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Prueba: Mercedes-Benz CLA 180 – A la altura

Muchos están entusiasmados con su apariencia extrovertida. Otros, sin embargo, lo ven como un exceso de atrevimiento que resta coherencia a la gama de esta marca de lujo. En resumen, con el CLA llegan los fantasmas a la casa Mercedes-Benz.

Esta versión sedán del Clase A ha llegado para levantar polémica y generar debate. Y eso es bueno para todos. Este "coupé de cuatro puertas" - que en realidad es una contradicción, porque los diccionarios definen el término coupé como "vehículo cerrado de dos puertas" - difiere bastante de la imagen habitual de Mercedes, es decir, la de un coche refinado, muy seguro y poco excéntrico, con grandes superficies planas y sin apenas florituras. El CLA, al igual que su hermano mayor CLS, tiene un diseño "ruidoso" que parece querer gritar: ¡Mira, aquí estoy!.

El frontal agresivo del CLA se ha dibujado con faros muy expresivos y una gran parrilla, así como con un largo capó y dos elegantes nervaduras que recorren la vista lateral. La zaga, por su parte, es bastante corta y tiene una extensión final más elevada para simular (al menos visualmente) el efecto alerón. Al principio, el tamaño del CLA hace que surjan algunas dudas sobre si se puede o no ir de vacaciones con él con cierta comodidad. Y la respuesta es sí, aunque con peros. Con 4,63 metros de largo se ha conseguido la friolera de 470 litros de espacio, una capacidad poco habitual en el segmento en la que se ofrece mucha profundidad pero una boca de carga que puede resultar estrecha en algunas situaciones.

Calidad, como siempre

También difícil, al menos un poco más complicado que en el Clase C, es el acceso al asiento trasero. La apertura de la puerta consigue un ángulo bastante pequeño y los pasajeros más grandes tendrán que retorcerse un poco más para conseguir acceder al interior. Una vez en la parte de atrás uno se sienta allí de forma cómoda, incluso con una altura libre que resulta mucho menos restringida de lo que se puede sospechar desde el exterior. Los ocupantes de la primera fila, conductor y pasajero, tienen suficiente espacio y numerosas opciones de ajuste para encontrar rápidamente la posición correcta en el asiento. El único pero es que los asientos con reposacabezas integrados pueden ser un problema para los conductores o acompañantes  más altos.

En cuanto a la terminación del habitáculo, Mercedes ha conseguido una vez más transmitir sensación de calidad y estéticamente se asemeja a otros muchos modelos de la marca, con una organización lógica de los controles y un manejo bastante intuitivo de toda la consola. Dentro se agradece, sobre todo, el ajuste eléctrico del asiento en la misma puerta y la perfecta ubicación de la rueda de control COMAND. Por otro lado, en medio de un habitáculo casi perfecto hay algo que llama la atención por ser algo anticuado pero bastante práctico, y es que Mercedes sigue sin prescindir de las teclas de marcación directa para números. Así no hay una manera más sencilla de cambiar la estación de radio.

Por último, si usted es de lo que busca huecos y espacios para guardar cosas, probablemente el CLA no sea su coche. Los huecos del reposabrazos central no son muy amplios, los portavasos no sirven para botellas con más anchura que una lata de refresco y ni los dos bolsillos de las puertas ni la guantera resultan ser ejemplos de amplitud.

Motor de acceso

Para realizar nuestra prueba pedimos a la casa el motor de base, es decir, el CLA 180. Esto significa, en primer lugar, que aunque sea la versión de acceso hay que desembolsar al menos 31.500 euros. Por otro lado, tenemos bajo el capó un motor de cuatro cilindros de inyección directa de 1.6 litros de cilindrada dotado de turbocompresor. La denominación interna del motor es M 270,  y es algo así como un talento multiusos de Mercedes, ya que sirve tanto para la instalación transversal (modelos A, B, CLA), así como para modelos donde deba instalarse de forma longitudinal (como el C, E o GLK). También se puede combinar con cambio manual o caja de cambios de doble embrague.

En nuestro modelo de prueba, la potencia es de 122 cv y el par aplicado a las ruedas delanteras es de ​​200 Nm. Ésta es probablemente la diferencia más importante con respecto al clase C, que es de tracción trasera. Los defensores de la tracción trasera no querrán saber nada del CLA, mientras que los "conductores diarios", es decir la mayoría, no percibirán apenas diferencias. La conducción del CLA está marcada por una corta distancia entre ejes, un atípico ajuste de la suspensión más deportiva y la dirección más directa de lo que estamos acostumbrados en Mercedes. En general la conducción es precisa, divertida y con mucha calidad de rodadura, pero si nos calentamos con muchas curvas y lo llevamos a sus límites, el CLA tenderá inevitablemente a un constante subviraje.

Suave pero muy efectivo

Sigamos con el motor. El turbo responde rápidamente y se siente una entrega de potencia extremadamente uniforme. Incluso a 1.250 revoluciones ya está lista toda la fuerza bajo el pedal y es suficiente para acelerar las cerca de 1,4 toneladas del CLA en 9,3 segundos hasta los 100. Allá donde se pueda, este coche podrá alcanzar un límite de velocidad máxima de 210 km/h.

Las recuperaciones tampoco son un problema para el CLA 180, aunque no es aconsejable relajarnos del todo y realizarlos con la sexta velocidad de la transmisión manual. Con la marcha engranada correctamente no hay problema alguno para lograr recuperaciones ágiles y podemos ahorrarnos los más de 2.000 euros que cuesta la transmisión de doble embrague con siete velocidades.

La fuerza de este cuatro cilindros no sólo es extremadamente flexible, sino que además funciona con un bajo nivel de ruido y vibraciones. El ruido aerodinámico es muy bajo gracias a un coeficiente de sólo 0,23, lo que ofrece un confort de alto nivel en viajes largos.

Ahorrador, pero caro

El otro beneficio del CLA está en la gasolinera. Si bien todavía no hemos alcanzado el valor prometido de 5,4 litros reflejado en la ficha técnica, sí que hemos podido movernos en cifras cercanas a los seis litros. Si se va a viajar mayoritariamente en la ciudad, entonces cabe esperar un litro más de consumo sobre esta cifra.

Y bien… todo esto tiene un precio: 31.500 euros. Esto nos lleva a hacernos una pregunta. Después de todo: ¿quién se quedará satisfecho con el motor de base cuando, por 2.000 euros más, tienes un CLA 200 de 156 cv que consume prácticamente lo mismo con muchas más prestaciones?.

Muchos extras disponibles

Pero claro, este dinero puede ser una buena inversión en equipos opcionales debido a  que Mercedes ofrece un amplio programa de extras de seguridad, así como un atractivo techo solar panorámico, inteligentes faros bi-xenón con control de rango dinámico, un amplio sistema multimedia con navegación o el sistema de sonido Harman-Kardon, lo que puede aumentar rápidamente el precio hasta los 40.000 euros. No hay que olvidar tampoco el Active Park Assist porque la visibilidad en la parte trasera es modesta en CLA de hecho.

Conclusión

Sean antiguos clientes o no de Mercedes, los nuevos propietarios del CLA tendrán que confesar irremediablemente que estamos ante un coche elegante, joven y que es realmente una alternativa digna al Clase C. Nos guste o no, el CLA, es puramente una cuestión de gustos, pero el hecho es que es no es inferior al Clase C en casi nada. El nivel de calidad es muy alto y, en términos de dinámica de conducción, la tracción delantera no necesita avergonzarse ante sus hermanos de tracción trasera. En cuanto al motor, la suavidad y el funcionamiento silencioso son capaces de convencer a cualquier incrédulo. Su consumo está bien, a secas. Lo único que sigue pareciendo excesivo es que el precio supere con tanta

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