Mazda ha vuelto a hacerlo: este CX-60 e-Skyactiv D con motor de seis cilindros es una nueva prueba de que no piensan en otra cosa que no sea ofrecer todas las alternativas disponibles a sus clientes. Que sean ellos quienes decidan qué les conviene y qué necesitan... y ya os adelantamos que los más "viajeros" tienen aquí una opción prácticamente inmejorable. En el siguiente vídeo te contamos por qué...
El caso es que este CX-60, el modelo más familiar de los de Hiroshima, entra a competir en el segmento D-SUV con los Audi Q5, BMW X3 o Alfa Romeo Stelvio, y lo hace tanto por tamaño y espacio como por calidades percibidas. En precio -desde 49.000 euros- es donde se desmarca bastante por debajo de sus rivales, por suerte para la clientela.
Contra viento y marea (gracias, Mazda)
Hace poco pasó por nuestro canal este mismo modelo en su versión híbrida enchufable. Ahí ya os contamos sus características en cuanto a diseño y equipamiento, por lo que en esta nueva prueba nos centraremos sobre todo en la maravillosa mecánica de gasóleo. Y es que es para profundizar en ella, porque en una era en la que el diésel está tan demonizado por parte de las administraciones, este motor es un auténtico soplo de aire fresco en el sector... y no, alabarlo no es ser ningún negacionista de las emisiones y de la sostenibilidad (es más que necesario reducir la contaminación de todos los sectores del transporte para mantener vivo el planeta.) Alabarlo es agradecer que un fabricante como Mazda siga apostando por brindar al usuario la posibilidad de acceder a una tecnología que aún muchos siguen precisando y que ahora es más sostenible que nunca.
Precisamente, entre el seis cilindros en línea turbo de 3,3 litros y la transmisión automática de ocho relaciones se encuentra un motor eléctrico de 12,4 kW de potencia que funciona por medio de una red de 48 voltios. Esto, además de aportar al conjunto al etiqueta medioambiental Eco de la DGT, permite circular hasta casi el 40% del tiempo en modo "cero emisiones" y, por supuesto, contribuye a un reducido consumo medio y a unas bajas emisiones.
Más del 30% del tiempo es eléctrico
Hablando de consumo, es junto al rendimiento y a la respuesta mecánica, lo mejor de ambas versiones diésel del CX-60. Tanto el modelo de 200 CV y tracción trasera como el de 254 CV y tracción total son capaces de lograr unas medias reales en ciclo combinado de 5,5 y 5,3 l/100 km, respectivamente. Si tenemos en cuenta que el depósito de combustible acepta hasta 58 litros de gasoil, tenemos una autonomía aproximada en vías rápidas de más de 1.000 km.
¿Y cómo un motor de seis cilindros en un coche de casi dos toneladas consume tan poco? Pues, a la microhibridación y al "modo vela" que se activa por defecto cuando llaneamos o bajamos una pendiente apagando el motor, se suman otros factores como la mejora en la cabeza de los pistones diseñada para optimizar al máximo el proceso de combustión. Sin duda, los japoneses están a otro nivel en materia de ingeniería mecánica...
Pero vayamos a la práctica, porque como decimos la patada cuando sobrepasamos las 1.700 rpm es contundente hasta más de las 4.000 rpm, y el sonido que penetra al habitáculo y que en otro diésel sería incómodo aquí te recuerda constantemente que estás manejando un motor de los que ya no quedan... grande, poderoso y muy enérgico.
Cómodo y a la altura de los mejores premium
En viajes es un coche sumamente cómodo, aunque es cierto que en la toma de contacto me pareció algo más firme el de 200 CV que el más potente, sobre todo cuando dejamos de lado el asfalto y entramos en un camino de tierra. No hay disponible suspensión adaptativa; sin embargo, el conductor nota desde el primer momento que todo está orientado al confort, con una dirección de tacto algo resistente pero muy precisa y que transmite muy bien lo que sucede en el asfalto, muy en la línea de Mazda; una tapicería de cuero en el acabado tope de gama que es exquisita y unos frenos eficaces y duraderos. Eso sí, cuando queramos exprimir el seis cilindros en una carretera revirada deberemos tener en cuenta que las inercias se hacen presentes con un marcado subviraje.