Se llama Mercedes AMG GTC Roadster y parte de 210.000 €. Si lo prefieres con techo, en versión coupé, es un poco más barato: 195.000. Lo compramos en un concesionario de Mercedes... aunque seguramente no esté en porque este coche lo hacen practicamente por encargo.
AMG GTC, un Mercedes especial
El AMG GTC Roadster es un Mercedes que rivaliza con el Porsche 911 y que mira de reojo a Lamborghini o a Aston Martin. De hecho, el motor se lo venden al fabricante inglés para sus coches.
Por las fotos que acompañan a estas letras, os podréis haber dado cuenta de que el coche es impresionante. Además, podéis verlo en movimiento en nuestra vídeo prueba.
Cambios estéticos y estructurales en el AMG
Se trata de una actualización de 2019 del modelo lanzado en 2016, con cambios estéticos menores en, por ejemplo, los faros que sí que son de leds o en el difusor trasero.
También cambia la instrumentación que, ahora, es de 12,5” para toda la gama y tiene diferentes configuraciones. Por ejemplo, el volante también tiene nuevo diseño y te puede forrar con distintos materiales.
Y si nos fijamos en el equipamiento, el “parktronic”, que nos ayuda a aparcar, cuenta con cámaras delantera y trasera.
Lo mejor es que han reforzado el chasis en su parte inferior con fibra de carbono, aumentando la rigidez y, como ya nos tiene acostumbrados Porsche en su 911 Turbo, los soportes del motor y la transmisión del AMG GTC están controlados electrónicamente.
AMG GTC, puesto de conducción a ras de suelo
Sentarse a sus mandos con la capota puesta exige cierto ejercicio de contorsionismo. Pero, una vez sentados, la postura es cómoda y natural. Cuesta salir, más por lo bajitos que vamos sentados que por el diseño del coche en sí.
El motor está lleno de fuerza y sube de vueltas con enorme rapidez y, lo mejor de todo, le encanta girar a altas vueltas. En ese caso, debemos estar preparados para unas elevadas prestaciones. Por ejemplo, acelera de 0 a 100 km/h en poco menos de 4 segundos y supera los 300 km/h de velocidad máxima.
Es un coche exigente, que tiene un reparto de pesos muy bueno, con el motor situado por detrás del eje delantero y nosotros sentados por delante del eje trasero. Esto crea una conducción un tanto especial.
AMG, solo tracción trasera
Con caja de cambios automática de doble embrague y 7 marchas que pasa la potencia, únicamente, al tren trasero, que cuenta con enormes neumáticos 305/30 R 20 y, en ambos trenes de rodaje, unas exquisitas suspensiones de paralelogramos deformables con control electrónico. Pero, si no queremos asustarnos demasiado, mejor no desconectar los controles de tracción y estabilidad.
Hemos podido conducirlo en carreteras de montaña y has de tener grandes habilidades y experiencia en conducción deportiva y pilotaje para sacar la quintaesencia del Mercedes AMG GTC Roadster porque es un coche muy exigente. Rápido de reacciones, duro de suspensiones y con gran capacidad de aceleración, hemos de controlar bien la velocidad a la que llegamos a las curvas.
Al menos, los frenos están a la altura, discos de 390 milímetros en el tren delantero y pinzas de altas prestaciones. En opción, podemos pedirlos carbocerámicos
El Mercedes AMG GTC entra en las curvas con gran facilidad y no apreciamos signos de subviraje a alta velocidad. Sí que hemos de acostumbrarnos al puesto de conducción y a las características de la ubicación de sus órganos mecánicos y cómo afecta a su comportamiento.
El principal detalle es que vamos sentados muy lejos de las ruedas delanteras y el motor va detrás de ellas. De esta manera, el reparto de pesos es muy bueno, pero nos cuesta recibir información por parte de las ruedas delanteras. Al menos, al principio. Por eso, mejor acostumbrarse para sacarle el máximo partido.
Cuenta con suspensiones pilotadas, que varían su dureza en función de diferentes modos de conducción. No nos neumáticas, pero sí tienen control electrónico para modificarse. De todos modos, hemos de decir que, aunque sean confortables en el modo más suave, son de "duras a muy duras". Es un deportivo y prima el comportamiento.