Nuestro compañero Daniel Cuadrado ha viajado hasta Italia para probar el nuevo Maserati GT2 Stradale, un automóvil intensamente emocional y pensado para los circuitos que, con multitud de mejoras, deriva del MC20. Ha podido conducirlo en el icónico Autodromo di Modena, pero también en sus alrededores, pues pese a su aspecto, prestaciones y puesta a punto brutales, hablamos de un coche con matrícula y, por lo tanto, con el que se posible realizar trayectos por carretera legalmente. ¿Le habrá sorprendido?
En teoría, más rápido que el Porsche 911 GT3 RS
Por concepto, el GT2 Stradale está, en realidad, más cerca del Maserati GT2 que se utiliza en competiciones europeas de turismos que de un MC20. Sin embargo, comparándolo con este superdeportivo italiano, es más ligero, potente y ágil, manteniendo las cualidades esenciales del vehículo de calle: un motor de gasolina V6 Nettuno en posición central y por detrás de la cabina, que es biplaza, acoplado a transmisión robotizada con mecanismo de doble embrague y ocho relaciones que envía todo el esfuerzo al eje posterior, así como un aspecto parecido y fundamentado en líneas elegantes, casi sensuales.
Concretamente, la bestia sobre ruedas a cuya presentación dinámica ha asistido AutoScout24 cuenta con hasta 640 CV (10 más que el MC20) que, sumado a un peso en orden de marcha de 1.415 kilogramos (60 menos que el MC20) y a unos neumáticos semi-slick, le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 324 km/h. Son mejores cifras que las del Porsche 911 GT3 RS, considerado la referencia entre los coches de carreras modificados para ser matriculables. Pero para conocer su dinámica, mejor mira nuestro vídeo.
Un exquisito trabajo sobre aerodinámica y chasis
Algunos puntos clave diferenciales del GT2 Stradale respecto al MC20 “convencional” están en su aerodinámica y la puesta a punto de su chasis, que disponen de elementos específicos, muy cercanos al mundo de la competición y de los que Maserati saca pecho. Es el caso de multitud de piezas de fibra de carbono (como el monocasco), algunas de las cuales son ajustables, que tienen el último objeto de aumentar la carga vertical a alta velocidad hasta 500 kg a 280 km/h. Por no hablar de un equipo de frenado Brembo con enormes discos carbocerámicos, un ajuste específico de ABS y ESP, un nuevo diferencial electrónico o la suspensión del GT2 de carreras.