Ya teníamos ganas de echarle el guante al nuevo Clase C 2021. Desde que Mercedes-Benz nos los presentara hace unos pocos meses, nuestras miras estaban puestas en saber si la que es una de las berlinas medias más reconocidas de la historia había dado tal salto de calidad. Pues bien, aunque sea un error empezar por el final, el resultado es un sí rotundo. Entiendo que no habrás dejado de leer aquí porque eso es algo que ya te intuías y, sobre todo, porque quieres saber en qué ha mejorado.
Pues bien, estoy convencido de que si te ciñes solo al exterior dirás “¿en serio ha cambiado?”. Mercedes-Benz, como es habitual, no ha tirado de extravagancias para perfilar su silueta pero he de deciros que es mucho más llamativa en persona que en las imágenes. Una silueta que hereda los patrones del Clase S así como de otros muchos modelos de la marca y que, por cierto, ofrece unas dimensiones ligeramente más grandes que las del modelo actual.
Hablo de una longitud de 4,75 metros, o lo que es lo mismo, 6,5 cm más, a la que acompaña una anchura de 1,82 metros (+1 cm) y una altura de 1,44 metros (-1 cm). Todo ello envuelto como os digo en una figura sobria pero más elegante y deportiva a la que nos tenía acostumbrados con un frontal que, para mí, es la parte más bella y una zaga un tanto achatada. Estrena juegos de llantas de aleación de 17 a 19 pulgada así como tres tonos más de carrocería.
Digitalizado por completo
En el interior la revolución es infinitamente mayor. Dado que nuestros ojos van directamente a parar a la pantalla central, hablemos de ella. Dispuesta en posición vertical tiene 11,9 pulgadas y no te voy a engañar, necesitarás cierto tiempo para hacerte a ella dado el infinito número de menús que ofrece. Por suerte tiene un manejo rápido e intuitivo así como una resolución excelente. No hay comandos físicos apenas y todo se encomienda a la pantalla o al evolucionado sistema vocal del MBUX que ahora reconoce menús y órdenes con más claridad.
Otro punto que acapara nuestra mirada, el volante. Heredado directamente del Clase S cuenta con un mullido grueso y ergonómico así como con comandos táctiles. Ocurre algo similar a la pantalla central, hace falta cierto periodo de adaptación para saber qué se maneja desde cada botón. Tras él, el cuadro de instrumentos digital de 12,3. La guinda, un Head-up display a todo color y con un sinfín de información o un navegador con realidad aumentada.
Sin dejarnos enredar por la exquisita y elevadísima calidad percibida con la que se sitúa, sin miedo a equivocarnos, por encima de la mayoría de sus rivales, pasamos de los confortables asientos delanteros a unos traseros igual de cómodos pero, sobre todo, más amplios. Más allá del crecimiento de 2,5 cm en su batalla (hasta los 2,86 metros), lo realmente importante es que dichos ocupantes cuentan con 2 cm más para sus piernas y eso se nota nada más sentarnos. También el hecho de que Mercedes-Benz haya cuidado al máximo cada detalle y aunque no llega al nivel de funciones de un Clase S, no se queda atrás en confort ni mucho menos.
Un poco más atrás, el maletero mantiene los 455 litros de capacidad de su predecesor aunque en el caso del Clase C Estate, la versión familiar, gana 30 litros respecto al modelo saliente, alcanzando los 490 litros. Todo ello siempre y cuando no optemos por el híbrido enchufable, en el que la capacidad se reduce hasta los 360 litros en el comentado Estate.
Con mucha chispa
Porque esta es una de las grandes novedades del modelo, no el hecho en sí de tener un phev en la gama sino en los datos que aporta. Y es que además de incorporar un motor de gasolina de 204 CV y otro eléctrico de 129 CV (95 kW) este último puede estar moviendo al Clase C de manera independiente y exclusiva durante, atención, ¡100 kilómetros! Lo consigue gracias a la batería de 25,4 kWh de capacidad que monta y que casi duplica a la de su predecesor. Además, en lo que a tiempo de carga se refiere puede conectarse a tomas rápidas hasta de 55 kW pudiendo llenar el 100% en 30 minutos. Con todo, el rendimiento del C 300 e (así es como se le conoce comercialmente) es de 313 CV y 550 Nm.
Independientemente de este Clase C enchufable, el resto de la gama de combustión tradicional también se electrifica y lo hace gracias a la tecnología EQ Boost de la firma que suma un sistema microhíbrido mediante batería de 48 voltios que le dota de la etiqueta ECO (el C 300 e luce el sello CERO). Un sistema que puede llegar a aportar hasta 20 CV y 200 Nm de par de manera puntual.
En gasolina hay tres opciones: C 180 y C 200 con el 1,5 litros que genera 170 y 204 CV, respectivamente, mientras que el C 300 escala a los 258 CV. En diésel, las tres opciones parten del 2,0 litros para entregar 163 CV (C 200 d), 200 CV (C 220 d) y 265 CV (C 300 d). Todos son bloques de cuatro cilindros y se combinan con la transmisión automática 9G-TRONIC, mientras que la tracción 4MATIC puede asociarse a los C 200 y C 200 d siendo de serie en el C 300.
En lo que a dinámica se refiere destacaríamos dos puntos. El primero, la calidad de rodadura que ofrece pues apenas hemos percibido ni ruido aerodinámico ni mecánico. El segundo,la agilidad. Se ha puesto a punto el chasis de manera más óptima y, sobre todo, introduce un inédito eje trasero direccional. Con él, las ruedas posteriores giran 2,5 grados (el mayor del segmento) en sentido contrario a las delanteras cuando circulamos a menos de 60 km/h, afectando positivamente a la maniobrabilidad, y en el mismo sentido a más de 60 km/h para conseguir un paso por curva más directo.
Existen tres tipos de suspensión, una de tipo Comfort que viene de serie, otra con un tarado más deportivo en el acabado AMG Line y otra adapatativa que se puede equipar previo pago. La Airmatic neumática desaparece porque la firma considera que estas tres configuraciones cubren ya las necesidades de los conductores. Por último, los diferentes programas de circulación (Efficient, Comfort, Sport, Sport+ e Individual) afectal al comportamiento de diferentes elementos en el vehículo como dirección, cambio, motor...
En definitiva
Mercedes-Benz lo ha vuelto a hacer. Ha calcado su estrategia llevada a cabo con el Clase S pero en un formato más compacto. Si el Clase C 2021 se coloca como el modelo más tecnológico de su segmento, se lo debe también a un listado de asistentes a la conducción de lo más completo, con elementos como el airbag frontal situado entre los pasajeros delanteros, el asistente activo de dirección o la cámara de 360 grados, el asistente de aparcamiento inteligente o el novedoso PRE-SAFE Impulse Side heredado del Clase S, entre otros.
Todo ello sin perder ese punto de accesibilidad que le hace ser infinitamente más barato que el buque insignia de la firma de la estrella. Y es que el nuevo Clase C 2021 está a la venta con los siguientes precios:
- Mercedes-Benz C 180: 45.400 euros
- Mercedes-Benz C 200: 46.975 euros
- Mercedes-Benz C 300: 55.425 euros
- Mercedes-Benz C 220d: 48.350 euros
- Mercedes-Benz C 300d: 60.875 euros
- Mercedes-Benz C 200 Estate: 48.525 euros
- Mercedes-Benz C 220d Estate: 49.900 euros
- Mercedes-Benz C 300d Estate: 62.450 euros