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Prueba: Mazda MX-5 Auto – El mismo de siempre

Aunque sus prestaciones son algo más recatadas, el MX-5 con cambio automático es también sorprendente por sus sensaciones deportivas. La nueva generación de este superventas ha dejado, además, un diseño actualizado, mejoras en las terminaciones del interior y un equipamiento muy generoso.

En el fondo, y para alegría de todos, sigue siendo el mismo de siempre… Mazda ha celebrado este año el vigésimo aniversario del MX-5. Y lo ha hecho muy por lo alto. Primeramente anunció el “facelift” al que ha sido sometido su niño mimado y después nos enseñó el prototipo “Superlight Version” en su stand del Salón de Frankfurt (más…).  Pero, en realidad, la marca ya no necesita más argumentos para convencer a nadie. El MX-5 es unos de los pocos coches que ha conseguido entrar en el Guiness de los récords por ser el más vendido en su segmento. Desde 1989 se encuentra en las carreteras de todo el mundo, y desde 2006 con capota de techo rígido. Ahora, desde 2009, su motor de gasolina más potente también puede llevar cambio automático. ¿Falta algo más?...

Cambios estéticos

Aunque conserva los rasgos que han definido siempre a un MX-5, la nueva generación  se ha acercado un poco más al resto de la gama con la incorporación de la parrilla de cinco puntas, el nuevo y bonito diseño del hueco para los faros antiniebla y las diferentes ópticas delantera  y trasera. En el nuevo conjunto también se dejan ver los esfuerzos que Mazda ha hecho en materia aerodinámica, como los deflectores más grandes para las ruedas delanteras, los nuevos estribos laterales que tapan más cantidad del aire que llega a  las ruedas traseras y retrovisores exteriores optimizados para reducir la resistencia. Como broche final hay llantas de aleación disponibles en 16 y 17 pulgadas (según la versión) con un diseño diferente.

Interior

Los cambios en el interior saltan a la vista, sobre todo en esta versión automática, donde lo primero que llega a nuestros ojos son los deportivos asientos Recaro (cubiertos en piel y Alcántara perforada). Vienen de serie y son relativamente cómodos para personas de una anchura media. Las personas corpulentas (no necesariamente altas) pueden sentirse muy presionadas por los brazos laterales. Sin embargo, la función de éstos queda cumplida a rajatabla y, por más que busques el límite a una curva, la posición de tus brazos con respecto al volante sigue siendo la misma.   

Hay más cambios, sin embargo, que no sólo afectan a la versión automática, sino a toda la gama renovada. La impresión del interior se ha mejorado porque hay más detalles aunque la calidad sigue siendo la misma (es decir, muy aceptable). Por ejemplo, la moldura transversal del salpicadero  ha cambiado a un color más luminoso, los relojes de la instrumentación están más separados y se ha instalado un ordenador de a bordo iluminado en color rojo.

El MX-5 sigue siendo un coche en el que no abunda el espacio y en el que tan sólo se ha podido acolchar un poco más el hueco portaobjetos entre los asientos. El único hueco para dejar cosas sigue estando detrás de los asientos y sirve para acoger algunos cd´s, un par de móviles y la cartera, por ejemplo. En él está también una argolla que sirve para desbloquear el depósito de la gasolina.

Un cambio apreciable en la versión automática es que la pierna izquierda, que tendemos a recoger ya que no hay pedal de embrague, no deja sitio para pasar la mano que sujeta el volante. En la versión manual este problema no ocurre porque la pierna va generalmente extendida. En general, la posición de conducción y el espacio disponible recuerda a otros modelos superiores en calidad y precio como el Nissan 350Z, más aún con los asientos deportivos Recaro que vienen de serie en esta versión.

Sensaciones

El MX-5 es uno de los coches más fáciles de describir por la cantidad de sensaciones que da al conductor en casi todos los ámbitos de circulación, ya sea por ciudad, por curvas lentas o por autopista. En el primero de los casos, la versión automática me parece recomendable porque el tacto de los pedales y la caja de cambios en la versión manual es muy duro. Sin embargo, me parece más recomendable la manual para una circulación rápida porque puedes conseguir mejores reacciones y de una forma más ágil, además con menos consumo. El cambio automático es por norma general algo brusco y demasiado sensible a la demanda de aceleración (cuesta conseguir una aceleración rápida progresiva).

La autopista es la condición menos recomendable para el MX-5 porque el nivel de ruido que se percibe en el interior es muy elevado, tanto del aire como de la mecánica. A una velocidad de 120 km/h se puede soportar perfectamente, pero no es lo más cómodo.

Lo que a nosotros nos ha convencido, y creo que a casi todos los que hemos podido probarlo, es la estabilidad del coche en curvas lentas, su capacidad para girar sin que se balancee la carrocería y el buen reparto de pesos que tiene (50/50). La tracción trasera asegura diversión y el control de estabilidad, que no es prácticamente nada intrusivo, permite salirse alguna que otra vez de los límites de adherencia y practicar nuestro contravolante.  Aunque la versión automática responda muy bien a los cambios bruscos de dirección, la respuesta puede ser todavía más efectiva si optamos (como accesorio de concesionario) por la amortiguación Bilstein que se equipa de serie en la versión manual.

Datos técnicos
Marca y modelo Mazda MX-5
Versión Roadster Coupé Sportive
Especificaciones
Longitud/anchura/altura (mm) 4020 / 1720 / 1255
Distancia entre ejes  (mm) 2330
Diámetro de giro (m) 9,4
Peso (kg) 1175
Volumen del maletero (l) 150
Neumáticos 205/45 R17
Motor
Cilindrada (cc) 1999 (4 en línea)
Potencia (cv) 188 / 5000
Par máximo (Nm/rpm) 91 / 4800
Tracción Trasera
Transmisión Automática, 6 velocidades
Consumo
Combustible Gasolina
Urbano/Carretera/Combinado (l/100km) 10,9 / 6,1 / 7,9
Emisiones CO2 (gr/km) 188 (Euro IV)
Consumo durante test (l/100km) 9,8
Características
Aceleración 0-100 km/h (s) 8,9
Recuperación 80-100 km/h (s) en 4ª
Capacidad depósito (l) 50
Velocidad máxima 194
Precio (sin extras)
Euros 35.040
Equipamiento extra Pintura metalizada (380 euros)
Más datosMenos datos

Sonido mejorado

El nuevo MX-5 suena diferente y a un nivel un poco más elevado, aunque para nada quiera acercarse a los deportivos escandalosos. Debido a que la cantidad de ruido que percibe el conductor es alta, los ingenieros trataron de darle un tono más cálido y ronco reestructurando algunos elementos clave como el tanque de recuperación, los conductos de admisión o el sistema de escape. Algo que no puede tener el modelo con transmisión automática – y si el manual - es el resonador de admisión, un sistema que amplifica los impulsos generados cuando la válvula de mariposa se abre y cierra generando un sonido un poco más ronco y con más matices.

En lo que se refiere al sonido percibido por el conductor y el acompañante, simplemente el nivel es algo más tenue que en la generación anterior. Sobre todo en la versión Roadster Coupé (donde el cliente es más exigente) se pusieron todos los esfuerzos para reducir el ruido aerodinámico como recubrimientos de uretano, materiales de amortiguación para reducir vibraciones, etc. Se nota la diferencia, pero el ruido sigue siendo elevado.

Hay más información sobre el sistema de capota y maletero en un artículo específico (más…) y en otra de las pruebas que realizamos sobre la versión anterior (más…).

Activematic

Es la principal novedad de esta generación: un cambio automático secuencial manejable por levas tras el volante. Con seis desarrollos, el comportamiento general de este cambio es satisfactorio porque siempre tiende a llevar un régimen elevado de vueltas (característico de los coches de gasolina Mazda). Una conducción tranquila o eficiente es difícil de llevar porque no permite, entre otras cosas, pasar de cuarta a quinta marcha a 50 km/h. Otra diferencia más con la versión manual es que aquí el corte de inyección se agota a las 7000 vueltas, mientras que en aquella se puede apurar hasta las 7500.

El manejo del cambio funciona gracias a unas levas tras el volante (las dos sirven para subir de marcha) y dos pulsadores dentro del aro para accionar con los pulgares (los dos para reducir). Además, hay una pequeña pantalla en el cuadro de la instrumentación en la que podemos ver la marcha que llevamos y si estamos en modo Manual o Automático. En el Mazda MX-5 no hay ningún comando que afecte a la forma con la que se gestiona el cambio de marchas.  

En cifras

No ha habido sorpresas en cuanto a la diferencia de consumo entre la versión manual y la automática, que en ambos casos es más bien alta. Tan sólo medio litro de diferencia penalizan a ésta última, dejando un resultado mixto de entre 9 y 10 litros, y medias en carretera aceptables (6,5 litros intentando ser lo más eficiente). Sin embargo, el MX-5 no debería preocuparse por esto ya que su cometido es otro: el de dar disfrute a su conductor.

Aunque la sensación de aceleración es muy parecida, el MX-5 automático es algo más lento que la versión manual porque le cuesta acelerar un segundo más (en concreto 8,9 segundos) y no se puede permitir superar los 200 km/h (el otro llega hasta los 218 km/h).  Por cierto, su nivel de emisiones, aunque ha bajado hasta los 188 gramos de CO2 por kilómetro, todavía no cumple con la normativa Euro V.

Equipamiento

Un MX-5 con motor 2.0 y transmisión automática va ligado obligatoriamente a la terminación Sportive. En ella se incluye un equipamiento generoso como control de estabilidad y tracción, faros de xenón, volante multifunción, asientos calefactables, climatizador y tapicería de cuero para los asientos deportivos RECARO. El equipo de sonido BOSE es de gran calidad e incluye siete altavoces, cargador de cd´s y entrada auxiliar de audio. Se echa de menos, sin embargo, algo de equipamiento opcional como sensores de aparcamiento, unas luces automáticas o un ordenador de a bordo algo más grande.

Resumen

Divertido, deportivo y elegante. Un MX-5 es algo más que un descapotable porque es de esos coches que forman de alguna manera una unión con el conductor. Lo que pasa en el asfalto lo sientes en las manos, y lo que manda tu pie derecho lo notas pegándote al asiento. Algunos pueden decir que es un coche caro por la poca versatilidad que ofrece. Sin embargo, nunca ha sido pensado con ese propósito. A nosotros nos parece uno de los coches más divertidos y completos que existen en el mercado.

¿Preparado para lo siguiente?

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