Los tiempos cambian y los coches, también. No solo el coche en sí, que por supuesto, sino los conceptos. Recordáis la película “Airbag”, cuando el personaje “Pazos” interpretado por Manuel Manquiña repetía aquello de: “el concepto es el concepto”. Pues sí, el concepto ha cambiado.
Antes, no hace mucho, podías comprar un SUV o podías comprar un Coupé. Después pudimos comprar “coupés” de 4 puertas; algo que, para empezar, es una contradicción de términos, pero que, de un modo otro, ha ido “calando” y lo hemos entendido como que tiene línea de coupé, por aquello del techo bajo y la luneta caída, aunque tenga cuatro puertas. Que, dicho sea de paso, bendita idea. Y más con el portón del maletero que aporta practicidad a la elegancia y la deportividad. Idea redonda.
Pues bien, con esa “idea redonda” llegamos al coche que nos ocupa que es un “coupé de 4 puertas”, 5 si contamos la del portón, que, encima, añade altura de coche SUV.
Un “cocktail”, que ya lo quisiera Tom Cruise para aquella película de 1988 en la que se enamoraba de Elisabeth Shue a ritmo de cocktelera, traiciones y planes de vida.
Renovación en 2019 del GLC Coupé
Bromas peliculeras aparte, deciros que esta, lanzada en 2019, es la segunda generación del Mercedes GLC y que, dicho sea de paso, es una profunda actualización de la anterior (presentada en 2016), porque no es un coche completamente nuevo ya que mantiene la plataforma.
Se trata, conviene recordar, de un coche de 4,7 metros de largo, 1,6 de alto y 1,9 de ancho por lo que es un coche contundente, pero “compacto”. “Recogido” podríamos decir.__ Dentro, 4 adultos de 1,80-1,85 viajarán sin mayores problemas__ y, tras ellos, un equipaje razonable se ubicará fácilmente en su maletero de 550 litros de capacidad.
Lo peor del maletero no es su profundidad o su espacio declarado, sino su altura. La luneta trasera tan caída, y característica primordial de su diseño, no deja mucha altura libre, por lo que los objetos con aristas o muy sobresalientes, posiblemente, no cabrán. Por ejemplo, llámalo “bici de niños”.
Mercedes ofrece un interior vanguardista
La atmósfera interior es agradable, vanguardista y vistosa. Nos sentimos a gusto y bien posicionados tras el volante a los pocos minutos de subirnos por primera vez y notamos que el coche tiene una elevada calidad de fabricación. Tal vez, podríamos decir, demasiados plásticos brillantes, tal vez muchos reclamos visuales, tal vez un poco de juego con la apariencia... más que contundencia en cuanto a materiales y tacto propios de un coche Mercedes de casi 60.000 €.
Esta nueva generación estrena, eso sí, cuadro de relojes digital de 12,3” y nueva pantalla central, disponible en dos tamaños. De serie es de 7” y en opción se puede pedir de 10,25”. El funcionamiento es excelente, por facilidad, intuición y respuesta ante las diferentes situaciones de conducción. No hay reflejos o brillos que dificulten la visión de los datos que nos proporcionan.
Intuición, mucha intuición en el Coupé GLC
¡Y qué facilidad de manejo!. Al poco de “toquetear” nos hemos hecho con los controles y navegamos por los menús con fluidez.
Cierto es, todo sea dicho, que para profundizar en todas (y enormes) posibilidades del sistema conviene ensayar y probar durante un buen tiempo. Por supuesto, la opción de leer el libro de usuario es siempre recomendable.
GLC Coupé 220d, motor de sobra
En la prueba, hemos optado por la versión 220d, que cuenta con un motor diésel de 4 cilindros y 2 litros de cilindrada, colocado en posición delantera longitudinal. Siempre con una caja de cambios automática de 9 marchas, pasa la potencia a las 4 ruedas. Sí, todos los GLC son tracción a las 4 ruedas en España.
En marcha el motor responde con contundencia. No hemos probado la versión inferior (que es el “mismo motor”, pero con 163 CV) y no queremos equivocarnos, pero todo indica que ya nos ofrecería prestaciones suficientes para la “mayoría de los mortales”. Esta versión con casi 200 CV consigue prestaciones notables, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y una velocidad máxima de casi 220 Km/h.
Los datos son bastante buenos y, sobre todo, no debemos dejar de fijarnos en que el nuevo Mercedes GLC 220d Coupé pesa 1.845 kilos. Sube de vueltas con decisión y entrega un par máximo de 400 Nm entre 1.600 y 2.800 rpm. lo que le hace ganar velocidad con garra porque tiene mucho empuje. Además, entrega la potencia máxima bastante “pronto” a 3.800 rpm, por lo que las 9 marchas de su caja de cambios van sucediéndose rápidamente una tras otra, incluso rodando a baja velocidad.
Mercedes GLC Coupé, capaz entre curvas
El peso y la envergadura no invitan a hacer una conducción especialmente deportiva, pero los ingenieros de Mercedes han hecho un gran desarrollo en el chasis y la dinámica de conducción es excelente, para el coche que es. Es decir: vamos sentados altos y pesa 1,8 toneladas, no podemos pedirle reacciones de GTI, pero se defiende estupendamente.
En la vídeo prueba tenéis estas y muchas otras impresiones de conducción.
