, jamás adivinarías lo terriblemente rápido que resulta este coche. Tiene aspecto de ser la berlina musculada de algún mafioso local, y no el de un automóvil capaz de recorrer el Nordschleife en menos de ocho minutos.

Mercedes Intelligent Drive## Una vez más, es el primero

Con la incorporación de la nueva cámara estereoscópica, ahora un Clase E que cuente con control de velocidad adaptativo y visión nocturna dispone, para analizar lo que sucede a su alrededor, de nada menos que un radar de largo alcance, cinco de corto alcance, dos cámaras normales y una cámara infrarroja. Juntos, son capaces de...

  1. Frenada autónoma

El coche realiza una frenada de emergencia autónoma si:

  • Circulando a menos de 50 km/h, un peatón irrumpe en la vía. En este caso, el sistema es capaz de detener el coche y evitar el atropello.

  • Circulando entre 50 y 70 km/h, un peatón irrumpe en la calzada. En este caso, es posible que se produzca un atropello, aunque de consecuencias mucho menos graves.

Además, en los cruces, detecta el tráfico proveniente de los lados y, si hay riesgo de colisión, realiza una frenada de emergencia en cuanto el conductor toca el freno.

Finalmente, la visión nocturna detecta a los peatones y llama su atención mediante ráfagas cuando uno representa un riesgo.

  1. Asistente de carril

Empleando como referencia las líneas que delimitan los carriles y la posición del coche que nos precede, este sistema calcula la ubicación del centro del carril y mantiene el vehículo dentro de él actuando sobre la dirección eléctrica –incluso si las líneas no son visibles, ya que es capaz 'de seguir' al automóvil precedente–. Si el coche comienza a abandonar el carril, advierte al conductor y, si hay riesgo de chocar contra un vehículo que circula por el carril adyacente –ya sea en nuestro sentido o en el opuesto–, corrige la trayectoria mediante el ESP.

  1. Faros adaptativos

La última generación de los faros ILS, que desde la presentación del CLS emplea diodos luminosos para todas las funciones, ahora es capaz de circular permanentemente en luces largas, 'sombreando' al tráfico que circula en sentido opuesto para no deslumbrar –antes, reducía el alcance de las luces–.

El comienzo de la prueba sirve para comprobar que, cuando 30 periodistas arrancan al unísono un Clase E AMG en el párking del hotel Mandarín de Barcelona, sus paredes retumban como el estómago de aquel can Cerbero, de tres cabezas, que guardaba la puerta del infierno de Dante Alighieri.

La novedad estrella de la gama es la incorporación del sistema de tracción total 4Matic, y la máxima expresión de esta berlina es el E63 AMG S 4Matic de 585 CV –desde 139.000€–. El apellido 4Matic hace referencia al sistema de tracción total permanente mediante diferencial central –abierto, no autoblocante–, que ahora reparte el par enviando un 66% al eje trasero.

Te aseguro que esto corre de verdad

El antiguo Clase E63 AMG Performance Package rendía 557 CV. Y el nuevo S 4Matic es una evolución a la que se ha incrementado la presión de soplado del turbo de 0,9 a 1,0 bares para alcanzar los 585 CV.

De entrada, con la suspensión adaptativa en la posición más blanda y el cambio en el modo C –el único en el que funciona el Stop/Start– pensado para ahorrar combustible, el E63 S 4Matic se muestra tan cómodo y 'dócil' como cualquier Clase E... con la única diferencia de que, al acelerar, un sonido bronco inunda el habitáculo.

Las carreteras de montaña que rodean el Parque Natural de Monserrat son estrechas y la visibilidad, con las laderas repletas de árboles, es mala. En este entorno, y a pesar de sus 1.940 kilos, el propulsor 5.5 V8 turbo de inyección directa de gasolina impulsa al E63 AMG 4Matic con tal inmediatez que pensarás que existe una relación directa entre la posición del acelerador y la presión que ejercen contra tu cuerpo los pétalos del asiento multicontorno –1.990€–. Sales de una curva en segunda, aceleras a fondo y el E63 AMG consume la tercera marcha en un suspiro.

Qué bueno es y qué feo parece...

El restyling no ha supuesto cambios de importancia en el interior. Su calidad es impecable; la postura de conducción, cómoda; y el diseño... anodino. Que se trate de la versión AMG significa que existe una instrumentación específica y una decoración en color negro salpicada con detalles metalizados. Lo mejor de todo son los asientos de contorno variable –1.990€–, capaces de compensar las aceleraciones laterales que puede proporcionar este vehículo... sin necesidad de que tengas que agotar tu musculatura.

La contundencia del motor es asombrosa, debido a que apenas existe retraso en la respuesta del turbo y a que entrega la potencia de forma lineal desde 3.000 rpm hasta que la caja de cambio automática Speedshift MCT introduce la cuarta marcha a casi 170 km/h. No ha habido modificaciones en esta caja, evolución de la 7 G-Tronic y en la que un embrague multidisco ocupa el lugar antes reservado a un convertidor de par. Sigue siendo algo lenta al reducir –incluso en su modo deportivo 'Sport+'– y es habitual verte en medio de una curva y circulando una marcha por encima de lo ideal. A pesar de eso, hay pocos coches capaces de seguir el ritmo de este E63 en carretera.

Por otro lado, el bramido de su mecánica es tremendamente poderoso... y no necesita los altavoces de la radio –como el BMW M5– para hacerse oír. Lo peor es el consumo: jamás bajará de 15 l/100 km; pese a que en Mercedes declaran que sólo gasta 10,3 litros.

Los frenos delanteros son otro de sus puntos fuertes. Con discos de 360 mm ranurados y perforados y pinzas fijas de seis pistones, consiguen que el pedal ofrezca un tacto firme en todo momento, y la marca alude a esta mejora como una de las claves que han permitido al coche rebajar en un segundo el tiempo en dar una vuelta al circuito alemán de Hockenheim respecto a su equivalente con tracción trasera.

Pero en el mundo real, las diferencias no se miden en segundos. De hecho, si seleccionas la posición más firme de la amortiguación adaptativa –con muelles clásicos en el eje delantero y neumática en la parte trasera– y el modo de conducción Sport+ –en el que las ayudas electrónicas no son demasiado restrictivas–, los 70 kilos de sobrepeso respecto al E63 'normal' pasan desapercibidos. Es más, gracias a que su tren delantero parece aún más 'clavado' al asfalto, el E63 S 4Matic da la sensación de ser mucho más ligero y ágil que la versión de tracción trasera.

Gira la dirección asistida –eléctrica, y con dentado paramétrico, por lo que se vuelve más directa a medida que la giras hacia los lados– y el coche entrará en las curva con tal inmediatez que creerás que estás a bordo de un vehículo 300 kilos más ligero. Y, una vez que hayas alcanzado el vértice del giro, acelera a fondo con el volante apuntando a la salida. He hecho eso mismo hace unas horas con la versión de tracción trasera y lo que he conseguido ha sido contemplar durante un rato largo la lucecita del ESP parpadeando mientras tanto el motor como los frenos luchaban por hacerse con el control. Sin embargo, con 585 CV bajo el pie derecho y el asfalto húmedo, esta versión 4Matic sale de la curva con la naturalidad de un coche de 300 CV, y la celeridad de uno de 600 CV. Excelente.

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