En una isla de fuego como ésta, es tranquilizador tener un automóvil de cinco metros con tracción permanente a las cuatro ruedas. Y más, si cuenta con chasis de altura regulable, recios neumáticos todoterreno y, bajo el capó, un diesel de 300 CV que, con sus ocho cilindros, le propulse a uno, como si nada, por los jardines de Thor.
Por supuesto, no sólo el entorno natural de la isla ha convencido al equipo Mercedes de presentar en él su nuevo gran vehículo. También los todoterreno típicos de la isla rompen los moldes habituales y hacen que el GL parezca ligero en comparación: ni siquiera el predilecto Ford Excursion de 400 CV es el más grande.
Clase M a lo grande
Con 30 cm más de longitud y 235 kg más de peso que el ML, el GL parece más bien un pequeño autobús o incluso un monovolumen (grande). Eso es precisamente lo que es: un clase M a lo grande. La cabina y el habitáculo coinciden exactamente con los del ML, a partir de la segunda fila de asientos hay más espacio, gracias a una carrocería más larga y mayor distancia entre ejes. Además, sólo el GL cuenta con una tercera fila con dos asientos especiales, abatibles eléctricamente.
Nuestro vehículo de prueba iba equipado con todo tipo de suplementos: asientos de cuero ventilados, sistema de navegación, KEYLESS-GO, climatizador multizona, faros de xenón y más. La única pega es que, en la isla, el navegador no podía ayudarnos, por falta de mapas digitalizados.
Autobus todoterreno
El resto del automóvil también promete, con sus 3 metros de distancia entre ejes, poder recorrer cómodamente cientos de kilómetros por caminos de grava, que requieren una gran concentración a pesar de ir a una velocidad moderada de entre 60 y 80 km/h. Los asientos y el volante del GL pueden ajustarse a la perfección, y gracias a los sensores de aparcamiento, es posible olvidarse de la falta de visibilidad a causa de la gran carrocería.
Los pasajeros de la segunda fila cuentan con espacio más que suficiente para las piernas, el acceso a la tercera fila se realiza abatiendo el asiento correspondiente de la segunda fila. Aunque es cierto que esos asientos son algo reducidos para que viajen adultos, no se llega al extremo de sentirse ridículo en ellos.
Gigante ágil
A pesar de sus dimensiones, el GL es asombrosamente ágil y su radio de giro de seis metros sorprende por lo reducido. El nuevo motor V8 diesel que hemos probado en el 420 CDI es el mediano dentro de la oferta para el GL. El modelo inferior es el 320 CDI de seis cilindros (224cv). En gasolina sólo se ofrecen motores V8 (GL 450 con 340 CV y GL 500 con 388 CV, a partir de 78.000 y 86.000 euros respectivamente). Mercedes nos informa que el V6 de 3,5 litros carece de importancia en esta categoría, tanto en América como en Europa, por lo que no se ofertará para el GL.
Buen comienzo
La tracción permanente a las cuatro ruedas 4-Matic es la ya conocida en el ML, lo mismo que la suspensión neumática, opcional en éste último. Damos fe de que este vehículo de 2,5 toneladas va como la seda por la ruta de los pintorescos hitos islandeses. Sus pasajeros viajan como en las nubes, deslizándose silenciosamente por todo tipo de caminos, como si no llevara neumáticos todoterreno de 275.
El chasis es cuestión de gustos
Uno puede olvidarse tranquilamente del ajuste deportivo de la amortiguación. Incluso el motor produce sólo un discreto susurro. Además, puede empujar salvajemente y lanzar al GL a una velocidad de 100 km/h en menos de ocho segundos. Es una posibilidad que únicamente se emplea para maniobras inevitables de adelantamiento. Por otro lado, uno se alegra de contar con el suave cambio automático de 7 marchas.
V8 con garra
El V8 gusta por su empuje discreto y por la ausencia de molestias acústicas. Es una pena que el acelerador no cuente con un punto que permita diferenciar con claridad entre el simple paseo y la aceleración brutal.
Pocos propietarios del GL estarán dispuestos a sacar pleno provecho del chasis y aprovechar sus aptitudes para circular por pistas excepcionales o angostos pasajes rocosos. Por ello, uno puede olvidarse de que el cambio automático de serie no sería la primera elección de un purista para circular por duras pistas agrietadas, sin mencionar la considerable tara del GL.
En resumen
Lo que resulta fascinante de este coche es el momento en que uno atraviesa un arroyo de medio metro de profundidad, supera una pendiente de grava de 40 grados y cualquier terreno difícil que se presente, para luego entrar en la autopista y, tranquilamente, marcharse a casa a 180. Pocos imitadores tendrá el GL en todo ello.
Según Mercedes, el único competidor serio en Europa es el Range Rover (en breve, también con un nuevo diesel V8). Aunque los alemanes también tienen uno a punto: el Audi Q7. Con su atributos equiparados en terrenos de montaña y carretera, el GL se sitúa entre estos dos.
Ninguno de ellos es una ganga, puesto que se sitúan en el estrecho segmento de los todoterreno de lujo. En eso, el GL no supone ninguna excepción. En materia de precio, el cliente de Mercedes y su banco deberán dominar el terreno a partir de unos 64.000 euros por el GL 320 CDI. El precio del GL 420 CDI que hemos probado aparece en la lista por unos 80.000 euros.
Mercedes tendrá una verdadera oportunidad en esta isla para amantes del todoterreno cuando oferte llantas para el GL de al menos 35 pulgadas, en lugar de los neumáticos de 19 pulgadas instalados de serie. No obstante, es dudoso que el islandés de la calle diera en pago su Excursion de 400 CV por un GL totalmente equipado para su isla.