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Prueba: Mercedes-Benz C Coupé 250 BlueEfficiency – Elegancia y eficiencia

La casa Mercedes cuenta con una larga tradición en el diseño de variantes coupé derivadas de las berlinas clásicas.

Sin embargo, éstas siempre traen consigo un cierto grado de decadencia, puesto que algunas de sus principales virtudes caen víctimas de un diseño elegante y unas líneas bonitas y hacen que estas versiones de lujo de precio elevado registren cifras de consumo exorbitantes. En verano de 2011 Mercedes lanzó al mercado una versión coupé del Clase C que gracias a un propulsor de gasolina de cilindrada reducida, algunas medidas de ahorro de combustible y muchos extras prácticos logró perfilarse como una alternativa a tener en cuenta. No sorprende que la variante de dos puertas del Clase C cuente con la carrocería más bonita de la serie de clase media, unas líneas que atraen mucho más que el clásico cuatro puertas o el familiar. Toda una belleza que cuenta sin duda alguna con una atractiva dinámica básica pero que, no obstante, a la vista del recorrido arqueado de la línea de techo y de su zaga demasiado maciza, no presenta un aspecto tan atractivo como, por ejemplo, el BMW Serie 3 Coupé.

Además, su zaga más alargada en comparación con su predecesor compacto, el Sportcoupé, le da un aire más conservador, algo que podría llamar la atención de aquellos futuros compradores que desean destacar entre la ya de por sí creciente multitud de propietarios de estas flechas plateadas.

Incluso práctico

Sus 4,60 metros de longitud proporcionan a los ocupantes una amplia oferta de espacio. La parte delantera tiene las proporciones típicas de un Clase C e incluso en la parte de detrás cualquier adulto –siempre y cuando no sea de proporciones enormes– podrá disfrutar de una buena relación espacio/confort en ambas plazas individuales. Su maletero de al menos 450 litros de capacidad se puede ampliar gracias al respaldo del banco trasero plegable (opcional), lo que permite al C Coupé transportar objetos de hasta 1,60 metros de longitud.

Sin embargo, la oferta de espacio no es el verdadero punto fuerte de este Clase C, sino más bien su equipamiento bastante lujoso y orientado en gran medida a hacer que el día a día resulte más cómodo. Ya de serie la línea de equipamiento «Avantgarde» del nuevo Coupéofrece al futuro propietario multitud de opciones brillantes y útiles que, gracias a su inagotable lista de extras, podrán aumentar en número sin ningún problema.

Muchos sistemas de ayuda útiles

Entre las virguerías técnicas más recomendables, pero que por desgracia incrementan en precio del Coupé enormemente, encontramos, por ejemplo, el programador de velocidad con regulación de distancia, el sistema de navegación (3.200 euros), el sistema de acceso y arranque sin llave (más de 1.000 euros), el «Intelligent Light System» (1.500 euros), la climatización de los asientos (casi 1.500 euros) o el paquete dinámico (casi 1.400 euros). Aquellos que aparte de todo esto deseen un ambiente más noble y lujoso no tendrán problemas en convertir el C250 BlueEfficiency –con un precio base de 44.400 euros– en un verdadero automóvil de lujo de más de 50.000 euros. A pesar de un precio tan desorbitado, en tal caso el propietario habría alcanzado un importante nivel de confort y seguridad.

Un cuatro cilindros de cilindrada reducida

El equipamiento de serie del 250 BlueEfficiency incluye, además, un suave cambio automático de siete velocidades, así como un sistema automático de parada y arranque de funcionamiento exquisito. Esta última función tiene como objetivo ayudar al motor de menor de cilindrada a ahorrar algún decilitro que otro más. De una cilindrada de tan solo 1,8 litros, esta mecánica sobrealimentada desarrolla nada más y nada menos que 204 CV, lo que en combinación con el cambio automático proporciona una excelente propulsión. Un tiempo de aceleración de 7,2 segundos y una velocidad máxima de 240 km/h son, sin lugar a dudas, cifras claramente deportivas. Sin embargo, sus imponentes 310 Nm de par motor no alcanzan su máximo rendimiento hasta llegar al rango de las 2.300-4.300 r.p.m., aunque gracias a su fantástica caja automática el conductor percibe este desarrollo algo letárgico de la potencia como un mero efecto turbo algo molesto.

En términos acústicos el motor no demuestra a las claras su naturaleza deportiva. Éste cuatro cilindros de régimen elevado resulta casi imperceptible a bajas revoluciones y rodando de forma sosegada y en situación de demanda forzada de potencia suena más bien como un aspirador de alta tecnología que al alcanzar la zona alta de revoluciones se permite emitir un rugido ahogado.

Pero no teman, el antiguo V6 de 3,5 litros sigue estando disponible para esta versión coupé del Clase C, aunque éste incrementa su precio final en otros 6.000 euros. Con todo, el nuevo cuatro cilindros montado en la variante 250 es capaz de cumplir con creces las expectativas de confort y soberanía de un coupé de Mercedes.

Teoría y práctica

Sin embargo, si tenemos en cuenta sus excelentes propiedades de conducción y su peso total de 1.550 kilogramos, su cifra de consumo de tan solo 6,8 litros de gasolina a los 100 kilómetros resulta mucho más impresionante que su escasa acústica. Por desgracia en la práctica esta cifra resulta prácticamente inalcanzable. Durante nuestra toma de contacto, y manteniendo un estilo de conducción claramente moderado, lo máximo que pudimos arrancar al nuevo Coupé fue una cifra de 8,5 litros, mientras que al pisar a fondo el acelerador el resultado fue un consumo de más de 11 litros. Por lo tanto, la media fueron unos 9,4 litros, lo que constituye un importante –aunque habitual– aumento real en el caso de los propulsores de gasolina de cilindrada reducida sobrealimentados.

No negamos que quizá sea posible conducir de forma más eficiente el nuevo C 250 BlueEfficiency, pero ¿quién querría hacerlo sabiendo que aunque esta motorización esté orientada a la eficiencia sigue manteniendo la tradición de los coupés de la casa bávara? Se trata, por lo tanto, de un vehículo apto para una conducción rápida y relajada y que a máxima velocidad muestra toda su agilidad y poderío de una forma segura y precisa. El escaso ruido exterior –algo que debe en gran medida a su gran carrocería aerodinámica–, su cómodo y estable asentamiento en carretera y la multitud de sistemas de ayuda con los que cuenta –como, por ejemplo, el programador de velocidad con regulación de distancia– hacen que la conducción del nuevo coupé de la Clase C sea un juego de niños. Y su confortable interior permite además disfrutar de forma relajada del placer de rodar a velocidades elevadas.

Apto para trazados virados

Sin embargo, el C 250 entusiasma no solo por su confort ejemplar, si no por su capacidad para dibujar líneas sinuosas de forma elegante y precisa. Su tracción trasera, su dirección neutral y precisa y una carrocería que muestra una escasa inclinación incluso en los recorridos más virados transmiten a los pilotos más ambiciosos un gran nivel de dinamismo. Además, no debemos olvidar que, gracias a los amortiguadores regulables del paquete deportivo, es posible endurecer todavía más la configuración de su suspensión. Sin embargo, a pesar de contar con esta configuración tan divertida, el cambio a un Porsche Boxster nos devolvió a la realidad confirmándonos que debajo de su carrocería coupé no se esconde un deportivo de raza sino simplemente un Clase C de pretensiones más bien cotidianas, algo que dependiendo del punto de vista puede ser sin lugar a dudas una buena opción.

Conclusión

Una carrocería elegante para alojar la imponente tecnología de la Clase C. El Clase C Coupé es la atractiva –aunque algo conservadora– puerta de entrada al  mundo de los coupés de la casa Mercedes. Si bien este acceso no resulta del todo barato –aunque su precio no está del todo mal–, a cambio el futuro propietario recibe un gran automóvil con un excelente nivel de confort.

En el caso del C 250 BlueEfficiency, y pese a la reducción de cilindrada y las medidas de ahorro de combustible, la potencia sigue siendo buena y su cuatro cilindros de sonido algo particular puede considerarse un excelente propulsor. Sin embargo, no debemos esperar ningún milagro en el plano de la eficiencia, ya que en la práctica su conductor ser verá tentado en más de una ocasión a explotar al máximo su enorme potencial, por lo que sus cifras de consumo se situarán casi con total seguridad en el entorno de los dígitos.

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